La Voz de La Razón

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Disclaimer: Nada de Harry Potter es de mi propiedad, los personajes y todo lo relacionado a la historia canon que pueda aparecer, a excepción de lo creado y modificado por mi persona, pertenecen a J.K. Rowling.

Summary: Harry Potter, un muchacho consciente de la magia, con una gran inteligencia, pero roto por culpa del maltrato de sus parientes. Hasta que por azar del destino, su vida va a cambiar completamente y ya nada va a volver a ser igual.

El Orden Natural de Las Cosas.

Año III

Capítulo XXIX

"La Voz de La Razón"

~0~0~

—DIALOGO NORMAL—

—(PENSAMIENTO)—

—"PARSEL"—

~0~0~

Harry miró fijamente a Daphne con una sonrisa traviesa, pero lentamente comenzó a desvanecerse de su rostro. Daphne rodeó el cuello de Harry con sus brazos y le dio un suave beso y lo miró fijamente. Él respondió rodeándola por la espalda media en un tierno abrazo.

—No todo puede ser siempre todo perfecto Harry, me encantaría que tuviéramos una cita en Hogsmeade, pero todo el lugar está repleto de Aurores y profesores, quedémonos, va a ser lo mejor. —dijo Daphne en voz baja sin dejar de abrazar a su novio.

—Sí, tenes razón. —dijo Harry suspirando decepcionado.

Harry miró a los ojos a Daphne que le sonreía dulcemente, se concentró en aquellos orbes azulados tanto le gustaban y una idea apareció en su mente. Algo que siempre había querido hacer, algo que había visto en la televisión cuando vivía en los Dursley, algo que había leído en los libros fantásticos. Sus mejillas se tornaron completamente rojas y una sonrisa tonta apareció en sus labios.

—¿Qué pasa? —preguntó Daphne riéndose por la cara que ponía Harry.

—Bueno... es que hay algo que me gustaría hacer... —contestó Harry algo apenado, pero de pronto le apareció una sonrisa gigantesca y un brillo en los ojos —Ya se —Harry soltó el abrazo, agarró de la mano a Daphne y ambos salieron del salón —, esperame acá. No te muevas.

Daphne miro sin entender absolutamente nada de lo que estaba haciendo su novio que salía corriendo por las escaleras subiendo rápidamente. Harry subió a toda velocidad las escaleras hasta llegar al séptimo piso. Dijo la contraseña a Sir Cadogan y entró, ante la vista de los de primero y segundo año, corriendo a la habitación de chicos. Con un movimiento de varita saco su baúl y comenzó a buscar entre sus cosas hasta que lo encontró. Una pequeña caja de madera negra barnizada que tenía grabado a una bailarina de ballet sobre la tapa y al costado una especie de llave de bronce pulido.

Con la misma velocidad que entró, salió de la torre y volvió a bajar las escaleras. Daphne seguía parada en el umbral de entrada al corredor del tercer piso el mismo lugar donde Harry la había dejado sin decir ni una sola palabra. Hasta que lo vio, Harry bajaba a toda velocidad y con una gran sonrisa en los labios. La agarró de la mano y guiados por la idea de Harry comenzaron a bajar las escaleras.

Algo agitados llegaron a planta principal. Harry sin decir una palabra siguió guiando a Daphne por el pasillo hasta que llegaron al patio central. Estaba completamente vacío, ningún alumno le apetecía estar en ese lugar con el frio invernal que había. Harry la guio cerca del centro, la miro con una gran sonrisa y le soltó la mano.

—Cuando era más chico, mientras leía una historia clásica germana —dijo sacando la cajita negra del bolsillo de su túnica y caminando hasta uno de los bancos —, leí algo que se llamaba vals vienés, es un tipo de danza clásica, ese mismo baile apareció en muchas historias —continuó mirando nuevamente a Daphne —. Tiempo después, un día mi primo se había ido y había dejado la televisión prendida, es un aparato muggle que emite imágenes, y entonces lo vi. Muchas parejas bailando. —Harry volteó la cajita, le dio cuerda y la puso sobre el banco todavía cerrada.

Obsoleto - El Orden Natural De Las Cosas - ObsoletoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora