Losing /Teen Wolf |running#3|

XXX

Hannah veía con ojos incrédulos a Parrish, examinándolo junto con Derek. Scott y Lydia los observaban. Se suponía que debía estar muerto, había sido incendiado vivo. Nadie sobrevivía a eso y mucho menos sin evidencia alguna, pero más que unas manchas de azufre, estaba intacto. Liza y Peter habían sufrido algo similar y ambos habían terminado con cicatrices que en el caso de Peter tardaron años en sanar. Era totalmente ilógico. Hannah conocía un par de criaturas que podían salir intactas al fuego, pero dudaba seriamente que Parrish fuera una empusa o una Salamandra, que era un tipo de hada. Además de que esas eran simplemente cuentos para niños. Parrish era algo. Solo que no sabía qué.

—¿Te bañó en gasolina? —preguntó Hannah, hablando por primera vez, tomando a Parrish de los brazos mientras los veía detalladamente. Parrish asintió.

—Son el cabello y las uñas —explicó Lydia—,  las partes del cuerpo que en esencia están muertas.

—Yo no veo que nada de él esté muerto.

—Me prendieron fuego, debería haber desaparecido —dijo Parrish, incrédulo. Hannah chasqueó la lengua.

—No lo creo, niño bonito. No si eres algo.

—Como nosotros —dijo Scott.

—¿Cómo ustedes? —preguntó Parrish. Hannah automáticamente negó con la cabeza.

—Si fuera como nosotros, estaría en coma y las quemaduras seguirían. Niño bonito está exactamente como si nada hubiera pasado.

—A pesar de que no me gusta decir esto, estoy de acuerdo con Hannah —suspiró Derek.

—¿Entonces qué es? —inquirió Lydia.

—Lo siento, pero no tengo idea.

—¿Hannah?

—Estoy pensando en decenas de criaturas y ninguna encaja con la descripción... Al menos que Parrish haya decido efectuar una cirugía de cambio de sexo de la que no sepamos.

—No que yo sepa —murmuró Parrish, confundido. Hannah se le quedó viendo unos instantes.

—¿Puedo olerte?

—¿Qué?

—Soy buena olfateando. Supe que Kira era una kitsune en el momento en que la olí. Mi otra manada me llevaba al frente para identificar criaturas, sé lo que hago —Parrish miró a Scott como preguntándole si la chica iba en serio, Scott se encogió de hombros. Hannah tomó esto como un sí y se acercó a olfatearlo.

—Azufre... humo... nada raro, supongo. ¿Alguna vez has obligado a que alguien haga algo con el simple hecho de verlo?

—¿Es en serio?

—Tomaré eso como un no —suspiró Hannah—. Lo que descarta que sea una empusa que era lo único que se me ocurría. Lo lamento, Scotty. Estoy en blanco con esto. Deberíamos de preguntarle a Argent, debe de tener algo en su enciclopedia.

—Bestiario —la corrigió Scott—. Y no sé dónde está.

—¿Todos ustedes son como Lydia? —Exclamó Parrish—. ¿Son psíquicos?

—¿Psíquicos? —bufó Derek, casi ofendido.

—Sí.

—No exactamente —contestó Scott.

—Bueno, entonces... ¿qué son?

—Verás, cuando papá lobo y mamá humana se quieren mucho... —comenzó a explicar Hannah, pero Scott la interrumpió, tomándola del brazo y negando con la cabeza. Hannah puso los ojos en blanco pero dejó que Scott lo hiciera a su manera.