Ultima Oportunidad #SterekAwards

Sesentaicuatro

[NARRADOR]

Derek, Liam y Peter intentaban mantener la calma mientras cuidaban a Dylan. Stiles y los demás habían acompañado a Jackson hasta la veterinaria de Deaton, puesto que la mordida que Dylan le había hecho al rubio no había sanado.

Peter era quien más tenso se veía, observaba al niño como si a este le hubiera salido una segunda cabeza. Aunque Derek se la pasaba dándole codazos para que al menos fuera discreto con aquellas miradas acusadoras que le dedicaba inconscientemente al niño.

— ¿Creen que Jackson esté bien?

Aquella pregunta fue el colmo. Derek miró a su tío mientras se frotaba el puente de la nariz. Incluso Liam miraba mal a su propio compañero.

— Por supuesto que está bien –Se apresuró a decir el rubio, dándole un golpe en el hombro a Peter.— Seguro que solo fue un rasguño que exageramos y que ya se habrá curado.

No se necesitaba ser muy listo para saber que Liam solo decía eso para intentar mantener tranquilo a Dylan. Derek agradecía aquello, ya que él nunca había sido bueno mintiendo. Si era bueno siguiendo mentiras, pero no pensándolas desde cero.

— Liam tiene razón –Asintió el ojiverde.— Seguro que no ha sido nada.

— ¡Me duele! –Gritaba por enecima vez Jackson en la veterinaria.

A su lado, Isaac le acariciaba los hombros y besaba su frente mientras observaba preocupado la mordida que Dylan le había dejado a su esposo.

Deaton cosía la herida mientras intentaba ser lo más cuidadoso posible, pero el rubio no dejaba de quejarse y maldecir al aire mientras el otro cerraba su herida. Stiles, Cora, Scott y Lydia observaban todo desde un rincón mientras que Malia se encontraba al lado de Isaac, observando curiosa mientras cosían la herida de Jackson.

— No entiendo por qué no se cierra –Dijo Jackson con la voz teñida por el dolor.— He recibido heridas peores de otros lobos y me he curado.

— Dylan no es un lobo normal –Repuso Deaton sin desviar la vista de lo que estaba haciendo para no cometer ningún error.— Ahora puedo confirmarlo.

— ¿Y por qué sus mordidas no se curan?

Stiles miró a Scott con el ceño fruncido por aquella pregunta. Reconocía aquél tono de voz perfectamente, era el tono que el alfa verdadero siempre usaba cuando comenzaba a acusar a alguien de algo.

— No sabemos si no se cura –Le dijo serio y notablemente molesto.— Quizás solo tarda más.

— Stiles tiene razón –Le secundó el Druida.— Habrá que esperar para ver, por eso voy a necesitar que Jackson pase la noche aquí, debo monitorear la mordida.

— Me quedaré con él –Sentenció Isaac, abrazándole por los hombros.

Jackson sonrió y miró hacia arriba para besar a su pareja mientras acariciaba los brazos que le rodeaban con la mano que no le habían mordido.

Stiles observó aquello y se relajó un poco. Nunca hubiera creído que Jackson podría ser tan cariñoso con alguien.

— Que empalagosos –Se quejó Malia mientras iba junto a su prima.

— ¿Podemos irnos? –Pidió Cora con hastío.— Tanta azúcar va a provocarme diabetes.

— Los lobos no pueden tener diabetes –Le recordó Lydia, haciendo uso de su intelectualidad.

— Pues esto me la va a provocar –Repuso la Hale cruzándose de brazos.

Stiles y Scott rieron mientras iban hacia afuera, siendo seguidos por las chicas.

Como Cora, Malia y Lydia se detuvieron para despedirse de Isaac y Jackson, mientras que ellos solo murmuraron un adiós al ir hacia la puerta, Stiles aprovechó para acorralar a Scott cuando salieron de la veterinaria y mirarle con la mayor severidad que nunca se hubiera reflejado en sus ojos.

— Todo lo que dijiste aquí va a quedar entre nosotros ¿Entendido? –Sentenció con una mano en el pecho del otro, manteniéndole contra la pared.— Ni por asomo se te ocurra mencionarlo frente a Dylan.

— No lo haré –Aseguró el alfa, y Stiles le soltó.— Tío, eso dolió ¿De dónde sacas esa fuerza?

— Instinto paternal –Respondió encogiéndose de hombros.— Ahora vámonos.

Las chicas salieron y Stiles caminó hacia el coche de Lydia, apresurando a subir al asiento del acompañante mientras que la pelirroja se subía al del conductor. Malia, Cora y Scott tuvieron que ir aplastados en el asiento de atrás.

Lydia sacó el auto del estacionamiento y en el camino hacia el Loft, el viaje comenzó a hacerse insoportable para los que iban atrás.

— Te odio, Stilinski –Le gruñó Cora, la cual había quedado atrapada en el medio.

— Al menos tú no quedaste aplastada contra la puerta –Le dijo Scott, siempre intentando ver el vaso medio lleno.

— Cállate McCall –Dijeron ambas Hale, aplastando aún más al alfa contra la puerta.

— Ponle seguro a las puertas –Le aconsejó Stiles a Lydia, la cual hizo lo dicho.— No vaya a ser que Scott se caiga.

— Si se cae no volveré por él –Sentenció la pelirroja.

— ¡Hey! –Se quejó el moreno desde atrás, sonando herido y pateando el asiento de Lydia

— Vuelva a hacer eso y te arrojo yo misma –Le gruñó la Banshee, dedicándole una mirada asesina por el espejo retrovisor.

— ¿Cómo es que Erika y Boyd se salvaron de esto? –Preguntó Malia entre refunfuños.

— Tienen que ir a planear las cosas de la boda –Les recordó Stiles.— Así que a la próxima , si quieren salvarse de esto, cásense.

— Nah, yo estoy bien soltera –Declaró Cora apretando los labios.

— Igual yo –La secundó Malia.

— Ya van a encontrar a alguien que les mueva el piso –Dijo Lydia con cierto aire de saber de lo que hablaba.

— ¿Tienes a alguien que te mueve el piso, Lyds? –Le preguntó el ojimiel alzando las cejas.

En respuesta, la de cabello rojizo aceleró a fondo, haciendo que sus pasajeros de aferraran a los asientos. El resto del recorrido se lo pasaron gritándole a Lydia por aquél acelerón mientras que la Banshee se reía a carcajadas.

La tensión provocada por la mordida había quedado olvidada, al menor por el momento.

NOTA DE LA AUTORA:

La mordida de Dylan no se cura enseguida ¿Por qué creen que sea eso?  Déjenme sus teorías en los comentarios, me etretendré leyéndolas.

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.