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POV Violeta
Había pasado todo el día con Carla, sin embargo no sabía en qué momento decirle que no quería seguir estando con ella, que sentía cosas por alguien más.

- Carla, tengo que hablar contigo. - agarré su mano y la llevé a las duchas, si iba a dejarla no quería que apareciera en todo España.

- ¿Qué pasa mi amor?

- A ver como te explico yo esto sin que suene mal... - la miré a los ojos y lo solté. - Creo que lo mejor es que lo dejemos.

- ¿Cómo? - Vi como sus ojos se oscurecieron.

- No quiero seguir en esta relación, sonará muy cliché pero no es por tí, es por mi.

- No no no no, creo que te estas precipitando Violeta, ¿te estás escuchando?

- Sí, me escucho.

- Estás confundida mi amor, es eso, tranquila se pasará. - acarició mi cara y yo me alejé dejándola con la mano en el aire. - ¿Hay alguien más no?

- Carla...

- ¿Es eso no? Hay alguien más. - me quedé callada. - ¡Responde maldita sea!

- Puede ser, sí. - me arrepentí al segundo de decirlo, pues me lanzó una bofetada que probablemente me deje la mejilla roja un par de horas, en el fondo siento que me la merecia.

- Siempre supe que eras así, que tarde o temprano ibas a engañarme. - Carla estaba realmente enfadada. - ¿La has besado? Porque si solo es atracción podemos arreglarlo mi amor, yo te quiero.

- La he besado Carla. - y sentí mi otra mejilla arder, me había dado otra bofetada. - ¡BUENO YA ESTÁ BIEN CARLA! - le agarré de las manos para evitar otro golpe.

- Eres una zorra Violeta, seguro no sólo la has besado a ella sino que a todas las demás de aquí también, y a saber a cuantas te habrás tirado, me das asco, ojalá cuando salgas de aquí y espero que te echen pronto, no triunfes en la vida. - Sus palabras dolían, es cierto que la había traicionado, la había engañado y daba asco por ello, pero escuchar esas palabras de alguien a la que quise durante tanto tiempo, dolió. - Cuando salgas ni pienses en venir a casa, tiraré todas tus putas cosas y que sepas que estás en la puta calle. - dicho eso se libró de mí agarre y salió corriendo, intenté seguirla pero cuando la vi ya había abandonado la academia.

No esperaba que reaccionara de esa manera, no esperaba que me golpeara o que me dijese eso, pero supongo que era lo que me tocaba por engañarla.

Mirando el lado positivo, podría estar con Chiara sin remordimiento alguno, fui a buscarla, aunque sea mirarla de lejos, llevaba todo el día rara conmigo, o en general, no lo sé. Me jodió un poco verla llorar abrazada a Paul y que no me lo contase pero poco a poco espero que se abra conmigo.

La vi en la sala del piano, estaba feliz tocando una canción con su prima, tenían miradas complices y sonrisas bobas, supongo que serían como mejores amigas.

La cena llegó, me moría de ganas de hablar con Kiki y ver como le había ido el día.

- ¿Qué te ha pasado? - preguntó al sentarse enfrente mía en la mesa.

- ¿A qué te refieres?

- Tienes las mejillas rojisimas Vivi. - se inclinó y me tocó una. - Y están ardiendo.

- Oh... eso. - agaché la cabeza. ¿Debería contarle respecto a los golpes? Supongo. - Lo he dejado con Carla. - murmuré.

- ¿Qué? - Kiki empezó a sonreír en cámara lenta. - Espera eso no explica las mejillas.

- Digamos que no se lo tomó, lo que se diría exactamente bien.

- ¿Te golpeó Violeta? ¿Ella te hizo eso? - dijo Chiara enfadada, asentí y se levantó furiosa de la mesa.

EN MIS PARTITURAS - Violeta y ChiaraOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz