Treintainueve

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[NARRADOR]

A la mañana siguiente, Derek fue quien se despertó al último. Encontrándose solo en la cama de Stiles. Recordaba como el día anterior, luego de tener sexo en la ducha, se habían trasladado a la cama y habían hablado hasta que a los dos les ganó el cansancio y se quedaron durmiendo.

El pelinegro clavó la vista en el despertador que se encontraba en una mesita de noche a la diestra de la cama. Había dormido 13 horas de corrido ¡Bestial!

Rodó sobre sí mismo y hundió el rostro en la almohada, aspirando el aroma de Stiles mezclado con el suyo, lo cual le hizo ronronear de gusto. Le encantaba oler ambos aromas juntos, era una obra de arte para sus sentidos.

Estiró la mano hacia el otro lado de la cama y se encontró con que estaba apenas tibio. Lo que le indicaba que Stiles se había levantado hace ya un buen rato.

Se levantó y comenzó a buscar algo para vestirse, paseando por el cuarto hasta que notó la muda de ropa perfectamente doblada y con una nota encima que se encontraba al lado de la cama. No lo había visto antes, definitivamente el sexo le había dejado algo mareado.

Cogió la nota que se encontraba encima de la ropa y la leyó.

"Querido Sourwolf: tuve que irme a buscar a Dylan. Al parecer Peter y Liam tienen mejores cosas que hacer que cuidarle ¿Sabías que son pareja? Yo no me lo puedo creer.

En fin, te dejo ropa y en un rato vuelvo. Duchate y come si quieres, mi casa es tu casa".

Al acabar de leer, el ojiverde sonrió ampliamente. Era una lástima que no lo hiciera frente a las personas, porque definitivamente esa sonrisa enamoraba a más de uno si tuvieran la oportunidad de verla.

Se colgó la ropa en el brazo y decidió que mejor se iba a duchar. Ya que a pesar de que le encantaba sentir el aroma de Stiles en su piel, estaba demasiado sudado y no le gustaba esa sensación, por mucho que le gustaran sus olores mezclados.

Al meterse en la ducha, se encontró frente a frente con el agujero en donde había arrancado los azulejos. Pasó la mano por encima, aunque fue apenas un roce con la yema de los dedos, pero fue suficiente para que ante el contacto con la fría superficie recordara cada detalle de lo que había pasado el día anterior nuevamente.

Sintiendo como su cuerpo reaccionaba ante los recuerdos de la acalorada ducha que había ocurrido anteriormente, Derek se llevó una mano al miembro y comenzó a masajearse lentamente. Gruñendo mientras sentía como su falo se ponía duro.

Le dio la espalda a los grifos y se recostó en la pared, jadeando mientras aumentaba la velocidad de su mano.

Acabó corriéndose mientras recordaba todos y cada uno de los jadeos y gemidos que recordaba haber hecho soltar a Stiles. Aunque, en cuanto los espasmos del orgasmo acabaron, se sintió como todo un adolescente hormonal. Tocándose en la ducha mientras pensaba en su interés amoroso. A pesar de que era obvio que Stiles era más que un simple interés amoroso.

Derek no iba admitirlo, pero nunca le había dicho te amo a alguien mientras tenía sexo. Ni siquiera le hablaba a sus compañeras sexuales, pero con Stiles había hablado más durante el sexo que en todo el tiempo que se llevaban conociendo. Si lo pensaba de esa forma, le daba algo de pena.

Terminó de ducharse, se vistió y salió del baño. Dándose cuenta de dos cosas. Primero: el cuarto de baño era a prueba de ruido. Segundo: Dylan y Stiles ya estaban de regreso.

Derek podía escuchar al niño yendo de un lado al otro fuera del cuarto, mientras que Stiles intentaba que se quedase quieto. Negó con la cabeza y rió, momento en el que sonido de fuera se calló de repente.

— Papá –Escuchó hablar al pequeño.— Hay alguien riendo en tu cuarto.

— Ve a abrir y fijate la sorpresa que te tengo.

— ¿Sorpresa? ¿Qué sorpresa?

Lo siguiente que ocurrió fue que Dylan abrió la puerta del cuarto. Derek nunca iba a olvidar la sonrisa y la forma en la que le brillaron los ojos al niño cuando le vio de pie a menos de un metro.

— ¡Papá Derek!

El mencionado casi cae de culo al suelo cuando Dylan corrió hacia él y se le colgó del abdomen. Aferrandose a la camisa que llevaba puesta para así no caer.

Derek lo cogió en brazos y salió del cuarto con el niño abrazándole por el cuello con fuerza. Un poco más y le ahorcaba. Pero al mayor no le podía importar menos.

— Estoy realmente feliz de que no te hayas ido –Le dijo Stiles.— Dylan no paraba de preguntar por ti.

— ¡Papá, no digas eso! –Dylan escondió el rostro en el cuello de Derek mientras hacía un mohín.— Solo pregunté una vez.

— Una vez por minuto.

El niño hizo un sonido de queja mientras escondía aún más el rostro, avergonzado porque su padre le mandaba al frente. Stiles, por su parte, rió un poco antes de acercarse.

— Anda, perdóname hijo –Pidió palmeando la cabeza del menor.

— Eh... ¡No!

Derek rió al ver como Dylan le sacaba la lengua a Stiles y este hacía lo mismo. La risa del mayor hizo que el humano dejara de molestar a su hijo para acercarse y depositar un casto beso en sus labios.

— Buenos días, Sourwolf –Le saludó con voz suave.

— Buenos días, pequeño –Regresó el saludo Derek para luego echarse más hacia adelante en un intento por volver a besarle.

— ¡Me aplastan! –Se quejó Dylan, y ambos se separaron.— ¿Qué es un Sourwolf, papá?

— No te atrevas –Le advirtió Derek.

— Verás, hijo...

— Stiles.

— Un Sourwolf es...

— Hablo en serio, Stiles.

— Un Sourwolf es una persona con muy poco sentido del humor –Dijo el humano riendo.— Aunque también se caracterizan por tener ojos verdes, barba rasposa, cabello negro, más o menos miden 1.89, y son considerados unos lobos amargados.

Dylan miró a su padre, luego a Derek, y luego de nuevo a Stiles antes de acercar a este último y susurrarle algo al oído.

— Papá –Habló con preocupación.— Creo que Derek es un Sourwolf.

Y eso bastó para que Stiles se riera como nunca antes lo había hecho. Mientras que Derek frunció el ceño y le gruñó por haberle dicho eso al niño.

— ¿Eso significa que Peter también es un Sourwolf?

— No, pequeño –Dijo Derek.

— ¿Y tía Cora?

— Tampoco –Volvió a hablar el pelinegro.

— ¿Entonces quiénes son Sourwolf's?

— Yo soy el único Sourwolf... Espera ¡NO!

— ¡Lo admitiste! –Gritó Stiles volviendo a carcajearse, ya hasta soltaba lágrimas de la risa.— Dios, Dylan te amo.

— Y yo a ti, papi –Respondió el niño.— ¿Podemos desayunar? El viejo Peter no me dio nada de comer.

— Está bien, prepararé algo –Stiles suspiró, dejando de reír.— ¿Te quedas, Derek?

— Por supuesto.

NOTA DE LA AUTORA:

Dylan sigue siendo un amor y Derek admitió que es un Sourwolf. Además de esa manuela que se echó en la ducha. Pero sh... Que Stiles se pone celoso de la mano de Derek.

#TodosSomosSourwolf🐺

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.

Ultima Oportunidad #SterekAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora