Capítulo 31

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Sábado, mediados de enero. Si el colegio por sí solo era algo similar al infierno, con estos jodidos calores lo hace parecer como tal. La época seca en Florida es abrumante, en serio.

Lleva una botella con agua, preferiblemente usa gorra y protector solar cada vez que vayas a caminar o a hacer algo bajo el sol, no salgas en horas dónde la radiación sea fuerte... Consejos que nos dan los profesores en el colegio pero Gretel aún no logra entenderlo, porque nos tiene entrenando los fines de semana a la una de la tarde. ¿Podemos demandarla? ¡Nos va a matar! Y es que, para terminarla de embarrar, el próximo partido es contra un equipo de un pueblo de New York. El pueblo se llama Beacon, por ende el entrenador es George Collins, ex entrenador de Ariana y Leslie y exesposo de Gretel. Adiós mundo cruel.

Además de esas torturas, los exámenes comienzan dentro de tres semanas, así que los profesores nos están atestando con trabajos y proyectos pre exámenes. Es todo una mierda, pero bueno, así es el colegio.

Hoy los dos equipos de fútbol tuvimos entrenamiento durante toda la mañana, así que no fue tan rudo porque el sol aún no quemaba tanto. Cuando finalizamos, Ari y yo nos dirigimos de una vez a la casa. Me bañé primero, así que ahora me encuentro jugando ajedrez con Alisa en la sala mientras ambos esperamos por Ariana para que le dé las tutorías a mi hermana y luego los tres podamos ir por un helado.

–Sigues –dijo Alis, mirando el tablero.

La verdad es que no tenía la más mínima idea de cómo demonios se juega esto, sólo estoy improvisando. Y asombrosamente, Alis aún no me gana, y eso que ella es bastante buena en esto. Tal vez no soy tan malo, aunque no sé que esté haciendo.

Moví una de las piezas que Alis me dijo se llamaban peones. La moví hacia un lado y Alisa se rió.

–¿La moví mal?

–Sí, esas sólo se mueven hacia adelante.

–¿Por qué?

–Porque esas son las reglas.

–No entiendo una mierda –Alis volvió a reír, viendo cómo movía la pieza al cuadro de adelante. –Sigues.

Alis entonces derribó mi peón con su caballo y se adelantó tres casillas. Amplié mis ojos y jadee, escuchando sus risas.

–¡Eres una enorme tramposa! –exclamé.

–¡Pudiste mover otro peón! Yo sólo te dije las reglas.

–Y una mierda –dije. –Ahora te resignas a mi furia –ella rodó sus ojos.

–Me cagué del miedo –me reí y moví entonces una torre. Alis frunció el ceño. –Mierda –sonreí mientras derribaba su caballo y hacía un pequeño baile de victoria. –Nadie se mete con mis caballos, Marcus. Vas a morir.

–Me cagué del miedo –dije, imitándola. Ella iba a hacer su siguiente movimiento pero entonces, Ariana bajó las escaleras, llevando un short de mezclilla, una blusa blanca sin tirantes y unas sandalias sencillas.

Sonriendo, se acercó a nosotros.

–¿Y bien? ¿Quién va ganando? –dijo ella, sentándose en el sofá del frente.

–Marcus –gruñó Alisa y sonreí ante la risa de Ariana.

–Eso sí que es sorprendente –dijo, por lo que le guiñé un ojo. –Pero Alis, lamento decirte que debes concentrarte en gramática. Así que vamos a la cocina –Alisa hizo una mueca.

–¿No puedo terminar esta ronda?

–¡Sabes que las rondas de ajedrez pueden durar la vida entera! –exclamó Ari. –Vamos, mientras más rápido tomes apuntes a lo que te diré hoy, más rápido podrás volver a jugar. Prometo que la clase será pequeña –Alisa fingió llorar.

Fotografía {✔}Where stories live. Discover now