Capítulo 57

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Pasan los días, el final de la etapa en Londres Esta a dos Días por terminar, a este punto ya hemos visitado todo lo bello de este lugar; desde el Palacio de Buckingham hasta los estudios de Harry Potter. Al admirar cada lugar, me entraban unas inmensas ganas de llorar, La belleza de los palacios y el recuerdo de la infancia.

Esteban recibe una llamada de su madre. Mientras el habla, yo me quedo frente a la ventana, admirando Londres de noche, no puedo dejar de maravillarme. Extrañare este lugar tan mágico cuando me valla. Regreso a la habitación junto a Esteban, el termina la llamada.

—¿Qué Pasa?—Preguntó mientras pasó mis brazos por su cintura.

—Quería saber si teníamos tiempo de pasar a cenar con ella.

—¿Cuando?.

—Hoy.

—¿Hoy?

—Si, Pero da lo mismo, la cancele en cuanto me lo propuso. No tengo tiempo   Para tonterías. A parte, no creo que te interese la idea de tener una cena bastante incómoda con tu Suegra.

—¿A caso pediste mi opinión?

Pone los ojos en blanco. Me abraza.

—¿Cual es tu opinión?.

—Me encantaría cenar con tu madre.

—¿Qué?—Pregunta atónito.

—Lo que escuchaste, Es una idea interesante eso de cenar con tu madre.

Pone su mano en mi frente.

—¿Te sientes bien?.

—Perfectamente, Iré a darme una ducha antes de esa cena.

Me despego de el, doy media vuelta t me interno en el baño, me desnudo para entrar a la ducha. Ya dentro, con el agua cubriendo mi cuerpo analizó la idea de esa cena. Cuando doy un análisis profundo ante la situación llego a la conclusión de que va a ser una  cena bastante incómoda. Pero no me perderé la oportunidad de conocer a fondo a la madre de mi amado, por más molesto e incómodo que llegue a ser.

ESTEBAN.

Abraham entra al cuarto de baño dejándome bastante confundido, no puedo creer que después de todo lo que sabe sobre mi pasado y sobre mi made, aún este dispuesto a cenar con ella y es más confuso aún cuando mi madre se comportó de una manera cuando de casualidad nos encontramos y de la noche a la mañana cambia de actitud hasta invitarnos a una cena. Supongo que Abraham acepto solo para demostrarme cuánto le importo, es un detalle lindo pero innecesario, dudo que una cena con una mujer frívola y fría sea una gran idea para nuestro último día en Londres.

Llamo a mi madre para avisarle que se reanuda la idea de la cena, eso la toma por sorpresa, quedamos vernos en su hogar a las Siete y media de la tarde.

Abraham sale de bañarse, lleva dos toallas, una enredada en la cintura y otra en los hombros. Me quedo admirándolo en silencio mientras el cepilla su cabello, después pasa una de las toallas por sus brazos y piernas. Me encanta la forma de su cuerpo, el color de su espalda, las pequeñas marcas qué hay en esta, Cada día me enamoro más de este chico, no puedo evitarlo.

ABRAHAM.
Decido ponerme un suéter color blanco que en el largo de los brazos hay una bandera arcoíris, Jeans de un azul muy tenue junto a unos Tenis Blancos.  Esteban elige un Outfit muy similar al mío, solo que en lugar te ponerse un suéter uso una playera blanca y una chaqueta de mezclilla, muy distinto a lo que suele usar habitualmente.

—¿Estás listo?—Pregunta con un débil tono nervioso.

—Si—Miento.

Después de un rato, no se que Tan buena idea halla sido inducir hasta esa decisión de Cenar con su Madre. Respiro hondo.

—Si mi Madre lanza cualquier comentario Homofobo, en ese instante nos largamos.

—Está bien.

Salimos del hotel, tomamos un taxi y nos dirigimos hasta la casa de Su Madre. El camino es silencioso, solo el sonido del motor inunda mis oídos, trato de relajarme mirando por la ventana. Esteban pone su mano en mi rodilla.

—¿Estás nervioso?.

—No.

—¿No?

—Si, Mucho.

—¿Porque aceptaste venir?.

—Porque tenemos que superar a tus demonios juntos, quiero estar junto a ti, te lo prometí, Vamos a exorcizar a todos ellos para que puedas vivir tranquilo, sin pesadillas, recuerdos dolorosos o todas esas voces que viven en tu interior y te hacen la vida miserable, aquellas que provocan tu ira.

—Gracias, Abraham—Habla con voz entrecortada.

—No hay de que. Aquí estoy para ti.

Llegamos al lugar donde vive su Madre. Qué es igual de Elegante a cómo me lo imaginaba. Mi corazón late con prisa, las piernas me fallan, es una sensación extraña.  Esteban llama a la puerta, nos recibe la señora que ayuda en la limpieza, una mujer de por lo menos treinta años. Habla con Esteban, parece que se conocen de tiempo «Pues claro Abraham, trabaja con su madre»
Después, su madre aparece, majestuosa y pulcra ante nosotros.

—Esteban, Abraham—«Mierda Sabe mi nombre»— Bienvenidos, pensé que te aferrarías a tu postura sobre no venir, Esteban.

—Seguía aferrado a ella. Abraham me pidió que viniéramos y pues, Aquí estamos.

—Ah. Pues, bien. Vengan, la cena esta lista.

Se gira y comienza a caminar de forma glamorosa. Me tomo del brazo de Esteban, camino junto a él. El besa mi frente de forma afectuosa. En el gran comedor, la señora Torrez toma asiento al filo de la mesa, imponente. Yo me siento junto a Esteban. Se produce un silencio largo y profundo. La señora Torrez no aparta su vista de nosotros.

—Quiero confesarles que esto es Nuevo para mi, Nuevo y bastante confuso—Su voz es preciosa—Esteban, cuando te vi la última vez estabas bastante mal, me dijiste que era por amor, tuve que apoyarte, de una manera fría pero lo intenté. No profundizaste que te pasaba en el amor. Pero me encargué de investigarlo. Interrogue a tu Terapeuta, no quería decir nada, tuve que hacer muchas cosas para que pudiera decírmelo.

—¿Decirte que?—Pregunta Esteban de forma fría.

—Todo, lo que sentías por este chico, el accidente, Tú desborde mental, tu fuerza de voluntad.

—Como te atreves—Habla furioso Esteban.

La mujer alza una mano para silenciarlo.

—No me sorprendió verlos aquel día, fue duro verlo con mis propios ojos .
Fue duro también ver cómo el pensamiento machista de tu Padre influyó mucho en mi forma de pensar.
No te lo he dicho Esteban y tal vez no te importe o hasta lo disfrutes, Pero he estado arrepentida todo este tiempo, cada que analízalo el pasado, cuando pienso en todo por lo qué pasaste , y en todo lo que no te apoyé, todo lo que no te creí, el año que estuviste internado en el Psiquiatra por culpa de tu padre—El alma se me destroza al escuchar aquello, ese es un detalle que no sabia y me duele oírlo—se me desase el alma cada que lo pienso, me odio haber sido tan arrogante y egoísta. Así que aquí, enfrente de Abraham, te pido una disculpa por todo, no espero que la aceptes, pero quiero que me disculpes.

Miro a Esteban. Ahí está quedo chico vulnerable, lleno de demonios, buscando que alguien le ofrezca su cariño, solitario, destrozado.

Placer Entre Lineas: Bajo Tú piel. #3Where stories live. Discover now