Capítulo 21

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Ariana

Levy, Florida

Después de un fin de semana que pareció sacado de una película de Disney, habíamos vuelto a la realidad. El lunes nos habíamos despedido de toda mi familia, quienes al parecer amaban a Marcus, y luego Leslie, a quien le costó sólo un poco despedirse de Joel, Marcus y yo nos dirigimos al aeropuerto, donde tomamos el avión que nos llevaría de vuelta a casa.

Ya en Florida, Eduard y Alis nos esperaban, junto a Paul y Crystal, aunque estos dos no se hablaban desde su cita, de la cual ya habían pasado dos semanas. Por el momento, en la apuesta, Leslie ya había perdido; los que quedábamos en juego éramos Marcus y yo. Pero eso es tema aparte.

Saludamos a nuestros amigos y Eduard se encargó de llevar a Leslie hasta su casa, quien quería descansar un poco, y luego nos dirigimos a casa de los Green. Le di el libro a Alis, que gritó cómo loca, y me abrazó efusivamente. Al parecer, después de su logro el domingo, un gran aura de alegría la envolvía, contagiándonos a todos.

Llegamos a casa, Paul y Marcus se quedaron en la sala y Crystal y yo subimos hasta mi habitación, dejando que Alisa pudiera comenzar a leer en su cuarto. Crystal me ayudó a desempacar todo, y mientras lo hacíamos, ella se desahogó acerca de Paul Clayton. La vi llorar, maldecirlo y finalmente, aceptar que lo quería, y que lo había hecho desde primer grado pero debido a su fama, se había obligado a verlo como un amigo y nada más. Pero luego llega la cita, y se besan y se despiertan en ella cosas que creía muertas, y entonces, Paul decide desaparecer de su vida.

Sé que Paul tiene miedo, porque Marcus y yo hemos hablado con él. Pero eso no quita el hecho de que me enfurezca que haya hecho llorar a mi amiga. Solo espero que él se de cuenta de las cosas que siente, antes de que sea demasiado tarde y Crystal decida seguir adelante. Me encantaría verlos juntos.

Y, ya que estamos hablando de estos temas complicados como la mierda, como lo es el amor, les haré un breve avance acerca de lo que pasó entre Marcus y yo. Estaba decidida a que en nuestra cita del domingo, Marcus contestara todas y cada una de las dudas que tenía acerca de mi niñez y el niño de la fotografía que habita en mi cartera. Pero luego llega con él y cambia todos mis planes, cuando me suelta el cuento ese de que le gusto... Eso derrumbó todo.

Olvidé cada pregunta que ensayé frente al espejo, olvidé si en realidad me importaba saber si Marcus era el niño, olvidé que estábamos en un restaurante, y probablemente haya olvidado de cómo respirar en esos minutos. Marcus se encargó de derribar cada pregunta, así como cada muro que me empeñé en construir. Derribó todo en cuestión de segundos.

Así que, mi papel de detective se fue al desagüe y me quedé sin respuestas y sin chico. Porque, y lo cito textualmente según Marcus Green, lo he dejado en la zona de amigos.

Le he repetido desde que salimos del restaurante hasta que pisamos Florida que eso no es verdad, sólo le he pedido tiempo, pero él ha seguido diciéndolo, así que lo dejé creérselo y debo admitir que me divirtió ver su cara de desconcierto cuando dejé de corregirlo y admitía que él estaba en lo cierto. Fue épico.

En resumen, estoy justo en el mismo lugar que hace cuatro días. No he avanzado nada, con lo que respecta a la investigación de mi pasado, pero avancé muchísimo en lo que respecta a mis sentimientos hacia Marc, y eso la verdad, me parece más que suficiente. Sin embargo, esto no quiere decir que me quedaré de brazos cruzados y no averiguaré nada, porque no es así. Cuando Ariana Smith se propone algo, lo cumple.

Por ahora, sólo debo empeñarme en llegar a casa viva.

Hoy, martes, el último martes de octubre y también, último día de pretemporada, ya que mañana comienza el campeonato, Gretel ha querido estrangularnos.

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