Veintiocho

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Cuatro Años Después

[NARRADOR]

Cuatro años, ya iban a cumplirse cuatro años desde que Derek Hale desapareció de la faz de la Tierra. Y aún nadie sabía por qué.

No le habían buscado por mucho tiempo, ya era obvio que Derek se había ido por su cuenta y por sus propios medios. Por lo que más que desaparecer, el pelinegro se había marchado sin más. Sin despedirse y sin avisar, solo siendo descubierta su ausencia cuando el alfa verdadero le sintió abandonando el territorio; pero hasta en ese momento había sido tarde para buscarle, Derek no estaba en ninguna parte.

Desde entonces, la manada se había fragmentado notoriamente. Scott pasaba cada vez más tiempo con Liam, su beta, y menos tiempo con la manada; las chicas se dedicaban a sus cosas, aunque visitaban seguido a Dylan. Deaton seguía encargándose de sus cosas de Druida y Stiles... Bueno, Stiles era un caso a parte.

Como todos ya habían acabado la escuela, debieron tomar caminos separados. El ojimiel se había decidido que ya era su nomento de abandonar Beacon Hills. Por lo que ahora vivía en Nueva York.

Darren vivía con él y Dylan, haciendo el papel de ama de casa cuando no le llamaban para realizar alguna cirugía y cuidando de su sobrino. El cual, con tres años y medio, ya había comenzado el preescolar.

(...)

Ahora, Stiles estaba conduciendo su Jeep hasta el preescolar de su hijo. Como era viernes, era su turno de pasar a recoger al pequeño Dylan. El cual ya le estaba esperando sentado en los escalones, el ojimiel había llegado un poco tarde.

Se bajó de su vehículo y le hizo una seña a su hijo para que se acercara, este cogió su pequeña mochila y fue corriendo hacia su padre

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Se bajó de su vehículo y le hizo una seña a su hijo para que se acercara, este cogió su pequeña mochila y fue corriendo hacia su padre. Colgándose de este en un fuerte abrazo.

- ¡Hola papi! -chilló feliz el niño.

- Hola, pequeño -Le saludó cogiendolo en brazos.- ¿Cómo te fue hoy?

Peter también se había mudado a la gran manzana, por lo que en el camino al nuevo restaurante del Hale, Dylan le contó a su padre todo lo que había hecho en el día. El niño hablaba casi tanto como Stiles, aunque solo lo hacía cuando ambos estaban solos. Frente a otras personas era bastante callado.

Llegaron al restaurante y antes de que siquiera acabaran de entrar, las camareras se apresuraron a ir y llenar de besos a Dylan.

- Bienvenido, Stiles -Le saludó Peter.- Veo que trajiste al pequeño terremoto.

Ambos observaron como al pequeño, a quien prácticamente lo habían arrancado de los brazos de su padre para poder mimarle mejor, les miraba con ojos suplicantes.

- Muy bien, chicas. Déjenlo en paz -Pidió Peter.- Hay varias mesas que necesitan ser atendidas, así que por favor muevan esos hermosos traseritos y vayan a trabajar.

Las chicas rieron coquetas ante lo dicho por su jefe, para luego soltar a Dylan y regresar a trabajar. El niño miró a Peter y le sonrió en agradecimiento.

- Sigue sin hablar ¿Eh? -Stiles hizo una mueca.- Vengan, vamos a mi oficina y le quitas ese labial de la cara.

Los tres subieron las dos escaleras que les llevaban hasta la oficina de Peter, la cual se encontraba en el tercer piso del restaurante.

- Anoche me llamó Scott -Comenzó a contar Peter mientras se sentaba en su silla.

- Ve a jugar al valcón -Le dijo Stiles a Dylan dándole un ligero empujón.

Una vez que el niño ya no escuchaba, el ojimiel miró a Peter e hizo una seña con la cabeza para que continuara hablando.

- Dice que como Beacon está muy tranquilo está pensando en venir un tiempo aquí con la manada, dice que quizás a Liam y Parrish les siente bien alejarse del Nemeton.

- ¿Y qué si pasa algo? Están dejando el pueblo servido en bandeja de plata.

- Pondrán protección antes de irse. Además, Chris se queda y si pasa algo, nos llamará.

- ¿Como que "nos" llamará?

Peter hizo una pausa antes de volver a hablar.

- Scott también dijo que no volvería a irse a menos que volvieras con él.

Stiles quiso reírse, eso debía ser una muy mala broma. Él le había dejado muy claro al alfa verdadero que si ellos tenían ganas de suicidarse que lo hicieran, pero él no iba a volver a arriesgar la vida de su hijo allí.

- Papá... -Hablando del rey de aroma, Dylan captó la atención de su padre y del Hale.- Me pasó de nuevo.

Peter no se lo podía creer, el niño que hace segundos había visto completamente normal ahora tenía los ojos amarillos, pequeñas garras y colmillos filosos.

Stiles rápidamente se levantó de la silla en donde se había sentado y cogió a su hijo en brazos. El niño rápidamente hundió el rostro en el cuello de su padre mientras este le susurraba para que se calmase.

El lobo Hale solo observaba, sorprendido porque llevaba desde que su sobrino desapareció conviviendo con ese niño y nunca había visto que eso ocurriera. No era normal, casi siempre el primer cambio de un lobo nacido llegaba poco antes, o después, de la pubertad.

- ¿Eso ya ha pasado? -Preguntó el de ojos azul aún algo sorprendido.

Stiles le miró con el ceño fruncido, pero asintió mientras continuaba abrazando a su hijo.

El mayor de los Hale se preocupó un poco, esa transformación además de no ser normal no era sana. No para un niño tan pequeño cuyo unico pariente lobo es su tío.

- Creo que esta es otra razón para que Scott y la manada vengan.

El joven humano no quería admitirlo, pero era verdad, necesitaba que ayudaran a Dylan. No importaba que esa ayuda fuera a dársela la persona que más en peligro había puesto al niño.

NOTA DE LA AUTORA:

Hasta aquí el capítulo, como ven ya pasó mucho tiempo desde que Derek se largó... PERO, aún no tienen permitido sacar conclusiones. No les permito odiar a Derek, odiar al Sourwolf es pecado.

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.

Ultima Oportunidad #SterekAwardsDove le storie prendono vita. Scoprilo ora