EN MIS PARTITURAS - Violeta y Chiara

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Chiara quiso empujar a Violeta, alejarla de ella, pero volver a sentir sus labios encima fue como probar una gota de agua en pleno desierto. La ojiverde siguió el beso, con muchas dudas, pero también con muchas ganas acumuladas. Agarró el cuello de la pelirroja y profundizó el beso, sintiendo como sus lenguas volvían a luchar después de tanto tiempo.

— Por... qué – preguntó Chiara alejándose brevemente e intentando recuperar aire.

— Porque te quiero. – Susurró Violeta volviendo a juntar sus bocas.

Chiara disfrutó del beso durante unos segundos antes de volver a separarse.

— Violeta créeme que me encantaría seguir pero necesito una explicación. – dijo la ojiverde colocando una mano en el pecho de su compañera para evitar que vuelva a acercarse.

— De acuerdo... – Murmuró. – Ven.

La pelirroja agarró la mano de Chiara y la guió hasta el final de las duchas, a una pared donde podrían sentarse y estar cara a cara. Violeta se deslizó entre los azulejos hasta llegar al suelo, Chiara imitó su gesto pero en la pared de enfrente.

Se miraron durante unos segundos, la ojiverde no podía despegar la mirada de encima, estaba a punto de obtener todas las respuestas a sus dudas en cuestión de segundos, siempre y cuando, claro, Violeta le diga la verdad, por eso tenía la mirada fija en sus ojos, esperaba solo poder leer sinceridad a través de ellos y quizás así poder llegar a entender por qué hizo lo que hizo.

Violeta sin embargo no despegaba la mirada de Chiara por miedo, ¿y si no lo entendía? ¿Y si le contaba todo y Chiara la trataría como una cobarde por no haber luchado contra todo? La reportera no sabía cómo empezar, o cómo contar todo transmitiendo lo necesario para que Chiara la entendiese.

— Primero de todo quiero pedirte perdón. – confesó la pelirroja. – Perdón por todo el sufrimiento que has tenido que pasar, yo también lo pasé sí, pero fue diferente, tu has pasado todo ese dolor injustamente por mi culpa y mereces una disculpa, estoy a punto de contarte todo y espero que con el paso del tiempo puedas perdonarme y entenderme.

Chiara estaba a punto de morderse las uñas por los nervios, agradecía sus disculpas, pero de poco le servirían hasta saber toda la historia.

— Todo comenzó tras mi expulsión...

Violeta empezó a relatar todo lo ocurrido tras ese momento, el primer mensaje anónimo que le llegó al teléfono y todo lo ocurrido tras eso, no eran mensajes diarios, pero eran puntuales. Le contó todo lo posible hasta el famoso día de la llamada, el punto de inflexión en la historia.

— Reconocí la voz después de unos minutos, era Salma, lo que no me esperaba era que junto a ella en la llamada estuviese Carla, mi ex novia. — murmuró cabizbaja, Chiara estiró la mano en el suelo y rozó la punta de los dedos de Violeta dándole ánimos para que siguiese.

La pelirroja le contó los detalles de la llamada, las amenazas, como tenía bajo el punto de mira no sólo a Chiara, sino a su familia también, y no podía evitar que algo malo les sucediese, le contó como Salma le dio con lujos y detalles las direcciones de sus familiares y de la propia Chiara, junto a imágenes que le llegaron al móvil de Tana divirtiéndose en la calle con sus amigos. Le dijo por último el plan de Salma, dejar a Chiara y hacerle creer que había vuelto con su ex.

— ¿Y la policía?... – preguntó Chiara.

— Esa era otra de las condiciones, no podía decir nada, estaba literalmente bajo amenaza, y si algo le pasaba a Salma, ella misma me dejó en claro que alguien más cumpliría con todo lo que me dijo. 

— Violeta esto es muy fuerte...

A Chiara le costaba asimilar todo lo que la pelirroja le había contado, sabía que Salma era una persona de mierda, joder lo vivió en primera persona, pero llegar hasta ese punto... Por un lado se sentía aterrorizada por toda la información, pero por el otro se sentía aliviada por saber que Violeta nunca dejó de quererla, es más, hizo lo que hizo porque de verdad la quería. Aunque aún así todo era muy jodido de entender.