Obsoleto - El Orden Natural De Las Cosas - Obsoleto

La Mano Negra de La Muerte

Disclaimer: Nada de Harry Potter es de mi propiedad, los personajes y todo lo relacionado a la historia canon que pueda aparecer, a excepción de lo creado y modificado por mi persona, pertenecen a J.K. Rowling.

Summary: Harry Potter, un muchacho consciente de la magia, con una gran inteligencia, pero roto por culpa del maltrato de sus parientes. Hasta que por azar del destino, su vida va a cambiar completamente y ya nada va a volver a ser igual.

El Orden Natural de Las Cosas.

Año VI

Capítulo LXXI

"La Mano Negra de La Muerte"

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—DIALOGO NORMAL—

—(PENSAMIENTO)—

—"PARSEL"—

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La niebla nocturna, como un suave manto algodonado y blanco reposaba estática y tétricamente sobre un río sucio y pestilente; con orillas plagadas de vegetación y basura, producto del progreso industrial del hombre. En lo alto y a lo lejos una inmensa chimenea, reliquia de lo que alguna vez fue un molino antiguo, ahora ya abandonado. El silencio profundo de la noche, se vio interrumpido por un imperceptible POP que retumbó en el silente nocturno. Con la interrupción de la calma, una figura; delgada, encapuchada y negra que apareció de la nada en la orilla del río. La figura, con movimientos confusos comenzó a mirar hacia un lado y hacia el otro, en lo que parecía un intento por poder orientarse, luego, deteniéndose, se alejó a pasos rápido, haciendo crujir la hierba contra el pasto.

Un segundo después otro POP más fuerte retumbó interrumpiendo la silente noche, una nueva figura, muy parecida a la anterior, se materializó.

—¡Cissy! ¡Espera! —exclamó la segunda figura con una voz chillante

La primera figura no se detuvo, y observando el rayo de luz que traía consigo la luna, caminaba hacia la orilla del río.

—¡Cissy!... ¡Narcissa!, escúchame. —exclamó nuevamente la segunda figura acercándose hasta la primera.

—¡Regresa a la Mansión Malfoy, Bella, no me molestes! —digo Narcissa enfurecida.

—¡Escúchame!

—Ya te escuché. Ya elegí lo que quiero hacer. ¡Déjame sola!

Narcissa alcanzó el final de la orilla y entró a una calle adoquinada. Bella, refunfuñando la siguió. Una al lado de la otra, permanecieron mirando a lo largo de la calle, como si nuevamente, como habia hecho la primera figura, intentara ubicarse.

—¿Acá vive? —preguntó Bella con un tonó de asco —. ¿En este lugar? ¿Con todos estos muggles? —Narcisa no prestó atención y comenzó a caminar cruzando una calle —. Cissy, ¡Espera! —exclamó.

Narcissa se precipitó hacia un callejón que había entre las casas y entró a una segunda calle. La noche se habia vuelto más negra; la luna era ligeramente tapada por una nube pasajera que le daba a un ambiente tétrico a todo lo que antes iluminaba completamente. Bella que corría detrás de Narcissa, logró alcanzarla; la tomó del brazo y la volteó para que ambas se miraran a la cara.

—Cissy, no podés hacer esto. No podés confiar en él.

—El Señor Tenebroso confía en él, ¿No? —preguntó Narcissa con algo de sarcasmo.

Bella no dijo nada. Narcisa con frialdad y algo de violencia se soltó del agarre que tenía bella y dándose vuelva continuó caminando mientras se frotaba el brazo. Por fin, apresurando su paso, entró en una calle llamada Spinner's End, en donde la cual la chimenea del molino parecía cernirse como un gigantesco dedo. Los ruidos de los pasos al pisar los adoquines destruyeron la calma y el silencio que había en la calle juntó con las hileras de casas que delineaban las veredas. Narcissa, mientras era seguida por Bella y antes de que ella pudiera hacer algo, se aproximó hasta la puerta de la única casa que tenía un muy ligero resplandor titilante que brillaba atreves de las ventanas. Llamó a la puerta y juntas esperaron de pie. Unos segundos después, escucharon pasos y un hombre con pelo negro abrió muy ligeramente y las observó con sus ojos negros y piel pálida. Narcissa se quitó su capucha y miró al hombre.