Capítulo 60

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La bella cara de Esteban está pálida, quiero acercarme a él, besarlo frente a todo el mundo, abrazarlo y decirle que todo estará bien, que ese maldito está en el pasado. No puedo, mis piernas se plantan en el suelo de la oficina, me quedo Inmóvil.

—Que sorpresa verte después de tantos años, primo. Odio que sea en estas circunstancias, de lo contrario hubiera disfrutado tanto verte.

Me asqueo ante su forma de expresarse.

—¿Qué estás haciendo aquí, Julián?—Habla Esteban, Tratando de reponer la compostura. Tratando de tranquilizar a todos sus demonios.

—Que grata sorpresa, después de tantos años Aún me recuerdas.

—Como olvidar a un cerdo como tú—Brama Esteban, cargado de coraje.

Julián, el maldito cerdo que abusó de Esteban cuando era pequeño, cierra los ojos y se lleva una mano al pecho, fingiendo indignación.

—Me encantaría tratar contigo temas del pasado, pero lamentablemente...

—Por favor señores, compórtense—Interviene el director—Estamos aquí tratando de arreglar este problema, pueden dejar sus diferencias familiares para después.

—Tiene razón—Pone su maletín sobre la mesa—Vine aquí a cumplir con mi trabajo a base de malas noticias.

—¿Qué mierda está pasando aquí?—La voz de Esteban suena irritada.

Julián está a punto de hablar, el director lo hace callar con un movimiento de su mano. Yo me quedo helado, estoy casí seguro de lo que viene a continuación.

—Esteban, déjame decirte que como director de esta institución, estoy muy decepcionado de ti. Eres un excelente profesor, el mejor que esta escuela ha tenido. Pero lamento decirte que lo echaste todo por la borda, todo tú trabajo y dedicación se fue a la basura. ¿Todo porque? Por romper las reglas de esta Institución, pude haber creído esto de cualquiera, pero no de ti Esteban. Este joven que está a tu lado debería ser tu alumno, ninguna relación más allá de eso. Y en cuanto a usted joven Abraham, tenemos que hablar con sus padres para llegar a un acuerdo sobre cómo quedarán sus asuntos académicos.

—No tiene cómo comprobarlo—Lo suelto de una manera estudiada.

Julián comienza a reírse sarcástico.

—Joven Abraham, no intente mentir al sistema, claro qué hay pruebas, más de las necesarias. Tantas pruebas que a usted le podrá costar entrar a la universidad y a Esteban la libertad—La voz de Julián irrita mis oídos.

Abre su maletín, dentro de este se encuentran varias fotografías impresas, una memoria USB y su laptop. Prende su computadora e inserta la memoria, Abre un archivo, resulta ser un video, primero son las cámaras de seguridad del estacionamiento, cuando el carro de Esteban sale y yo me escondo en el, después le sigue un video de Esteban y yo tomados de la mano por la calle, es como si se tratara de el video sobre algún famoso saliendo a pasear, después, es un video grabado desde la ventana del aula de álgebra, en este, aparecemos Esteban y yo besuqueándonos, antes de que el video continúe, el director cierra la laptop.

—Les brinde la confianza, abrí las puertas de esta institución a ustedes y así es como osan ensuciar el prestigio de esta preparatoria. Bien me lo advirtió tú anterior jefe, el mismo rumor, creía que salías con uno de tus alumnos. Resultó ser cierto.

Saca las fotografías y las coloca sobre la mesa. En todas aparecemos demostrándonos nuestro cariño. Estoy a punto de llorar, esto es demasiado.

—Nadie me obligó a nada, soy mayor de edad y puedo salir con quien me plazca, toda esta mierda a ustedes no les importa. ¡Y menos a un cerdo pervertido como tú!—Grito a Julián.

Estoy fuera de mis casillas.

—Lamentablemente hay reglas. Pudieron seguir con su romance fuera de esta institución, pero no. Prefirieron retozar dentro de ella. Y eso, tiene consecuencias—Julián disfruta de toda esta mierda. No puedo creerlo, como siempre intentan arruinarnos, arruinar nuestra relación

Estalló, explota todo mi interior. No soporto todo esto, no soporto que ese maldito cerdo venga a arruinar nuestra vida, no le puede volver a arruinar la vida a Esteban, no lo volverá a hacer.
Me acerco a las fotografías, las tomo todas y comienzo a destrozarlas. Esteban se queda pasmado, está perdido, puedo asegurar que su mente lo está traicionando, lo está haciendo recordar cada asqueroso momento que le hizo pasar este hombre. Lanzó por todos lados los resto de la fotografía, tomó la memoria, la tiro al suelo y comienzo a aplastarla con rabia.

—Todo esto es una gran mierda. El que debería ir a la cárcel eres tú, ¡Hijo de puta!—Me acerco a él, cierro los puños y le suelto un puñetazo en la cara.—¡eres un cerdo! Te odio, No puedo creer que tengas la cara de venir a este lugar a enseñarnos sobre ética y moral, Cuando tú abusaste de un niño—Grito lleno de rabia.
Eso parece molestar a Julián y confundir al director. Su guarda espaldas está a punto de intervenir. Julián lo para con su mano. Antes de dar la instrucción.

—Tom, Llévatelo de aquí, tenemos que hablar con El señor Torrez.

Entonces, su guardaespaldas se acerca a mi, me toma con fuerza de mi brazo e intenta sacarme de la dirección.
Toda la inestabilidad de mi chico se desvanece, sale de su sueño, Toda la ira se escapa de su ser, las venas se marcan en su cuello, tiene los ojos rojos.

—¡A él no lo vas a tocar gran hijo de puta!—Se acerca al guarda espaldas. Clava su puño contra él. Yo caigo al piso.

Me siento terriblemente mareado.

—¡Para por favor Esteban! Ten un poco de cordura y dignidad—Brama el director.

Esteban no puede parar, sigue golpeando al hombre. El hombre responde a los golpes, ensartando su puño en las costillas y el rostro de Esteban. Esteban le da un último golpe, dejándolo inconsciente. Se aleja de él y se acerca a Julián. Cuando estos dos se miran, mi chico se ve vulnerable, de sus ojos caen varias lágrimas.

—Arruinaste mi vida y mi estabilidad mental.

—Yo no hice nada. Tú solo eras un pequeño mocoso sin amor, débil y desarmado al que podía manipular.

—Dejen sus problemas fuera de aquí. Les pido que se vayan de esta institución y solucionen sus problemas afuera. Todo esto se volvió un circo—Vuelve a gritar el director—Si no se largan, llamaré a la policía.

Julián y Esteban lo ignoran. Siguen desafiándose, hasta que Esteban clava toda su ira contra la cara de su primo. Una y otra vez.

El director toma su teléfono y llama a la policía.

—¡Para Esteban! ¡Por favor hazlo!—Grito.

Editado por DiegoKarel

Placer Entre Lineas: Bajo Tú piel. #3Where stories live. Discover now