Capítulo 32

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MYLA POV

A las 6:30 Alexie y Liz hacen su salida para ir a cenar, querían dar un paseo primero. A las 7 en punto está Khris tocando la puerta. Ya estoy lista y espero estar vestida a la altura de donde me llevará. Al abrir la puerta me encuentro con un Khris de infarto vestido con un saco de tres piezas, está comible, como para chuparse los dedos. No puedo imaginarme como se concentran sus empleadas en la oficina. Al menos yo no pararía de babear el suelo en todo el día.

- Hola cielo, estás impresionante - dice mirándome de arriba a abajo sin parpadear y acercándose a mí. Se inclina y me da un dulce beso en los labios y luego esconde su nariz en mi cuello - Dios, hueles divino - y me da un pequeño mordisco en el lóbulo de mi oreja. Siento un escalofrío recorrer mi médula espinal entera. Me ofrece una sonrisa radiante, mientras yo estoy toda temblorosa - ¿Nos vamos? - asentí y agarré mi abrigo. Bajamos al estacionamiento del edificio y como siempre muy caballeroso, me abrió la puerta. Entramos en su Range Rover negro y encuentro mis guantes de algodón. Son los mismos guantes que tenía puestos el sábado cuando llegué a la cuidad.

- Los había olvidado, ¿por qué no me dijiste que estaban aquí?

- Porque ahora son míos. Los dejaste en mí camioneta, por lo tanto, ahora son de mí propiedad. Además, todavía huelen a tí - dice quitándomelos y guardándolos en la guantera - Por cierto, no es lo único que poseo tuyo.

- ¿Ah sí? ¿Qué otra cosa me robaste?

- No me la robé. Los dejaste tirados igual que los guantes. Ahora me hacen compañía en las noches cuando duermo, bajo mi almohada.

- No dejé los guantes tirados, los olvidé que no es lo mismo. ¿Y qué es eso otro que posees mío?

- Ah ah, de mi propiedad. Y no te lo diré. Pronto lo averiguarás, pero no te los voy a devolver jamás. Son míos y los tendré conmigo hasta el día en que me muera - dice y me mira con esa sonrisa radiante. Seguimos en silencio por el tráfico de la gran cuidad. Está muy frío aún. Por suerte Khris tiene la calefacción encendida. Llegamos en unos veinte minutos. Khris se estaciona en frente de lo que parece ser un lujoso restaurante, italiano por supuesto. Abre su puerta, pero antes de bajarse de la camioneta, sonríe y pone el seguro de la puerta del pasajero. Lo veo mirar hacia afuera del cristal de la puerta del pasajero y negar con la cabeza. Es entonces cuando me doy cuenta de que el chico del valet parking estaba tratando de abrirme la puerta. El pobre chico levanta las manos en modo de rendimiento y da un paso atrás a la espera de órdenes por parte de Khris. Lo miro horrorizada.

- Sí, lo sé. Soy un cabrón hijo de puta - me dice con su gran sonrisa y me guiña uno de sus hermosos ojos, el que tiene una mancha marrón. No puedo creerme lo que acaba de hacerle al pobre chico. Quita el seguro y sale por fin de la camioneta. Da la vuelta y me abre la puerta. Me ofrece su mano para ayudarme a salir. El chico me mira con atención, y me saluda con una educada inclinación de cabeza. Le devuelvo en cambio una sonrisa de disculpas - Es toda tuya Emilio- le dice Khris entregándole las llaves junto con un billete de cien dólares. Y le da una palmada en el hombro mientras se ríen a carcajadas.

- Sr.Becker - e inclina su cabeza. Hay algo jocoso en todo esto que no logro entender. El chico se retira para estacionar la camioneta. Al llegar a la puerta el portero inclina su cabeza al abrirnos la misma.

- Buenas noches Sr.Becker, señorita.

- Buenas noches Christopher.

- Buenas noches - le contesto. Una vez dentro nos encontramos ante la recepcionista, quién supongo nos llevará a nuestra mesa reservada.

- Sr.Becker, buenas noches - le dice la dama de unos treinta y tantos con una enorme sonrisa en su cara.

- Antonella, que gusto verte - le dice Khris con evidente alegría y la abraza brevemente - Quiero presentarte a esta preciosura llamada Myla - dice como si se sintiera orgulloso de presentarme mientras me quita el abrigo y se lo entrega junto con el suyo - ¿A que es preciosa? - Exactamente lo mismo que le preguntó a Miranda.

Me perteneces (COMPLETA)Where stories live. Discover now