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Violeta acarició las piernas de Chiara, pasó sus dedos suavemente entre sus muslos, la menor solo llevaba su ropa interior y sentir el calor de la mano de la reportera le estaba volviendo loca.

Chiara buscó los labios de la pelirroja y los atacó con fiereza, en un beso demasiado hambriento, todo dentro de ella le quemaba y la única solución tenía nombre y apellidos.

Violeta gruñó debido a las uñas de Chiara clavadas en su espalda, la pelirroja subió la mano lentamente hasta rozar la tela de la ropa interior, la ojiverde cada vez tenía la respiración más acelerada, necesitaba a Violeta, necesitaba sentirla.

— Violeta, hazlo... — suplicó moviendo sus caderas provocando con cada movimiento el roce contra la mano de la pelirroja.

— Me gusta torturarte. – Susurró la reportera sobre sus labios antes de volver a besarlos y a su vez presionar su mano contra el centro de Chiara. La menor ahogó un gemido en la boca de la reportera quien sonrió victoriosa.

Violeta empezó a dejar besos húmedos por el cuello de Chiara y fue bajandolos a ritmo lento mientras escuchaba los jadeos que se escapan de la menor. Continuó su recorrido hasta llegar a sus pechos y Chiara llevó sus manos hasta el pelo de la reportera para agarrarlo con fuerza, Violeta siguió bajando, lamió y besó su abdomen hasta detenerse en el piercing de la ojiverde, le volvía loca ese cacharro, cada vez que Chiara se ponía un top que dejaba a la vista aquella joya, Violeta tenía que luchar contra sus adentros para no follarla en el sitio donde estuviesen.

Chiara jadeó con fuerza al sentir como Violeta había llegado hasta el elástico de su ropa interior, la pelirroja lo quitó con ayuda de sus dientes deslizandolo a una lentitud mortal para la ojiverde. Una vez se deshizo de la única prenda restante, subió hasta quedar a la altura del centro de Chiara, se acomodó entre sus piernas y le dió una última sonrisa a la menor antes de llevar sus dedos a hasta su entrada e introducirlos sin previo aviso, arrancando un gemido desgarrador de la garganta de la ojiverde.

Chiara se despertó de golpe sudando en su cama, miró a su alrededor desconectada de todo lo que la rodeaba y se dio cuenta de que todo lo que había ocurrido había sido un sueño, un estúpido sueño producto de su imaginación y del ensayo nocturno con Violeta.

Frotó sus manos por su cara, no podía creer lo que acaba de pasar, agarró el móvil y miró la hora, eran las 9 de la mañana, todavía quedaba media hora antes de que sonase la música, pero ella ya no podía volver a dormirse, no después de eso. Agarró su pijama y se vistió en la cama antes de bajar de la litera.

— ¿Sueños húmedos Oliver? ¿Enserio? — Chiara se asustó al escuchar la voz, miró detrás suya y vio a Violeta en la cama debajo de la suya. Se le había olvidado que la semana en la que expulsaron a Salma, Denna se quedó con su cama y Chiara se mudó a la de la rubia, que quedaba encima del de la pelirroja.

— No sé de qué me hablas. – Intentó esquivar su mirada, estaba segura de que Violeta tenía una sonrisa de burla en la cara.

— ¿Me lo vas a negar?

— Sí. No recuerdo ni lo que he soñado. – se excusó la ojiverde, Violeta soltó una pequeña risa y se sentó en la cama.

— Sí te digo la frase "Violeta hazlo" entre jadeos ¿Te suena de algo? — Chiara se quedó pálida, no sabía que tan fuerte se habría escuchado eso, aunque parece que la única enterada fue Violeta, el resto dormía sin problema alguno.

— Me suena, sí, el Violeta hazlo era porque dudabas de si irte o no de la academia y te animé a que lo hicieses. – escupió Chiara antes de abandonar la habitación.

Chiara salió corriendo de la habitación con una mezcla entre rabia y vergüenza, Violeta había descubierto su sueño y lo más seguro es que se burlaría de ella por eso.

EN MIS PARTITURAS - Violeta y ChiaraWhere stories live. Discover now