Capítulo 38

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Marcus

Once años. Hace once años que no tenía noticias de la niña. De A. No sabía si seguía viva, si me recordaba, si me quería tanto como yo la quería ella. Lo más triste, era que no recordaba su nombre. ¿Cómo quería encontrarla si no recordaba cómo se llamaba?

Tenía planeado buscarla. Al finalizar el colegio, comenzaría con mi investigación; iría a Beacon, New York, y comenzaría por mi vieja casa, por las personas que allí vivían. Les preguntaría si conocían a las personas de la casa del frente, si sabían algo de una chica de cabello castaño que allí vivía. Tenía la mayoría de cosas planeadas. Y luego, apareció Ariana. Y todo aquello que no tenía sentido en mi vida, comenzó a cobrarlo. Aquellos huecos en mi alma, aquellos espacios vacíos, se llenaron.

Y por más que trataba, no conseguía explicar el por qué esto sucedía, por qué, en tan poco tiempo, Ariana logró instalarse en mi corazón de esa manera, no sabía por qué había aprendido a amarla tan fácil. Creo que ahora entiendo la respuesta. Ariana es mi A. Es la niña de mi infancia. Mi primer amor.

Nunca creí en eso de encontrar a una persona mágica, de esas con las que tu alma concuerda con la de ella, de esas que saben lo que estás pensando sin necesidad de decirlo, lo adivinan al ver algún gesto tuyo. De esas que ayudan a sanarte, que te aceptan tal y cómo eres, y que logran hacerte reír por horas, por la cosa más mínima. No. Más específicamente, no creí que esa persona existiera para mi. Y llega ella y manda a la mierda todas esas absurdas ideas. Ari es mi persona mágica, es mi persona.

Y ahora estoy más seguro que nunca. Si comienzo a hacer un recorrido de todo lo que ella vivió, de todo lo que yo viví, y de cómo nuestros caminos se cruzan de nuevo, me convenzo más de ello. ¡Es que no es una jodida casualidad! Todo pasó exactamente como debía pasar. Y estoy eternamente agradecido con la vida, con Dios, con el universo... Con todos, por habernos reencontrado.

Estoy feliz. Maldición, estoy enormemente feliz. Nuestra relación se fortaleció muchísimo más, después de que la verdad saliera a la luz. Y cuando creí que no podía quererla más, dice algo o hace uno de sus chistes malos donde sólo ella se ríe, y yo me río por su risa descabellada, o comienza con sus locas teorías conspirativas, o finge enojarse cuando no le dejo yogurt y, bueno... Parece que sí puedo quererla más. Mucho más.

Ahora le presto más atención a ciertos gestos que hace, y me lleva de vuelta a nuestra niñez. Y esas memorias en blanco ahora, están completas con su rostro. Siento que despertó un nuevo Marcus, y ella también luce diferente. Su sonrisa tiene más brillo, en su rostro hay paz. Florecimos en medio del vacío que había gracias a la ausencia de uno en la vida del otro, que ya ahora está completa. Que se completó un poco aquella noche, cuando ella cruzaba la calle y casi la golpeo con la moto. Y se terminó de completar hace dos meses, cuando supimos quiénes éramos en realidad.

La amo. Y si tuviera que nacer de nuevo, estoy seguro que la amaría otra vez. Y no perdería tiempo e iría a buscarla. Cada hora, cada día que pasa, me convenzo más de que ella es la persona con la que quiero pasar el resto de mi vida. Y puede que muchos piensen que esté loco por hablar así, a esta edad. ¿Y saben qué? ¡Me importa una mierda! La amo, ella me ama. Y el amor que existe entre nosotros ha sobrevivido a miles de kilómetros de distancia, a muchos recuerdos incompletos y a años de ausencia. Ha sobrevivido a lo largo del tiempo, y aquí estamos. Y la amo, y seguiré amándola por el resto de mi vida. Puede que estemos locos, o puede que no. No interesa. Que nos tachen de locos si es necesario, ¿qué más da? Se sabe de antemano que los locos son los únicos que dicen y ven la verdad. Y la verdad, mi verdad, es que amo a Ariana Smith desde que tengo memoria. Y lo seguiré haciendo por toda la vida.

La noticia de quiénes éramos en realidad Ari y yo, se propagó como tormenta entre nuestros amigos y, la historia que nunca le había contado a nadie por miedo a perder la privacidad de su recuerdo, se hizo viral. Bueno, entre los chicos. Y en estos dos meses que han pasado desde entonces, siguen sin superarlo.

Fotografía {✔}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora