My Biology Teacher

~Capítulo 11~ Proposición

*************************COMENTEN Y ESTRELLITA***************************** Premio por el reto :D 

-Te ves preciosa—Me corta en una voz tanronca que me eriza todo el bello de la piel.

Jadeo al verlo moverse hacia delante, encaminándose a la mesa. Lo mismo hago contemplando como me aparta la silla para que tome asiento.

El rodea la mesa y toma su asiento. Apoya sus codos contra la mesa y su barbilla en sus nudillos. Soy capaz de percibir su pesada mirada sobre mí, y a pesar de ello, me exijo comportarme con normalidad a pesar de estar jadeando por dentro.

-¿Qué le ha parecido señorita? ¿Le ha gustado?—Arquea la ceja levantando la comisura de sus labios, dedicándome esa sonrisa petulante por primera vez en la noche.

Resoplo por dentro y tomo compostura.

-Nada mal—Respiro hondo—al menos no es un hotel a donde me ha traído—

Sus cejas se arquean acompañando a una ligera risa, la cual se asoma por sus labios—

-Tenga la seguridad que lo he pensado más de una vez señorita—El aire se escapa. Recobro el asiento y miro el vino.

Mi maestro sonríe con picardía y luego sirve nuestras copas. No puedo evitar pensar que la bebida puede tener alguna droga y pretende seducirme luego. "Y lo peor es que muy dentro de mí, anhelo estar con él íntimamente" "Mi mente está perturbada desde que él apareció"

-Hábleme de usted—comenta ofreciéndome la copa. La acepto pero no bebo. Disimulo asegurándome que él beba primero.

-No hay nada que saber—Respondo y una sonrisa se me escapa de los labios. Me siento demasiado inquieta. El corazón no deja de latirme, y más aún porque sus ojos no dejan de contemplarme. Levanto los ojos y encuentro esos ojos intensos clavados en los míos. Nunca nadie me ha dedicado esa mirada. Nunca nadie me ha observado con tanta intensidad. Me estoy quedando sin aire. La verdad es que no sé si respiro.

-¿Existe algo que le interese, señorita Taylor?—Pregunta y yo trato de hablar de mis gustos por la literatura y el periodismo, procurando quitarme los nervios. Viene la mecera y ordenamos la cena. Carne de venado. Fibrosa y exquisita.

Mis pensamientos se pierden en su rostro, en su boca, su mandíbula. En cada detalle de él. En lo que se sentiría besarlo, lo que se sentiría estar rodeada por sus brazos, acorralándome hasta quitarme el aire. Quiero estar con él.

-¿Señorita?--- Me llama la voz de mi maestro-- ¿Señorita, Taylor?—

Sacudo la cabeza, despertando de golpe y cayendo en cuenta que he estado alucinando. Mis mejillas se tiñen de rojo inmediatamente cuando distingo su sonrisa petulante en frente mío.

-¿Está usted bien?—Arquea las cejas levantando la comisura de su boca. "Sabe que he estado pensando en él" Bajo mi atención a sus labios. "Dios, me he imaginado besándolos"

-Si—asiento llevándome un pedazo de carne a la boca—Muy bien.

-Si. La veo—sonríe con suficiencia— ¿Se puede saber en qué pensaba?—Arquea las cejas bebiendo un sorbo de su vino. Trago saliva mientras sus ojos parecen devorarme. "Estoy ardiendo"

-No es de gran importancia—Bebo un sorbo de vino—quizás me gustaría saber si salió con mi hermana minutos antes de que llegue. Quizás y tiene otra cita cuando me marche ¿Saca turnos con sus citas? ¿Su agenda está ocupada? —enarco mis cejas. "De cierta forma parezco una maniática novia celosa, pero quiero saber su respuesta y no me voy a quedar con esa gran duda"