Capítulo 14

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Mamá me abrazó, por tercera vez en el aeropuerto. Rodé mis ojos y le devolví el abrazo, mientras los chicos reían.

–Mamá, déjala ya –dijo Cris.

–Sí, no es como que si fuera a morir –le siguió Joel y Brian se rió.

Mamá se alejó de mi y me sonrió con lágrimas en sus ojos. Le sonreí de vuelta.

–No lloraste tanto la última vez –dije. Se encogió de hombros.

–Estaba aparentando ser fuerte, pero ahora yo no me interesa tanto –alcé una ceja.

–Pero todo va a estar bien –dije. Ella asintió.

–Lo sé –dijo. –Pero no me pidas que no te extrañe.

Sin poder evitarlo, la abracé de nuevo y papá se cruzó de brazos, divertido. Los chicos fruncieron el ceño, como si estuvieran sincronizados.

–Mujeres –exclamaron los cuatro. Mamá y yo nos alejamos riendo.

Les di un último abrazo a cada uno y luego los miré sonriendo.

–Bueno, nos veremos luego –dije.

Brian haló un mechón de mi cabello, luego Cris lo revolvió y Joel me dio una nalgada. Los golpeé a los tres por el hombro de cada uno y entonces, tomé mi mochila.

–Bien, adiós.

–Adiós, nena –dijo papá.

–Te cuidas –dijo mamá.

–Llama más seguido –dijo Bri.

–Nada de novios, cochinona –dijo Joel. Reí y miré a Cris, esperando su indicación. Él se encogió de hombros.

–Ya ellos dijeron todo –sonreí y asentí.

–Se cuidan, ¡los amo! –exclamé y comencé a caminar hacia la fila para abordar el avión, aún mirando a mi familia.

–¡Nosotros a ti! –exclamaron los cinco. Los chicos hicieron caras locas, papá y mamá me saludaron con una sacudida de mano.

Sonreí y di media vuelta, tratando de no empezar a extrañarlos demasiado.

***
Levy, Florida.

El vuelo se me había hecho demasiado corto. Me quedé dormida a los cinco minutos de haber despegado y ahora, una asafata me estaba despertando, diciendo que ya habíamos aterrizado.

Le sonreí a modo de agradecimiento, y tomé mi mochila.

Me puse de pie y caminé hacia la puerta de salida del avión.

La luz del sol del medio día hizo que inmediatamente, me quitara el abrigo que traía puesto.

Definitivamente, me quedo con el clima de Florida.

Amarré al abrigo a mi cintura y comencé a caminar hasta la salida del aeropuerto, esquivando a las personas que se atravesaban en mi camino. Iba dispuesta a subirme en un taxi para dirigirme a casa y tomar un baño.

Pero antes de que pudiera salir, alguien comenzó a llamarme a los gritos en una esquina de la sala donde se esperaban a los recién llegados.

Miré en la dirección de donde venían los gritos y me sorprendí al ver a Leslie, Marcus, Paul y a Alisa con un trozo de cartón con mi nombre. Que a juzgar por la letra, lo había escrito Paul.

Sonreí y caminé hasta ellos.

–¡Dios mío, al fin llegas! –exclamó Leslie, abrazándome de primero. Reí y me alejé de ella para mirarla. Gruñó. –Te juro que ya no aguantaba un segundo más con estos dos sujetos –señaló a Marcus y a Paul, quienes la miraron ofendidos.

Fotografía {✔}Where stories live. Discover now