Capítulo 43

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Esteban se encuentra dentro de la alberca, mientras yo tomo el sol tumbado en el camastro. El calor de mayo es insoportable, pero observar a Esteban cubierto de agua, con los rayos del sol acariciando su preciosa piel, es un delirio.
Esteban se acerca a la orilla de la alberca, me sonríe. Cruza los brazos entre el borde de esta.

—¿Porque no entras, Pequeño?.

—Prefiero mirar.

Eso lo hace sonreír aún más.

—Te necesito a mi lado. Mojados, piel con piel.

—Suena Bien—Sonrió.

Recuerdo la vez en que Esteban y yo caímos en la piscina, esa vez en la que mi teléfono se mojo y él me regaló otro.
Son tantos los momentos que hemos vivido, tantos los que nos faltan por vivir. Este es uno de esos pequeños momentos en la vida, en los que agradeces por estar increíblemente vivo, por ser feliz y por seguir. El amor es una de las cosas más lindas de vivir, el amor es una cosa compleja, no solo es amor hacia alguien, si no el amor en general. Amor hacia nuestra persona, Amar el color del sol por las mañanas, amar el olor a tierra mojada, amar el aire fresco de las madrugadas; Amar esos pequeños detalles que hacen que la vida sea grandiosa. Vivir es una complejidad, a veces resulta una carga, todo el peso de los problemas cae sobre nuestros hombros, nos quita el aire, nos sentimos asfixiados, sin ganas de seguir adelante. Pero siempre se puede salir de ese agujero negro, siempre llega un motivo por el cual vivir.
Vivir es increíble.

—Tierra llamando a Abraham.

—¿Qué?—Lo miró despistado.

—¿Qué es lo que piensas? Estabas absorto en tu mundo.

—Pensaba en el amor, en la vida.

—¿Qué pensabas sobre ello?.

—Pues, son cosas maravillosas. Vivir cada día, cada nueva aventura, amar el respirar, el tener un día más. Sin duda es grandioso.

—Lo es. ¿Cuál es tu razón de vivir?.

—Tú, mi familia, mis amigos.

—Si no estuviera ninguno de nosotros, ¿Cuál sería tu razón de vivir?

—Es algo narcisista o egoísta, pero yo sería mi propia razón de vivir. Porque soy lo más valioso que tengo y tendría que vivir por mi, por cumplir mis metas, por disfrutar la magnificencia de respirar.

Sonríe.

—Qué profundo, ¿No has pensado estudiar filosofía o letras?.

Volteo los ojos.

—Está en mis planeas. Sería un buen maestro de Literatura o de filosofía ¿No lo crees?.

—Serias buen profesor de todo lo que te propongas. Menos Matemáticas, se te da fatal. eres muy tonto para ello.

—Perdone señor Don listo.

—Perdonado, Joven Vega.

Me pongo las gafas de sol. Miro hacia el cielo. Suspiro.

—Cuando vivamos juntos, ¿Me vas a soportar con toda mi inmadurez y mi filosofía barata?.

Pasa unos segundos de silencio. Solo escucho el sonido del agua y algunos pasos. Esteban se posa en cuclillas a un lado de mi, toma mi mano derecha entre las suyas. Se la lleva a los labios para besarla.

—¿Has dicho, vivir juntos?

—Sí. Vivir juntos.

—Te quiero, somos una pareja, tenemos que estar juntos en las buenas y en las malas, es algo que viene contigo. Lo soportaría y más. Aunque yo te hago esa pregunta, ¿Tú soportarías mis locuras, mi mal genio, el estrés, la ira, todos mis demonios?.

—Sin dudarlo. Como lo dijiste, somos una pareja, tenemos que estar en las buenas y en las malas.

—No se que haría sin ti, Pequeño.

—Seguir viviendo.

—No sería lo mismo sin ti.

—No lo sabrías, porque no estarías al pendiente de mi existencia.

—Deberías venir ya a vivir conmigo.

—Nada me gustaría más en la tierra, pero no puedo.

—¿Porqué no?—Aprieta un poco más mi mano.

—No puedo dejar a mi madre sola—De pronto me siento decaído—No te he contado lo que a ocurrido en estos días, ¿Verdad?.

—No, cuéntame—Se sienta a mi lado, se recarga en el respaldo del camastro, pasa sus manos por detrás de mi cuello. Comienza a acariciar mi pelo, me recargo en su pecho.

—Mi padre decidió dejarnos, Ahora están en proceso de divorcio, eso tiene a mi madre muy triste y ocupada, estoy seguro de que mi padre no querrá ayudarnos económicamente, así que tendré que trabajar. Además, mi hermana volvió a nuestras vidas, no puedo desaparecer así como así.

—¿Te digo algo pequeño?

—¿Qué?—Me relajo ante su caricia en mi pelo.

—Estaba al tanto de todo. Tu madre es una persona demasiado fuerte, es una guerrera y estoy seguro de que va a salir adelante. Además, en los últimos meses me di a la tarea de conocerla, es una persona demasiado linda, me contó toda su vida, su experiencia, lo del divorcio, lo qué pasó con tu hermana antes de que se fuera—Besa mi frente—¿Te cuento un secreto?.

—Sí.

—Yo fui quien buscó a Paola.

Abro los ojos.

—¿Cómo?.

—Tú madre me contó su historia. Sabía cuánto anhelaba volver a verla. Yo me di a la tarea de buscarla. Fue muy fácil contactarla, resultó ser novia de mi terapeuta quien también es mi médico personal.

—¿El señor guapísimo que fue por ella es tu terapeuta?—Pregunto sorprendido.

—No es tan guapo como yo. Y sí, es mi terapeuta.

Sonrío.

—¿Cómo pasó?.

—Fue una casualidad enorme. Al día siguiente de hablar con tu madre, tenía mi cita en el terapeuta. Le conté la historia y el me respondió que su novia tenía una historia similar. Resultó ser que su novia era tu hermana.

—El mundo es tan pequeño.

—Dímelo a mi.

—Pero, ¿Tú no estabas en Nueva York?.

—Regresé mucho antes de lo que crees. Le pedí a tu madre que no te dijera nada, lo nuestro era algo que teníamos que arreglar juntos.

—Dios, Esteban. Eres un maldito Sherlock Holmes.

—Un nuevo cumplido a la lista.

Me hundo más en su pecho, aferrándome a él. Lo quiero demasiado.

—Te quiero demasiado Esteban. Gracias por destruir y reconstruir mi vida.

—¿Ahora soy un arquitecto?.

—Eres ingeniero, casí es lo mismo.

—No lo es.

—Lo que sea. Te quiero mucho.

—Te quiero aún más, Pequeño.

Edición y revisión por DiegoKarel.

Placer Entre Lineas: Bajo Tú piel. #3Where stories live. Discover now