Capítulo 1

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Me hace falta el aire, quiero ir corriendo hacia la nada, desaparecer. No lo puedo creer, la persona que más estimo, la que me lleva al cielo, decidió destrozar todo, decidió volver a tener que ver con su Ex. No quería fidelidad, solo lealtad, y regresar con la persona que más nos Jodio, es de lo más desleal. No puedo dejar de llorar, corro por la calle, necesito salir de aquí, desaparecer. Me encamino hasta mi lugar favorito, ese que hace bastante tiempo no visito. Me dirijo hacia aquella montaña, rodeada de árboles, arbustos, flores. Esta obscuro, tiene un ambiente tétrico.  Cuando estoy debajo de aquel árbol, estoy más que fatigado, al rededor de este lugar a crecido pasto y pequeñas flores blancas. Me siento bajo el árbol, admirando la ciudad. Aquí me siento un poco más libre. Respiro un poquito más. Las lágrimas no dejan de caer por mis mejillas, un vacío en mi interior. Se reproducen imágenes de Esteban y Isaac por mi mente, no puedo borrarlas, aparecen una y otra vez, una... otra. Sale un grito desgarrador desde mi garganta, comienzo a golpear la tierra, jalo el pasto, estoy cansado de que me destruyan, estoy harta de que finjan sentimientos. Estoy harto de toda esta mierda. Pongo mi cabeza entre mis rodillas, abrazo mis Piernas, Pensando en todos los hermosos momentos que pasé con Esteban, todo lo hermoso, las lindas palabras. De alguna manera, pensar en lo positivo me provoca mayor dolor, mucho dolor. Quiero a Esteban mas que a nada, Y el solo fue desleal. Vuelvo a golpear la tierra. Sigo sin creerlo, quiero infinitamente a Esteban. Lloro desconsoladamente.
Me quedo adormecido entre mis piernas, no quiero volver a casa, me encantaría escaparme, ir lejos donde nadie me encuentre, Estoy mal y necesito ayuda, necesito que me ayuden. Una mano toca mi espalda, le quedo helado, como si me hubiera tocado la misma muerte. Cierro los ojos con fuerza, el miedo empieza a aparecer.

—¿Te encuentras bien?—Pregunta una voz masculina.

Mi giro y me encuentro con un chico más o menos de mi edad. Es atractivo, su cabello ondulado, muestra sus dientes blancos y perfectos, el viento hace que su precioso cabello se mueva.

—Estoy increíble—Respondo sarcástico.

—No lo pareces—Se sienta a mi lado—Este es un hermoso lugar para desahogarse. El sonido de los grillos combinado con el sonido lejano de la ciudad, es fantástico, yo también vengo aquí cuando estoy triste—Mira hacia el horizonte.

—¿Porque estás aquí?

—Te seré súper sincero, Soy Gay, Acabo de salir del closet y mi padre estuvo a punto de golpearme, no tenía otro lugar al donde ir, me encantaría salir corriendo y desaparecer...

—Yo también—Sonrió levemente y contestó un poco más entusiasmado.

—¿Eres Gay? ¿O te gustaría Escapar de tu vida?

—Las dos cosas—Contestó divertido.

Me mira.

—¿Me estás tomando el pelo? Verdad.

—Para nada...de hecho, acabo de encontrar a mi novio teniendo sexo con su Ex psicopata.

—Bueno, creo que tú problema es mucho más grave que el mío—Responde con aire divertido—Soy Augusto, ¿Y tú?

—Abraham.

—Un gusto Abraham—Me tiende su mano en la oscuridad.

—El gusto es mío, Augusto.

—¿Tan Cabrón es tu novio?

Suspiro.

—No lo es, algunas veces, La verdad es que no entiendo porque me engaño, acabábamos de tener unas pequeñas y románticas vacaciones, todo estaba excelente.

—Tranquilo, Tú debes decidir si lo perdonas o no, si lo hace una vez, tal vez volverá a hacerlo de nuevo—Se absorbe con la vista al frente—Te lo digo por experiencia, Yo engañaba a mi pareja, no sabía lo que tenía hasta que lo perdí una vez, volví con el y lo volví a engañar...Soy una mierda.

Eso me afecta un poco más. Tiene razón, Esteban engaño a Andrea, luego a mi. Valla mierda. Mis ojos se vuelven a llenar de lágrimas. Augusto me mira.

—Pero eso no importa—Pasa sus manos por los hombros, acercándome a él. A pesar de ser un completo extraño, su abrazo me reconforta, aunque no lo suficiente para dejar de llorar. De pronto, todo se vuelve a tornar gris, me desbordó, comienzo a llorar desolado, junto a un extraño que la estaba pasando igual de mal que yo. El me aprieta más contra el.

—Todo mejora, Siempre pasa. Todo se va a resolver con el o tal vez llegue alguien mucho mejor, que sepa serte leal.

—Gracias—Digo entre sollozos. Estoy más que agotado.

Pasamos así por media hora. Abrazados en la oscuridad. El pudo haber sido un asesino o secuestrador, pero gracias a Dios no lo fue, es como si el destino lo hubiera mandado para consolarme y consolarse, en saber que no es el único con problemas.

—Creo que ya es bastante Tarde—Me levanto del pasto. Ayudó a Augusto a levantarse—Tengo que irme, Fue un gusto conocerte.

—El gusto fue mío, Abraham...Espero volver a verte algún día.

—Yo también espero volver a verte.

Nos abrazamos una última vez. Me voy apresurado a mi casa. Cuando llego, me encuentro solo con mi madre, ella está en la cocina, tomando café con galletas de vainilla. Al verme se le llenan sus ojos de lágrimas, deja el café y corre a abrazarme. No lo duda ni un segundo, me abraza como nunca lo había hecho.

—Te extrañe muchísimo, Abraham.

—Yo también Mamá—Mis ojos se inundan—Mucho.

Me mira.

—¿Y Esteban?

Cuando lo menciona, me desbordo. Comienzo a llorar descontrolado. Mi madre no pregunta más, entiende mi dolor. Seca mis lágrimas con sus pulgares.

—¿Quieres cenar conmigo? Tu padre no llegará hasta la próxima semana, tuvo que ir hasta Tijuana, le tocó instalar calentadores ahí

Mi padre entro a trabajar instalando calentadores de luz solar. Eso lo mantiene viajando por todo toda la República mexicana. Un alivio para mi y mi madre.

—Un café no me caería nada mal.

—¿No quieres guisado? Hice tacos dorados de pollo con sopa aguada.

Mi estómago ruge al oír "Tacos dorados" extraño la comida de mi mamá.

—Mucho mejor.

Mi teléfono vibra. Un mensaje.

"Esteban sigue haciéndolo tan espectacular como siempre"

Placer Entre Lineas: Bajo Tú piel. #3Where stories live. Discover now