Losing /Teen Wolf |running#3|

XXVIII

A Stiles no le pasó desapercibido, sintiendo los celos correr por sus venas, que cuando Hannah entró de nuevo a la morgue, con una cara impasible, tenía cogido de la mano a Liam, quien tenía la mayor sonrisa en su rostro que alguna vez hubiera visto. Los demás miraban a Hannah precavidamente, como si fuera una bomba a punto de detonar. La rubia se aclaró la garganta antes de hablar.

—Está bien. Estoy dispuesta a que me expliquen todo, pero antes... —a pesar de la aparente tranquilidad de Hannah, se las arregló para darle de nuevo un puñetazo en la cara a Stiles. Antes de que Stiles pudiera gritarle a Hannah sobre el por qué lo había hecho y así empezar de nuevo una pelea, la madre de Scott intervino, tomando a Hannah del brazo y atrayéndola a su lado. Hannah suspiró, rendida—. ¿Cuánto tiempo tenemos?

—Cuarenta y cinco minutos —respondió la madre de Kira.

—¿Y después de eso? —preguntó Hannah, sintiendo un nudo formarse en su garganta solo de imaginarse las posibilidades.

—Lo traeré de vuelta, Hannieh —intentó tranquilizarla Kira.

—No, no. ¿Y si se queda así más de cuarenta y cinco minutos?

—Se muere.

—Bueno, por su bien les sugiero que lo hagan antes de eso porque no responderé por mis acciones si mi Alfa muere.

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—¿Todo bien, Hannah? —preguntó Argent, envolviendo a Hannah en un abrazo en cuanto la vio, sabiendo cuanto lo necesitaba.

—Es horrible —se sinceró Hannah—. Siento esta sensación quemándome desde adentro, es un dolor que no se detiene.

—Lo lamento. No sabía que te lo iban a ocultar.

—Ni siquiera es por eso ya —rió sin humor—. Si mi Alfa muere, yo también muero. Así de fácil. No podría vivir en un mundo sin Scott y mi lobo interno lo sabe, así que solo está esperando a que pase.

—Lo lamento, niña —dijo Argent, apretándola más hacia él para luego soltarla—. Sé que no es el mejor momento, pero ¿podrías hablar con Isaac más tarde? Parece preocupado por ti.

—Todo era más simple en Francia —se quejó Hannah, suspirando frustrada—. Isaac, tú y yo comiendo crepas todos los días. No puedo esperar a volver.

—¿Realmente?

—¿Eh?

—¿Realmente quieres volver?

—Por supuesto que sí. Isaac está allá.

—¿Solo regresarías por Isaac?

Hannah frunció el ceño ante el tono de Argent. No le agradaba en lo absoluto.

—Sí, ¿por qué?

—¿No te parece un poco... codependiente su relación?

—¿A qué te refieres con eso? —preguntó Hannah defensivamente. 

—Al principio lo entendía. Isaac estaba ahí, tú estabas ahí, sé que algo pasó entre ustedes...

—¡¿Lo sabes?!

—Claro que lo sé —Argent rió brevemente—. La tensión sexual entre ustedes era visible.

—Iugh. Para —le rogó Hannah. Lo último que quería era hablar de su vida sexual con el padre de Allison.