La llegada y un infarto

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Frankie llego a París sintiéndose nerviosa, emocionada y todo lo demás. Una vez que paso la aduana y recogió sus maletas, vio a un hombre sosteniendo un cartel con su nombre, así que se acerco a él. Él la saludo con un movimiento de cabeza, tomo una de sus maletas y luego la llevo al estacionamiento.

Mientras conducían hacia el corazón de París, Frankie busco en su bolsillo y saco su teléfono. Era tarde en la noche en Stars Hollow, pero sabia que su madre todavía estaría despierta, así que marco y se puso el teléfono en la oreja.

"¡Frankie! ¿Lo lograste? ¿Cómo estuvo el vuelo? ¿Dormiste? ¿Qué hora es allí? ¿Cómo estás? ¿Estas emocionada? ¿Ya estas en tu casa? ¡Cuéntamelo todo!" Lorelai divagaba. Extrañaba muchísimo a su hija y había pasado menos de un día desde que la había visto.

"Estoy bien, mamá", se rio Frankie, recostándose en su asiento. "Dormí un poco, pero definitivamente estoy cansada. Será difícil mantenerme despierta, así que me acostare temprano esta noche. Mi vuelo estuvo bien. Me recogió un conductor, lo cual es genial. Supongo que me llevara directamente a mi apartamento, pero no estoy segura. Puede que vaya directo al ballet. Dudo que ensaye hoy, ya que acabo de bajar de un vuelo, pero ya veremos. Estoy en el auto ahora mismo, así que aun no estoy en mi casa, pero estoy emocionada. Es una aventura y estoy deseando conocer a todos."

"Eso es maravillo, cariño."

"¿Esa es Frankie?" Christopher grito de fondo.

"¡Si!" Lorelai grito en respuesta. "¡Entra aquí si quieres saludar!"

Frankie pudo oír la conmoción de Christopher corriendo para coger el teléfono, derribando lo que parecía una silla en el proceso.

"¡Hola, Frank!" exclamo al teléfono. "¿Cómo estuvo el vuelo? ¿Ya llegaste a tu casa? ¿Dormiste? ¿Estas emocionada? ¡Cuéntamelo todo!"

Frankie sonrió. "Tu y mamá sois exactamente iguales, lo juro."

"¿Qué? ¿Por qué?"

"Ella hizo casi exactamente las mismas preguntas."

Christopher se rio entre dientes y miro a Lorelai mientras se sentaba en el brazo del sofá. "Es por eso que trabajamos."

Después de hablar un rato más con sus padres, el auto se detuvo frente a un edificio y Frankie miro por la ventana. El conductor se bajó y abrió la puerta, permitiéndole salir a la calle.

"Creo que estoy en mi apartamento, así que debería irme. ¿Puedo llamarlos más tarde?" dijo por teléfono, sacando algunos euros de su cartera para darle propina al conductor.

"Estamos a punto de irnos a la cama, pero te llamaremos por la mañana, ¿De acuerdo?" Lorelai respondió.

"Eso suena buen. Hablare con ustedes más tarde. Los amo."

"¡También te amo, Frankie!" Llamaron y luego colgaron el teléfono.

Frankie agarro sus maletas, se registro con el administrador del edificio y luego se dirigió a su apartamento. Miro a su alrededor una vez que estuvo dentro y sonrió, dejando escapar un suspiro de satisfacción. Era un espacio acogedor, con una pequeña cocina que conectaba con una sala de estar, un baño y un dormitorio. Había un balcón junto a la sal de estar con una hermosa vista de la ciudad, y Frankie no podía esperar para sentarse afuera y tomar un café por la mañana, disfrutando de su nuevo hogar.

Justo cuando estaba terminando de vaciar sus maletas, alguien llamo a su puerta.

"Bonjour", saludo con una sonrisa mientras abría la puerta.

"Oh, uh, lo siento, no hablo francés", dijo el hombre con una sonrisa tímida y un ligero acento británico.

"¿No hablas francés, pero vives en París?" Frankie pregunto levantando una ceja con una sonrisa.

The Other GilmoreWhere stories live. Discover now