Losing /Teen Wolf |running#3|

XXI

—¿Estás segura de que estás bien? —preguntó Liam, en un intento de captar la atención de Hannah, quien presionaba descuidadamente una mano sobre su herida sangrante que aún no comenzaba a curar. Lamentablemente para Liam, Hannah tenía la vista puesta en Stiles, quien los miraba a lo lejos. Una vez que conectaron miradas, Stiles se dio la media vuelta y se fue. Hannah supuso que había ido con Derek a la clínica de Deaton a tratar la herida de Brett, pues había sido acuchillado por una clase de acónito muy raro.

—¿Umm?

—¿Hannah? ¿Estás bien? —la chica volteó a ver a Liam, quien la miraba preocupado. Hannah le regaló una sonrisa que le salió más bien como mueca. En este preciso momento, todo lo que Hannah quería era recostarse unos cuantos segundos o tal vez horas en su cama. El mundo daba vueltas ligeramente para ella y sentía como si le faltara un poco el aire al respirar. Pero Scott la necesitaba ahí por su Garrett regresaba o por cualquier otra cosa en que pudiera ayudarle.

—Claro que sí, cariño. ¿Estás bien tú?

—Yo no fui al que apuñalaron.

—Cierto —rió Hannah sin humor—. ¿Y Kira?

—Se fue cuando Lydia dijo que había descubierto la segunda parte de la lista. Su madre está en ella.

—¿Y nosotros?

—Todavía no. Pero hay una tercera parte.

—Sí, lo había olvidado.

—Hannah, ¿estás segura de que estás bien? —Hannah abrió la boca para decir que sí, pero de repente sus rodillas flaquearon y la llevaron al suelo. Liam se arrodilló a su lado, Hannah podía ver que le estaba hablando pero no podía escucharlo. De un segundo a otro, cayó inconsciente.

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Despertó a los tres minutos, recostada en el frío suelo de los baños del gimnasio, con Liam sobre ella mirándole preocupado. Al instante, Hannah se alejó.

—¿Qué pasó?

—Te desmayaste.

—Mierda.

—Tranquila, no le he dicho a Scott —Hannah le miró extrañada—. No dejabas de murmurar que no llamara a Scott.

Hannah miró a Liam intensamente. En ese momento decidió que podía confiar en el chico. No era como si antes desconfiara de él, simplemente lo había tomado como algo inofensivo, algo que necesitaba entrenamiento pero que no podía causar ni el menor daño en ella. Ahora, lo veía como un aliado. Aunque su lobo de Beta quería reñir a Liam por no haber reportado directamente lo que pasa al Alfa, Hannah estaba agradecida profundamente con Liam.

—Gracias —le dijo, sincera. Liam asintió, sonriéndole de una manera tan inocente que a la chica le paró el corazón. Se prometió a si misma que haría lo que fuera para conservar esa inocencia en sus ojos, costase lo que costase. Le ayudó a pararse e incluso la dejó apoyarse en él unos instantes, sintiendo que sus rodillas le volverían a fallar en cualquier momento.

—Aunque tal vez deberíamos decirle. No tienes muy buen aspecto.

—Tonterías. Ahora vamos a buscarlo. Y ni una palabra, Liam —Liam pareció dudoso, lo que llevó a Hannah a añadir—: ¿Puedo confiar en ti, verdad? —Liam asintió energéticamente—. Bien, entonces vamos.