Me perteneces (COMPLETA)

Capítulo 22

MYLA POV

Al entrar a la habitación me encierro en el baño. Miro mi reflejo en el espejo y no me reconozco. Me quito lo que llevo puesto y me meto a la ducha nuevamente. Me lavo y me restrego con fuerza todo mi cuerpo. Me siento sucia. Las palabras de Jacob suenan una y otra vez en mi cabeza. .."Sólo eres una puta calienta braguetas"... "No importa cuánto te limpies, siempre estarás sucia y olerás a puta barata"...."No sirves ni para una mamada"...

No, no, no....¡esto no puede estar pasando otra vez! "Estoy limpia...estoy limpia", me repito. Sigo restregando mi piel con fuerza hasta que siento el ardor de los rasguños provocados por mis uñas. Tengo que limpiarme y no dejarme nada, así que sigo restregándome con fuerza. No me había dado cuenta que estaba llorando y sollozando, pero lo estoy y mis manos tiemblan con desesperación. Sigo enfocada en mi tarea de automutilarme con mis uñas y mientras lo hago escucho mi nombre a lo lejos, pero no me detengo. Sigo escuchando mi nombre cada vez más cerca, más fuerte y ésta vez va acompañado por golpes en la puerta que me sacan de mi trance. Me detengo al instante.

Miro mis brazos y mis muslos y están llenos de marcas. Algunas de ellas sangran. Miro mis manos y éstas tiemblan incontrolables. Khris sigue al otro lado de la puerta tocando y llamando pero no le respondo. Me dispongo a salir de la ducha y tomo una toalla para secarme. La puerta se abre pillándome por sorpresa y Khris entra rápidamente.

- Myla, ¿estás bien? - pregunta caminando hacia mí con cara de espanto y al percatarse de mi apariencia se detiene en seco. Me quedo paralizada a medio tapar con la toalla. No me muevo y tampoco contesto - Te estoy llamando desde hace varios minutos. Me tenías preocupado. ¿Estás bien? - sigo sin contestar.

- Por Dios, Myla, ¿qué te pasó, qué te hiciste? - reacciono al notarlo parado frente a mí sosteniendo mi brazo derecho. Está mirando los rasguños. Examina las partes de mi cuerpo descubierto con desespero. Gracias a Dios mis partes privadas y mis muslos están tapados con la toalla. Estoy en shock y no puedo contestar, sólo mirarlo. Las lágrimas vuelven a salir de mis ojos. Él al percatarse inmediatamente me abraza y yo le abrazo de vuelta. Rodea mi cuerpo con sus brazos y me pega a su pecho y es entonces cuando empiezo a llorar con ganas. En sus brazos me siento protegida. Ningún hombre antes me había consolado, a excepción de mi padre, hermanos y Alexie.

Luego de varios minutos me voy tranquilizando. Estoy pegada a su duro pecho y se siente tan bien. Huele divino, podría estar así todo el día. Una de sus manos acaricia mi espalda y la otra acaricia mi cabello. Su cabeza descansa sobre la mía. El suspira profundamente y me saca del trance nuevamente. Al soltar el abrazo de él, me doy cuenta que tenía mis manos cerradas en un puño agarrando fuertemente su camisa. Él rápidamente sostiene la toalla antes de que caiga al suelo y me deje totalmente desnuda. " Vengo en un momento"...me dice para que yo sujete la toalla y sale del baño con el ceño fruncido.

KHRIS POV
Salgo deprisa del baño. ¿Qué demonios ha pasado? ¿Por qué se marcó de esa manera? Está tan perdida en sus pensamientos. Voy directo a mi closet a buscar la bata de caballero que me regaló mi madre en navidad, la cuál nunca he usado. Me regreso al baño y veo que sigue con esa expresión ida en su rostro. Al pararme frente a ella me mira directo a los ojos. Todavía tiene lágrimas en ellos y no sé por qué motivo me revuelve las entrañas. Tomo su rostro con ambas manos y limpio sus lágrimas con mis pulgares. Ella cierra los ojos fuertemente ante mi gesto. Le acaricio las mejillas y siento la protuberancia de una cicatriz en su pómulo izquierdo. Es apenas visible, pero sí es palpable. Es bastante grande. Su cabello todavía está chorreando agua. Tomo otra toalla y lo seco lo más que puedo y la envuelvo en mi bata. La cargo en mis brazos y la llevo hasta la cama.

- No te muevas, vengo enseguida - ella solo asiente con la cabeza. Voy al baño en busca de algo que ponerle en los arañazos que se hizo. Busco por todos los cajones. Quién se encarga de éstas cosas es Miranda, mi ama de llaves. Yo nunca he necesitado nada de esto así que no sé si encuentre algo. En el último cajón encuentro un kit de primeros auxilios y al abrirlo encuentro lo que parece ser un antibiótico, así que esto tiene que servir. Tomo su cepillo del cabello que dejó en la encimera del baño y vuelvo a la habitación con ella.

- Voy a ponerte esto - le digo cuando le enseño el antibiótico - ¿Está bien contigo? - asiente otra vez con la cabeza - Ok entonces. Ven aquí y levanta tus brazos hacia mí - le digo para que se acerque al borde de la cama más cerca de mí y le aplico la crema en ambos brazos - ¿Te lastimaste en otra parte? - ella baja la mirada a sus muslos y se levanta la bata hasta casi dejar descubierta sus partes. Me quedo helado al mirarla. Estos arañazos son más profundos que los de sus brazos. Algunos sangran. Tomo una bocanada de aire y le aplico la crema. Al parecer no siente dolor. Ni siquiera se queja cuando la toco. Pero pienso que debe dolerle porque está sangrando. Una vez termino le bajo nuevamente la bata. Le doy la vuelta y le cepillo su larga melena. Cuando termino la meto bajo el edredón y la acuesto.

- Bien, ya está. ¿Quieres decirme qué te pasó?

- Yo....yo no quería... solo estaba limpiándome.

- ¿Limpiándote? No hacía más de dos horas que te habías duchado. No te entiendo - me mira en shock como si no supiera que contestar.

- Yo....necesito dormir Khris. Estoy muy cansada - es todo lo que dice.

- Está bien, te dejaré sola para que descanses - me levanto de la cama con la intención de dejarla sola y me sorprendo al sentir su mano agarrar la mía.

- Por favor, quédate conmigo. Al menos hasta que me duerma. Por favor - me pide suplicante. Asiento con la cabeza. Doy la vuelta a la cama y me acuesto al otro lado. Pero ella se mueve hasta quedar pegada a mí y se recuesta en mi pecho. ¿Cómo entender a esta mujer?

- Gracias - me dice. La rodeo con mi brazo izquierdo y le acaricio el cabello con mi mano derecha hasta que nos quedamos dormidos.