Capítulo 28

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–Así que, Cristhian –dijo Marie mientras dejaba una servilleta sucia en la mesa. –Eres profesor de matemáticas, ¿verdad?

–Sí, señora –dijo mi hermano. –Bueno, aunque todavía debo terminar este año escolar como práctica y podré graduarme.

–Técnicamente ya lo eres, amigo –dijo Eduard y mi hermano sonrió.

Después de las presentaciones, las lágrimas y las bromas, pasamos al patio trasero de nuevo y nos dedicamos a almorzar la deliciosa carne que había preparado Eduard. De más está decir que Marie tuvo que prepararle algo a Brian, aunque aseguró que no era molestia. Los vegetarianos y sus manías de molestar con la comida.

Sin embargo, debo admitir que amo tener esas peleas de comida de vuelta.

Mamá y papá sabían que los chicos vendrían, así que se emocionaron y también se tranquilizaron al vernos a los cuatro juntos. Los chicos y Sara se acoplaron genial a mis amigos aquí en Florida y, para cuando Marie y Eduard se retiraron para descansar, ya estaban haciendo planes para, según ellos, celebrar mi cumpleaños y conocer Levy al mismo tiempo.

–Cada año hacen una feria en la playa –dijo Crystal. –Pero no sé si la habrán organizado este año.

–¡Claro que sí! –dijo Marcus. –Ari y yo fuimos hace unos días.

–Sí –dije. –Y la verdad, está genial. Deberíamos ir.

–Luego podríamos pasar un rato a la playa –dijo Leslie. –Me parece una abominación que los chicos vengan a Florida, que vayamos a una feria en la playa y no ir a nadar un rato –sonreí.

–Estoy dentro –dije. –¿Todos se apuntan? –cada uno asintió, así que Crystal aplaudió.

–¡Genial! –exclamó. –En mi auto caben cuatro –Paul la miró alzando una ceja y Crys sonrió. –Lo siento, sólo tres –me reí.

–Bien –dije. –Cris, Sara y Brian se pueden ir con ustedes. En el auto de Leslie iremos Joel, Marcus, Alisa y yo –Paul pasó su brazo por los hombros de Crystal.

–¿Puedo manejar yo? –Crys frunció el ceño.

–La última vez que lo hiciste, casi chocamos –Paul hizo un puchero.

–Me distrajo tu belleza –Crystal rodó sus ojos, haciéndonos reír a Leslie y a mí. Paul sonrió. –Vamos, cariño, lo haré con cuidado.

–Bien –dijo Crys, luego le dió las llaves de su volvo a Paul. –Si le haces daño, te mataré.

Paul besó su mejilla y comenzó a caminar hacia la salida.

–¿Quién me sigue? –dijo antes de perderse en el interior de la casa. Brian comenzó a caminar detrás de él, sonriendo.

–Esta conversación la he escuchado tantas veces –dijo y me reí. Sabía que se refería a Cristhian y a Joel, así que este último le enseñó su dedo medio, haciéndolo reír.

Todos nos distribuimos en los autos que nos correspondía, y luego Paul y Leslie se encargaron de llevarnos hasta la feria.

–Así que, ¿Alis? –dijo Joel desde el asiento del copiloto, Alisa lo miró.

–¿Sí?

–¿Te gustó Brian? –preguntó mi hermano, haciendo que Alisa se sonrojara. Leslie y yo golpeamos a Joel.

–¡No molestes, Jo! –dijo Leslie y Joel alzó sus cejas.

–¡Demonios, lo siento! –dijo él. –Es sólo que los vi a ambos intercambiar miradas –Joel se volteó en el asiento para ver a Alis. –Y bueno, Bri me dijo que le pareciste linda, por eso preguntaba –Alisa jugaba con sus manos, nerviosa.

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