Capítulo 13

370 35 4
                                    

Papá y mamá nos habían llevado a cenar a mis hermanos y a mi. Pero creo que era más por mi que por los chicos, porque desde que me había cruzado con Alex en la tarde, mi ánimo había bajado visiblemente.

Los chicos pasaron haciendo miles de bromas, papá y mamá contaron anécdotas graciosas de cuando estaban jóvenes e incluso me dejaron pedir postre. Todo para que me sintiera mejor, y los amé más de lo que ya lo hacía. Así que me esforcé por dejar el malestar de lado y disfrutar de mi familia.

Sin embargo, regresamos temprano y las bromas y las risas se quedaron en la mesa del restaurante, así que el dolor punzante en mi pecho se estaba activando de nuevo.

Estaba mirando un episodio de una serie que mira Brian, eran las ocho de la noche. Y si no salía rápido de casa, probablemente me ahogaría.

Me puse de pie y miré a mi hermano.

–Iré a correr –anuncié. Él frunció el ceño y pausó el episodio.

–¿A esta hora? ¿Estás loca? –dijo y suspiré.

–Si no lo hago, voy a colapsar ahora mismo, Bri –dije. Luego de meditarlo unos segundos, él rodó sus ojos.

–Si me preguntan, yo no te he visto –dijo y sonreí, luego me incliné para besar su mejilla.

–Eres el mejor –se encogió de hombros.

–Claro que lo soy –dijo y reí.

Brian reanudó su episodio y yo corrí escaleras arriba, hacia mi antigua habitación, donde tenía mi mochila, para cambiarme.

Era una costumbre extraña que tenía de echar en la valija ropa deportiva. Pero era inevitable, lo hago desde niña y hoy agradezco esa manía.

Me coloqué la licra negra y tomé la sudadera azul. Me coloqué mis tenis, tomé mi móvil y mis audífonos y volví a la sala.

Saludé a Brian con una sacudida de mano antes de salir por la puerta.

Me coloqué los audífonos y pulse el aleatorio en mi lista de música. Coloqué el móvil en una de las bolsas de la sudadera y comencé a trotar por la oscura acera.

Pero cuando un ritmo totalmente extraño a lo que estaba acostumbrada a escuchar, sonó en mis oídos, me detuve y saqué de nuevo el móvil.

Runaway de Ed Sheeran estaba sonando y fruncí el ceño.

¿Cómo demonios Ed Sheeran estaba dentro de mi música? Yo no he...

Dejé mi pensamiento en el aire, cuando recordé que Alisa estuvo agregándole música de la que ella escucha a mi móvil.

"Para que amplies tu repertorio musical", me dijo cuando comencé a quejarme. Y no tuve más opción que aceptar, pero hace tiempo no escuchaba nada de música y se me había olvidado por completo este ligero detalle. De seguro tengo canciones de este tipo pelirojo romanticón, canciones de Avril Lavigne, y canciones de esa banda extraña, 5 seconds of summer. Es todo lo que Alisa escucha. Rodé mis ojos y sonreí.

Alisa Green de verdad se estaba ganando mi corazón. Bueno, en realidad todos los Green lo estaban haciendo.

Y eso me asustaba.

Volví a colocar la canción y guardé mi móvil de nuevo en la bolsa.

Seguí trotando y esta vez no dejé que la música extraña de Alisa me detuviera.

Troté varias cuadras, alejándome de mi casa. Troté, hasta que mis pulmones se quisieron reventar, hasta que sentí que el corazón se me iba a salir por los oídos. Troté, hasta que las piernas me temblaban y tuve la mente despejada. Mientras avanzaba, me topé con personas amigas de mis padres y los saludaba con una leve sonrisa. Me encontré también con chicos de mi antigüo colegio, con quienes no era tan íntima pero les hablaba y me agradaban, pero los saludé de la misma forma.

Fotografía {✔}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora