VII

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—No puedo —fue la respuesta inmediata de Hannah, sin siquiera vacilar un segundo.

—¿Por qué no? —preguntó Lydia, molesta.

—Mi lugar está en Francia. Tengo que cuidar a Argent y a Isaac. Deberías de haberlos visto, eran un desastre. Éramos un desastre. Tengo que estar con ellos, Lydia —esas palabras parecieron despertar algo en Lydia. Su expresión automáticamente cambió y como si le estuviera hablando con cuidado, con miedo de herirla, le dijo:

—Hannieh, tú no eres Allison. No debes de estar con ellos solamente porque ella ya no lo está.

—No es por eso —mintió Hannah, aunque fue inútil pues Lydia repentinamente podía ver a través de ella. Lydia pareció querer añadir algo más, pero no lo hizo, y en su lugar se quedó callada y dejó a su amiga sola con sus pensamientos mientras ella se iba a recostar unos momentos. Cuando volvió en sí, Hannah no se había movido un centímetro de su lugar con Derek, con Deaton del otro lado viéndolo fijamente.

—¿Cómo está?

—Su corazón está latiendo demasiado rápido —murmuró Hannah, pasando una mano por la frente de Derek y revolviéndole el cabello a un ritmo tranquilizante—. También está más caliente ahora.

—Chicas —las llamó Deaton—. Voy a intentar algo. ¿Hannah? ¿Puedes sostener la mano de Derek? —Hannah asintió y lo hizo. La chica vio como lentamente Deaton rozaba el brazo de Derek con un bisturí quirúrgico, haciéndole un corte que se curaba al instante.

—Eso parece que se ha curado muy rápido —opinó Lydia. Hannah asintió, seria.

—Extraordinariamente rápido. Es prácticamente imposible.

—¿Qué significa? —Lydia buscó respuesta en la mirada de Deaton, pero no encontró nada.

—No tengo idea —admitió él—. Vamos a intentar otra cosa. Hannah, sigue haciendo eso. Lydia, consígueme una jeringa de cinco milímetros. Cajón superior.

Hannah mantenía su mano entrelazada con la de Derek cuando sintió como las garras de su mano comenzaban a salir.

—Chicos —canturreó Hannah, preocupada, zafando su mano de la del adolescente y viendo asombrada como se sentaba como si nada. Ellos la ignoraron. Hannah corrió hasta posicionarse frente a Derek, quien ya se había parado de la camilla—. Derek, soy yo.

Pero Derek no pudo saber quién era ella. Todo lo que veía a través de sus ojos lobunos iluminados de azul era un trasfondo rojo y borroso. Escuchó a más gente decir su nombre, pero no los reconoció. Reconoció un aroma que en ese momento no pudo distinguir pero del cual después recordó que era el de Hannah, la hija de la amiga de su madre. Sin embargo, en ese momento no importaba. Debía salir de ahí, no comprendía nada. Escuchó voces llamándolo, repitiendo su nombre y como la rubia bonita se posicionaba defensivamente frente a dos pares de ojos de personas que tampoco reconocía. Frustrado, Derek se lanzó contra la rubia.

Hannah instintivamente se hizo para atrás al sentir las garras de Derek hacer contacto con su rostro y su brazo derecho, pero no tardó en devolverle el golpe con un puñetazo en la mandíbula. Una vez que lo desestabilizó momentáneamente, le dio una patada y lo mandó a volar casi al otro extremo de la habitación.

Derek se puso de pie y salió corriendo, Hannah iba a correr tras él pero la voz de Lydia la detuvo. La chica volteó a verla. Lydia estaba sosteniendo a Deaton del brazo porque al momento de que Derek atacara a Hannah sin querer había empujado a Deaton también y ahora él estaba herido.

Losing /Teen Wolf |running#3|Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum