CAPÍTULO 43: El matadero

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El Chevrolet Camaro de Jason me espera a las puertas de la comisaría

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El Chevrolet Camaro de Jason me espera a las puertas de la comisaría. No creo que haya adivinado que necesito su ayuda… así que, por primera vez en dos semanas, agradezco que se comporte conmigo como un padre controlador. Me acerco, pero no levanta la vista.

–¡Jason! –Golpeo el cristal con los nudillos–. ¡Tenemos que buscar a Wadie!

Abro la puerta sin pedir permiso y está a punto de saltar al asiento de atrás. Pero no por mí, sino porque Caitlyn Jordan está de pie a mi lado.

–¡Oooooh… hostias! 

Estaba liando un porro. Nunca lo había visto con tabaco en la mano, mucho menos droga. Pero comenzar a fumar cannabis justo hoy ha sido una mala decisión. Caitlyn se golpea la frente con la palma de la mano.

–Haré como que no he visto eso…

Jason no sabe si lanzar el canuto por los aires, guardarlo en la cazadora o levantar las manos.

–¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡Ni siquiera suelo fumar! ¡Pero estoy muy nervioso, señora comisaria!

–Inspectora –puntualiza ella con frialdad.

–¡Inspectora, inspectora!

La mujer nos lanza una mirada severa. Decide no perder más el tiempo con nosotros y se dirige hacia uno de los coches patrulla aparcados. 

–Os espero en el polígono.

Jason abre los ojos como platos. Cierro la puerta y rodeo el coche.

–Vamos a por Wadie –le explico, sentándome a su lado–. Quizá podamos impedir que pise la cárcel si nos damos prisa…

 Los ojos de Jason son dos cuencos de plata antigua.

–¿Te has vuelto loca? –me espeta–. ¿Le has contado dónde está Wadie?

–Confía en mí, te lo cuento de camino –pido y me abrocho el cinturón.




–Confía en mí, te lo cuento de camino –pido y me abrocho el cinturón

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Sé que los delincuentes no dejan notas después de delinquir. Pero me sentía tan mal por robar un coche (suena muy fuerte) que me prometí a mí mismo que se lo devolvería a su dueño y le pagaría el destrozo de la ventanilla. Por mi tranquilidad personal y la de mi conciencia, prefiero pensar que este vehículo tan solo será un préstamo.

DESTRUIR & PERDONAR©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora