XXV

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Lo primero que Stiles registró fue que sangre —gotas de sangre— cubrían su rostro. Lo segundo, que no era su sangre. Lo tercero, que apenas y podía respirar con la adrenalina corriendo por sus venas. Por último, que alguien le había disparado al hombre, siendo ese alguien el padre de su mejor amigo.

—¿De dónde salió usted, señor? —preguntó Stiles al agente McCall sin aliento.

—Escucha, Melissa me llamó, no sé lo que significa pero dijo que hay un antídoto en la bóveda, hongos reishi.

—Espere, ¿qué? ¿En la bóveda?

—En la bóveda, en un tarro, sobre una de las repisas. Dijo que le dijera a Scott que ahí está —parpadeando continuamente, Stiles corrió hacia sus amigos, con la esperanza de llegar a tiempo.

🌙🌙🌙🌙🌙

Hannah quería llorar. Gritar. Moverse. Hacer algo.

Pero no podía. Ninguno de ellos podía ya. La conversación entre Kira y Scott que llenaba el silencio hace minutos se había desvanecido, Malia se había quedado ciega y Scott y Kira podrían estar muertos por todo lo que podía saber. Los hubiera llamado si tuviera la fuerza para hacerlo, pero sus extremidades habían dejado de cooperar ya hace bastante tiempo.

Les había fallado. Al final de todo no le había bastado con acabar con Aiden y Allison, había tenido que acabar con su manada también. Aunque un rincón de su mente sabía que no tenía la culpa, no podía evitar sentirla. Tenía que haberlo previsto de alguna manera, tenía que haber sido más fuerte que el virus y así combatirlo. Pero no lo había sido.

En medio de su inconsciencia, decidió que si se iba a ir, al menos se iría con un pensamiento lindo en su cabeza.

Uno de sus recuerdos favoritos no tenía nada de especial, salvo que era normal y Hannah no sabía cuánto anhelaba normalidad hasta que conoció al chico pálido que amaba más que a nadie en el mundo.

Estaban en su departamento, en su habitación. Hannah estaba totalmente desnuda mientras buscaba una película para después, con la lluvia sonando como fondo. Escuchó los pasos de Stiles supuestamente sigilosos y su aroma invadió el cuarto pero decidió pretender que no lo había notado solo para divertirlo. Aun así, soltó un gritito cuando Stiles la abrazó por detrás y la alzó sobre sus hombros, cargándola hasta el baño.

¡Stiles, bájame! chilló Hannah inútilmente mientras intentaba librarse. Su novio en ese entonces la ignoró y la soltó en el baño, justo cuando abría el agua fría de la llave. La rubia se aferró al hombro del chico y lo jaló con ella, el agua empapándolos a los dos. Stiles comenzó a reír, lo que provocó que Hannah riera también hasta que comenzaron a besarse.

Una hora más tarde, ambos salieron con una sonrisa y sonrojados. Sin pensarlo dos veces, Hannah se había puesto la playera que Stiles tenía puesta horas antes y sus bóxers, dejando a Stiles solamente en un pants.

¿Sabes que esta es tu casa, cierto? Literalmente puedes escoger lo que quieras ponerte refunfuñó Stiles pero callándose cuando Hannah le disparó una sonrisa enorme en disculpa.

Me gusta oler a ti le había dicho, encogiéndose de hombros. Su novio había puesto los ojos en blanco pero no le había dicho nada más. Stiles había pedido comida china así que eso fue lo que comieron mientras veían Iron Man pero Stiles ya la había visto tantas veces que se había quedado dormido. Al menos eso le había dicho a Hannah, tiempo después descubriría que el nogitsune era lo que lo mantenía despierto y por eso Stiles no dormía lo suficiente.

Losing /Teen Wolf |running#3|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora