Cincuentraicuatro

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[NARRADOR]

Stiles no iba a mentir, que le limaran los dientes había sido la experiencia más dolorosamente incómoda que había pasado en su vida. Sobre todo porque sus encías habían sido rozadas por la lima cuando Vanessa tuvo que volver a darle forma al colmillo, lo cual había producido pequeños pero dolorosos cortes. Aunque el ojimiel no iba a quejarse, él había sido quien rechazó la anestesia. Pero era por cuestión de principios, prefería aguantar el olor y la incomodidad antes de que alguien le clavase una jeringa en la boca. Había una lista de cosas que nunca dejaría que le metieran en la boca, la primera de ellas era una jeringa.

Hace veinte minutos que se había ido de la veterinaria y aún no dejaba de sobarse la mandíbula mientras conducía de regreso a su departamento, la tortura había acabado antes de lo que esperaba, por lo que Dylan aún no había salido del preescolar y él tendría un tiempo para hablar con Derek.

Cuando llegó al departamento y le dijo a Derek que debían hablar, los nervios en el rostro del mayor eran realmente visibles. Le había avisado al lobo que iba a ir porque desde el asunto de Deucalion se sentía extraño, pero se había abstenido de mostrarle los colmillos, esa ya era una escena muy violenta.

— ¿Está todo bien? –Fue lo primero que preguntó el Hale cuando ambos se sentaron en el sofá de la sala.

Stiles se limitó a asentir rápidamente con la cabeza, momento en el que Derek se relajó notablemente, aunque seguía algo tenso.

— Lo que ocurre es que me fui a hacer una revisión con Deaton, pero él no estaba y me atendió Vanessa, la Druida de la manada de aquí, es una mujer súper maja –Stiles negó con la cabeza al notar que se estaba yendo del tema.— La cosa es que ella me revisó y puede que estas cosas extrañas que me están ocurriendo sean por el ataque de Deucalion.

— ¿Te convertiste? –Se apresuró a preguntar Derek, pero Stiles negó nuevamente con la cabeza.— Por favor, dime que no es alguna clase de envenenamiento por mordida que te mata lentamente.

— ¿Qué? ¡No! –Se apresuró a decir.— Por supuesto que no, aunque creí que podría ser eso, pero no lo es. En parte...

— Stiles, habla claro porque vas a hacer que me de un infarto –Le pidió, cogiendo la mano del chico y llevándola a su pecho.

Stiles pudo sentir el corazón del mayor bombeando frenético contra su mano. Llevó su mano del pecho de Derek al rostro y le acarició la mejilla, el lobo descansó la cabeza contra la palma del menor y suspiró, cerrando los ojos por unos segundos.

— Al parecer mi chispa se adaptó para que la transformación a Hombre lobo no me matara y tenía colmillos y puede que pueda quedar preñado como Liam.

Decir que los ojos de Derek se abrieron de par en par es poco, Stiles había temido que se le fueran a salir de las cuencas por lo mucho que los había abierto.

— ¿Qué dijiste? –Le preguntó con voz muy suave cuando reaccionó.

— Que si no tenemos cuidado vendrá la cigüeña –Repitió, medio en broma medio en serio.— Y que tenía unos bonitos colmillos que me limaron, y déjame decir que fue como una maldita tortura.

El pelinegro seguía mirándole como si le hubiera salido un tercer ojo en el centro de la frente. La mandíbula de Derek había quedado entreabierta mientras que su cerebro parecía estar procesado las palabras que acaba de escuchar para decidir que acción debería llevar a cabo.

Lo que hizo al salir de su shock fue, literalmente, lanzarsele encima al ojimiel, haciendo que cayera de espaldas en el sofá, para luego abrazarle como si la vida se le fuera en ello. Por poco y asfixió a Stiles en el proceso.

El humano sinceramente no entendió aquél repentino acto en un principio. Pero entonces razonó que, hasta donde sabía, lo que Derek más deseaba en el mundo era volver a formar una familia y recuperar aquellos buenos recuerdos que hace tanto tiempo había perdido en el incendio provocado por su ex-psicópata, ex-cazadora, ex-novia, actual cuñada de Stiles.

Correspondió al abrazo con un poco menos de fuerza porque, obviamente,  su fuerza no podía ser igualada con la de un Hombre lobo algunos años mayor que él, el cual también tenía una musculatura mucho más definida y un entrenamiento mucho más avanzado.

Derek relajó un poco el agarre cuando notó que por poco y asfixiaba al menor, aunque no por eso se alejó de él hasta otros largos diez minutos en los que Stiles ya no sabía si seguir abrazándole o comenzar a hablar. Porque el abrazo pintaba que iba para largo.

— Si me sigues abrazando no voy a vivir para darte esa familia que quieres –Jadeó luego de algunos minutos.— Aunque no sé ni si la quieres conmigo, yo solo digo, si tú no crees que lo nuestro...

Derek se separó abruptamente antes de que Stiles acabara esa frase y, en un desesperado intento por hacer que se callara antes de decir lo que ambos sabían que iba a decir, le besó. Fue un beso desesperado y brusco, aunque ambos lo convirtieron en suave antes de llegar a separarse.

— ¿Y eso por qué fue?

— No quería que terminaras de decir una estupidez –Le reclamó de forma acusadora.— Porque el que solo insinuaras que yo no quiero formar una familia contigo es una estupidez. Solo examina lo nuestro, Dylan ya me llama papá Derek.

— Eso es verdad –Asintió Stiles.— Aunque si cada vez que diga estupideces vas a besarme, déjame decirte que comenzaré a decir la mayor cantidad de estupideces que te puedas imaginar.

— No te abuses –Sentenció, intentando sonar severo pero sin poder ocultar una pequeña sonrisa.— Puede que la próxima te arranque la garganta con los dientes.

— No sabes lo sexy que me suena eso.

Stiles pasó sus brazos por alrededor del cuello de Derek y le acercó para volver a besarle. Esta vez, tomándose su tiempo e intentando llevar aquél asunto a ligas mayores.

Aunque en un principio Derek pareció seguirle el fuego, se alejó y le detuvo cuando Stiles hizo fricción entre sus entrepiernas.

— En menos de una hora Dylan saldrá de la escuela –Le recordó.

— Pues que sea un rapidito –Pidió Stiles, intentando volver a acercarle, pero Derek se mantuvo firme.

— No quiero que Dylan me huela tanto en ti –Le dijo serio.— Eso puede afectarle al ser un lobo y yo ser nuevamente un alfa que intenta cortejar a su padre. No queremos que vuelva a escapar.

— Dios, si vuelve a hacer eso le encadeno a la pata de su cama –Suspiró con cansancio.— Está bien, lo haremos lento, como mi alfa diga.

— Me gusta como suena eso –Admitió Derek.— Tu alfa.

— Mi alfa –Sonrió.— Ahora quítate de ante de encima antes de que me arrepienta de tomarnos esto con calma.

A pesar de que él había sido quien se lo pidió, Stiles bufó cuando Derek se quitó de encima. Pero bueno, todo fuera por el bien de su hijo.

NOTA DE LA AUTORA:

Creo que no es necesario aclarar que esto se está acercando a su final. Ni yo me lo puedo creer, esta historia ya casi o más de un año desde que la empecé y, gracias a ustedes, tuvo un gran recibimiento. Ahora no la quiero terminar.

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.

Ultima Oportunidad #SterekAwardsWhere stories live. Discover now