XXIV

10.1K 945 147
                                    

—Ni una palabra de esto a Scott —gruñó Hannah a entre dientes una vez que abrió los ojos y comprobó que seguía viendo (un poco borroso, pero eso nunca lo admitiría). Stiles cuadró la mandíbula pero no dijo nada al respecto de lo que pensaba; era claro que su pequeño momento había terminado.

Sintiendo las piernas como si fuera Bambi, Hannah logró pararse sin ayuda de Stiles y caminó hasta donde Scott con Stiles siguiéndole los talones. Se sentó frente a él y le sonrió incómodamente.

—¿Cómo estás?

—Mejor que tú, aparentemente —respondió Scott, analizándola fijamente. Hannah rodó los ojos.

—Te preocupas demasiado. Algo así no va a detenerme —Scott no le creyó ni una sola palabra y se limitó a mirarla, esperando a que se quebrara y le dijera la verdad. Stiles intervino, distrayéndolo.

—Aquí fue donde todo empezó —dijo, señalando la caja fuerte—. Ahí estaba el dinero. Los 117 millones de dólares en bonos al portador.

—¿Cómo cambias bonos al portador a efectivo? —preguntó Kira.

—En el banco, creo. Los dejaron aquí por años acumulando polvo —un breve silencio se instaló de nuevo en la bóveda—. ¿Saben que los bonos al portador ya no existen?

—¿Eso importa?

—¿Sabes cuánto solucionaría ese dinero?

—¿A ti?

—A mi papá y a mí —Hannah miró a Stiles, su rostro sin delatar nada de lo que estaba pensando pero aun así lo suficiente para hacerle saber que le estaba escuchando atentamente aunque no para revelar su preocupación—. Los pagos de los estudios médicos lo están ahorcando.

—Mamá hace algo —dijo Scott, incómodo—. Escribe todas las cosas del presupuesto, cuánto cuestan y luego cuando lo suma sabe cuánto tiempo tenemos hasta que perdamos la casa.

—Yo podría conseguirles dinero —propuso Hannah, insegura, antes de reír incómodamente—. Mis padres me dan todo desde que mi hermano se fue de la casa y maté a su otra hija, así que...

—Tu no la mataste —intentó decirle Stiles pero Hannah lo ignoró.

—Hannah, es dinero de tus padres —murmuró Scott con la vista baja.

—Puedo vender mi coche —antes de que se pudieran negar, ella añadió—: Ni siquiera me gusta, es demasiado lujoso. Y Beacon Hills es pequeño y puedo llegar a cualquier lugar caminando, ¿cierto? Y si después de todo me voy a Francia, no lo necesitaré. Justo ayer le estaba diciendo a Kira que lo detestaba, ¿cierto, K?

—Me dijiste que lo amabas —admitió Kira, sin querer mentirles. Hannah gimió.

—Si lo que tuvieras de bonita lo tuvieras de mala tú y yo nos llevaríamos mejor, amiga —Posteriormente, Hannah centró su atención de nuevo en los chicos—. Saben que hablo en serio. Y no van a tener posibilidad de objetarme, si las cosas se ponen peores, venderé mi coche y yo misma saldaré las deudas de sus padres. Punto.

🌙🌙🌙🌙🌙

La leve mejora que Hannah parecía poseer, se esfumó tan rápido como llegó y esta vez no pudo ocultarlo con Scott. La ropa que tenía puesta ya estaba empapada de sudor que no dejaba de escurrírsele por la frente, temblaba violentamente y de nuevo se había refugiado en una esquina en posición fetal.

Losing /Teen Wolf |running#3|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora