XLI

9.3K 973 544
                                    

Hacía bastante tiempo que Hannah no se sentía tan en control de sí misma y al mismo tiempo tan propensa a perderlo. Su madre estaría orgullosa, pues ningún gesto corporal daba a relucir lo nerviosa que estaba. Aun así, mentalmente estaba contando cada minuto que pasaba. Cuando la persona gritó Hannah Hale, medio quiso salir corriendo medio quiso suspirar aliviada. Por fin.

El eco de sus zapatos al pisar y los murmullos a lo lejos era el único sonido que se escuchaba por el pasillo en la que la dirigían. Finalmente después de caminar un buen rato, llegaron a una habitación cuadrada y vacía, salvo por una persona que la miraba directamente a los ojos.

—Hannah, qué grata sorpresa —ronroneó Peter Hale mirando a Hannah con los ojos brillándole de una emoción que Hannah no pudo descifrar. La rubia le devolvió la mirada con una fría expresión.

—¿Nos puedes dejar solos? —exigió Hannah al enfermero que la había acompañado todo el trayecto hasta esa habitación. Él negó con la cabeza.

—Políticas de Eichen House.

—Puedo protegerme a mí misma.

—Le puedo asegurar que no es a usted a la que queremos proteger, señorita Hale. Es a él.

—Buena decisión.

—Auch —exageró Peter, llevándose la mano que no estaba esposada a su silla al corazón. Hannah puso los ojos en blanco—. Eso me dolió, Hannieh. Solía ser tu favorito, ¿recuerdas?

—Eso fue antes de que decidieras matar a mi Alfa, gracias por recordármelo —ironizó Hannah.

—¿Por qué estás aquí, Hannah? Porque solamente hay dos opciones: vienes a matarme o vienes a sacarme de aquí.

—Estás realmente tentando a tu suerte —le advirtió—. No vine para eso. Vine por respuestas.

—¿Respuestas a qué? —preguntó Peter, pareciendo realmente interesado por primera vez.

—Ibas a matar a Scott.

—Oh, eso —el poco interés que había captado Hannah había desaparecido—. ¿Qué con eso?

—¿Cómo pudiste hacérmelo? —Escupió Hannah—. ¿Sabes cuánto significa él para mí? Mi mundo empieza y acaba con Scott. Es mi Alfa.

—Scott McCall es tu perdición, eso es lo que es —gruñó Peter—. Has dejado que te haga débil. Eres apenas una sombra de lo que solías ser. ¿Dónde quedó la chica que podía matar sin parpadear? ¿Que no dudaba en atacar? Ahora eres nada.

—Scott es mejor de lo que jamás hubiera podido conseguir. Él es bueno y...

—¿Qué tiene de bueno ser bueno? —Gimió—. Es cansado y estúpido —Peter hizo una pausa—. Hannah, se suponía que tú serías mía. Que serías mi Beta. Todo tu adestramiento, todo lo que aprendiste era para que fueras mi Beta algún día.

—Eso es imposible. Mi madre te odiaba.

—Me odiaba porque pensaba que no podría aprovecharte completamente —Peter bufó—. Si supiera que el cachorrito es tu Alfa, te mataría a ti y a él. Tal vez lo que quería hacer ni siquiera tenga que hacerlo yo mismo.

—Te odio —le dijo Hannah tan claro que ella misma se sorprendió de la fuerza en sus palabras—. De verdad te odio. Sabes cuánto quiero a Scott. Sabes que me mataría literalmente si algo le pasara, ¿y aun así decidiste que lo borrarías del mapa?

—Te quiero, Hannieh —dijo Peter con tanta intensidad que Hannah casi le creyó. Casi—. A mi manera, te quiero. Y nunca dejaría que algo te pasara. Pero de lo único que no me arrepiento es de no haber logrado lo que me proponía, me arrepiento de no haber matado a Scott.

Losing /Teen Wolf |running#3|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora