Sesentaiocho

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[NARRADOR]

El tiempo que pasaron en Nueva York fue corto, menos de una semana. Pero para la manada y Dylan ya parecía ser demasiado.

El departamento se vendió rápido, estaba en una buena zona en la que muchos buscaban vivir. Por lo que Stiles pudo sacar una buena cantidad de dinero de aquella venta. Incluso más de lo que había pasado él por el lugar. En momentos como ese, agradecía la inflación, puesto que por primera vez esta estaba a su favor.

Luego de vender el departamento, se habían quedado un par de días más en un hotel, puesto que primero habían decidido mandar las cosas de los Stilinski para, en caso de que algo se perdiera, poder reclamar directamente en Nueva York.

Esos últimos días, fueron Derek y Stiles los que estaban eufóricos por regresar. Mientras que Dylan estaba realmente tranquilo, feliz porque solo eran dos días. Ahora era el niño al que le tocaba recordarle a sus dos papás que solo faltaban dos días y volverían con la manada. Pero eso era justamente lo que les ponía nervioso. Sobre todo a Derek, quien desde que se había enterado que iba a ser padre estaba hecho un manojo de nervios.

Con Dylan ya había tenido una idea de qué hacer y cómo actuar con un niño, Dylan ya era prácticamente su hijo, lo consideraba así. Pero la idea de que Stiles estaba esperando a un niño suyo, a un hijo de ambos, le hacía sudar frío cada vez que pensaba en eso. Y no quería admitirlo, pero lo pensaba seguido, demasiado seguido.

Un chasquido frente a su rostro le hizo volver a la realidad, se había quedado inmerso en sus pensamiento. Alzó la vista para ver que la mando en frente de su rostro era la mano de Stiles, al notar aquello acercó su boca a dicha extremidad para besarla, haciendo reír al duelo de esta.

— Te volviste a quedar pensando –Le dijo el chico, sonando divertido.— ¿Sigues eufórico?

— Aún no me lo creo –Admitió el mayor.— Es... impresionante, aún no lo proceso del todo.

— Si a tí te cuesta, imagina lo que será para la manada –Dijo con burla Stiles. — Imagina al pobre Scott, no lo entenderá ni cuando el niño ya haya salido.

Derek rió ante aquello, pero el final de la frase hizo que volviera a pensar en que en apenas meses iba a tener que cuidar de un bebé. Aquello le hizo comenzar a sudar frío de nuevo, haciendo que Stiles rodara los ojos divertido.

— Tierra a Sourwolf, vuelve –Le pidió, volviendo a chasquear los dedos frente a su rostro.— No quiero golpearte para que reacciones, anda.

El pelinegro volvió en sí, sonriéndole al menor, el cual se acercó para darle un beso.

— Consíganse una habitación –Les chilló una voz detrás de ellos.

Dylan estaba sentado en la cama junto a la que ellos compartían, mirándoles con expresión asqueada.

— Ya estamos en una habitación –Le recordó Stiles.

— Pero consíganse una habitación en la que no esté yo –Se quejó, haciendo reír a Derek.— Ya hicieron un bebé, dejen de hacer más bebés.

Ambos adultos enrojecieron ante aquello, el niño sonaba tan serio que esa frase había sido claramente un reclamo de parte del menor. Ninguno de los dos podía creer que el chico con apenas cuatro años ya supiera acerca de esas cosas. Entonces Stiles recordó que aún debía matar a Peter por explicarle a su hijo cómo se hacen los bebés. Aunque agradecía que el mayor hubira tenido algo de delicadeza con el tema y lo hubiera explicado de forma en que no perturbaba del todo al niño.

— Ven acá, mocoso –Escuchó decir a Derek.

Lo siguiente que vio fue a su hijo poniéndose de pie en su cama y tomando impulso para saltar a la cama en la que estaban ellos. Antes de que siquiera pudiera gritarle que se detuviera, el niño ya estaba impactando contra el colchón y rebotando. Por suerte, Derek le puso una mano en la espalda para detener el impulso y que, así, no saliera disparado de la cama.

— ¡Otra vez! –Podió Dylan, recibiendo una mirada seria de Stiles.— Mejor no.

El humano sonrió, satisfecho por lo rápido que su hijo se retracto y le rodeó con un brazo para acercarse a ellos y sentarlo en una de sus piernas.

— ¿Estás feliz porque volveremos a Beacon Hills? –Le preguntó Derek, sonando algo nervioso con solo nombrar el lugar.

— Por supuesto –Dylan asintió varias veces con la cabeza.— Ya quiero ir para que podamos ir a correr por el bosque.

— Y lo haremos –Asintió el Hale.— Yo mismo te llevaré.

— Y ya les quiero contar a todos que voy a tener un hermanito.

— No –Negó Stiles.— Ya le contaste a Derek, y casi le provocas un ataque al corazón. A los demás les contaremos nosotros.

— No se vale –Se quejó el niño haciendo un mohín.— Ustedes pueden tener más bebés, yo voy a tener que esperar a ser viejo como ustedes.

— ¿¡Cómo que viejo, enano desagradecido!? –Stiles estaba ofendido.— Esta es la cara de tu futuro.

Dylan soltó un sonido de susto mientras Stiles señalaba su propio rostro. Derek, mientras tanto, intentaba no reír. Cosa que le resultaba muy difícil.

Cogió al humano, el cual había comenzado a reclamarle a Dylan que no estaba viejo, por la barbilla y le acercó para darle un beso. Sonriendo durante este ante el sonido de IU que soltó el niño en las piernas del menor.

Si iban a pasar esos dos días así, iba a estar muy ocupado como para ponerse nervioso. Lo cual iba a ser de ayuda.

NOTA DE LA AUTORA:

Por fin actualizo a tiempo, milagro del señor Jesucristo. Sepan disculpar, es que ando con muchas cosas que hacer, mucho estudio y trabajo me consumen.

Dylan sigue siendo un amor y Derek está muy nervioso. Stiles se mantiene más o menos normal.

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.

Ultima Oportunidad #SterekAwardsWhere stories live. Discover now