A Quién Más Odiamos

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Disclaimer: Nada de Harry Potter es de mi propiedad, los personajes y todo lo relacionado a la historia canon que pueda aparecer, a excepción de lo creado y modificado por mi persona, pertenecen a J.K. Rowling.

Summary: Harry Potter, un muchacho consciente de la magia, con una gran inteligencia, pero roto por culpa del maltrato de sus parientes. Hasta que por azar del destino, su vida va a cambiar completamente y ya nada va a volver a ser igual.

El Orden Natural de Las Cosas.

Año I

Capítulo VII

"A Quién Más Odiamos"

~0~0~

—DIALOGO NORMAL—

—(PENSAMIENTO)—

—"PARSEL"—

~0~0~

El piso de la cocina estaba frio, siempre lo estaba, esas baldosas color crema era casi viejas amigas para Harry, el sentirlas otra vez tocando sus manos producía una sensación de desasosiego. Cada vez que las yemas de sus dedos las tocaban, sabía que era para recibir otra de los rutinarios castigos que alguien de la familia le imponía o simplemente, para humillarlo con las mas mundanas tareas en un intento por generar en él un estado de completa servidumbre y sumisión.

Abrió los ojos, sentía un palpitar y un ligero pinchazo en el hemisferio izquierdo de su cabeza, sin lugar a duda había sido un golpe fuerte el que recibió. Estaba tirado en el suelo frio, sin pensar en el dolor, comenzó a levantarse sin decir nada y sin quejarse, cuando estuvo finalmente de pie, sintió la sangre brotar de su ceja izquierda, era cálida, miró hacia abajo y vio caer un par de gotas en su remera. No lloró, simplemente no le iba a dar ese lujo. Volvió a mirar hacia donde estaba su agresor y lo miro directamente a los ojos con una mirada vacía.

—Y que ni se te ocurra volver a intentar algo, no quiero que vuelvan a pasar cosas extrañas en esta casa ni en ningún lado —dijo molesto—. ¡¿Me escuchaste anormal de mierda?! —gritó completamente furioso, levantando el puño en forma de amenaza con golpearlo nuevamente.

—Si tío Vernon, perdón, no va a volver a pasar. —respondió monótonamente en un tono monocorde sin soltarle la mirada.

—Bien me gusta que sepas donde está tu lugar —dijo complacido—. Ahora anda a lavarte la cara antes de que ensucies el piso que tu tía con tanto esfuerzo limpio.

—Si tío Vernon. —volvió a responder monótonamente.

Camino sin decir nada y sin mostrar ninguna emoción hacia el baño, cuando llego, solamente cerró la puerta tras de sí y se miró al espejo, la sangre había parado de brotar, pero su cara, al igual que parte de su ropa, estaba manchada con ese rojo metalizado. La zona estaba comenzando a tomar un color ligeramente morado y tenía una ligera hinchazón. Se desvistió quedándose solo en ropa interior y se miró en el espejo de cuerpo entero que había detrás de él.

Se tocó ligeramente la cara, específicamente donde tenía cortado e hizo una mueca de dolor. Tenía algunos moretones en la zona baja del abdomen del lado derecho y otro en su antebrazo, Dudley se los había hecho con su amigo Pierce dos días antes en un juego que ellos llamaban, cazar al anormal, a ellos parecían divertirles, dudar de la humanidad de la gente que lo rodaba era algo que sin lugar a duda era completamente válido.

Cerró los ojos y respiro profundamente, abrió la canilla del lavado y comenzó a limpiarse la herida, para luego desinfectarla, limpio todos los lugares donde la sangre había llegado, cuando termino, cerro la llave del agua y abrió la de la ducha que estaba a su costado. Se volvió a mirar al espejo para sentir que algo caía de su cara, estaba llorando, en silencio se sentó sin dejarse de mirar al espejo, se abrazó a sus piernas en posición fetal, en tres días iba a ser su noveno cumpleaños y escondió su cara entre sus piernas. Solo dejo su mente fluir.

Obsoleto - El Orden Natural De Las Cosas - ObsoletoWhere stories live. Discover now