XII

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Hannah se despertó alerta cuando un sonido ajeno inundó su habitación. Se enderezó al instante, buscando la fuente del sonido con ojos expertos, solo para darse cuenta de que provenía de su celular.

8 llamadas pérdidas de Isaac.

Al leer esto, Hannah marcó frenéticamente su número. Habían pasado un par de días desde su última plática que no había salido muy bien que digamos y ninguno había intentado buscarse, hasta ahora.

—¿Estás en casa de Derek? —preguntó Isaac, sin siquiera molestarse en saludarla.

—Sí, ¿dónde más estaría? —dijo Hannah adormilada, frotándose los ojos, ¿la llamaba para reclamarle por no haber ido a Francia después de su pelea?

—Baja en este instante a la entrada del loft —exigió Isaac tan fervientemente que hizo despertar a Hannah al instante.

—¿Estás aquí? Espera, voy para allá—sin esperar respuesta, la chica hábilmente saltó de la cama y dando saltitos llegó a unos shorts que tenía arrumbados en una silla y se abrochó la camisa de Stiles que le había robado alguna vez y que ahora se había convertido en su prenda preferida para dormir. Aunque lo odiara.

Aun descalza, bajó por el elevador en lo que le pareció una eternidad hasta llegar a la entrada. Se puso la mano sobre las cejas, tapándose inútilmente el sol que le reflejaba en la cara mientras buscaba con la mirada a Isaac, cuando de la nada, un coche se estacionó frente al loft. Hannah gritó al reconocerlo.

—¡Oh por Dios! —Chilló Hannah a Isaac a través del teléfono—. ¡Esto es mejor que tú!

—Gracias —rió Isaac sin humor, aunque Hannah detectó que dentro de esa risa había ternura ante su reacción. Derek bajó del coche, entregándole las llaves a Hannah.

—Creo que esto es tuyo —le dijo. Hannah le sonrió agradecida y Derek se adentró a su casa sin decir nada.

—¿Cómo hiciste para que lo trajeran a Estados Unidos? —preguntó la rubia, anonadada al ver a su adorable descapotable blanco. Sus padres se lo habían comprado en lo que Hannah llamaba un "intento desesperado de cubrir la falta de atención que le daban", pero honestamente, Hannah prefería mil veces un coche nuevo que el falso afecto de sus padres. Era un Porsche que la había enamorado desde el momento en que salió de la agencia con él. Isaac babeaba literalmente por él y aunque le molestó cuando le confesó que Derek estaba desaparecido e iba a ir en su busca, Hannah casi juró que a Isaac le habían brillado los ojos ante la idea de quedarse con su coche unos días, por eso le sorprendía que se lo hubiera devuelto.

—Tengo mis contactos —presumió Isaac. Hannah bufó, incrédula—. Bieeeen, Derek tiene contactos. Y tus padres, dinero. Junté uno más uno y aquí está.

Merci beaucoup —le agradeció Hannah con una sonrisa que aunque Isaac no viera, estaba consciente de ella.

—No es nada, Hannieh. Es mi manera de hacer las paces. Quédate el tiempo que necesites. Sólo... regresa.

—Lo haré —le prometió.

—Bien. Ahora, ve a disfrutar tu coche. 


🌙🌙🌙🌙🌙


Stiles y Scott iban caminando desde el estacionamiento a la escuela cuando escucharon el alboroto. Mirándose extrañados, siguieron caminando hasta que vieron a media población estudiantil rodeando un coche, y con ese coche, estaba Hannah Hale.

Losing /Teen Wolf |running#3|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora