Capítulo 6

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—Es un detalle bellísimo. Me encanta.

Me pongo a merodear por todo el lugar, me acerco a las rosas, tomo una y la aspiro. La sensación de se olor dulce y fresco me provocan un hormigueo. Es un olor fascinante. Me acerco al "balcón" observo la vista. Estoy a punto de llorar. Esteban pasa sus manos por mi cintura, observa la ciudad por encima de mi cabeza, junto a mi. Huele mi cabello.

—Me encanta tu presencia, Abraham, me haces muy feliz.

—Tú me haces más feliz. Deseaba tanto estar bien contigo.

—Y yo contigo, Pequeño, cada segundo de mi vida contigo.

Me toma de la mano, me lleva hasta donde está la mesa. Mueve la silla de forma que pueda sentarme, como todo un caballero. Toma asiento frente a mi. Me mira, sonríe. Mis mejillas se tiñen de color rojo. Siempre estoy a punto de llegar al paraíso, junto a él. Comenzamos a platicar de varias cosas, tantos temas de cultura, política y literatura.

—¿Como es el Palacio de Westminster?

—Bellísimo, una obra de arte arquitectónico, con su estilo gótico clásico, el enorme enorme reloj, su color dorado, siempre brillando a la luz del sol junto al rio Temesis.

—Ahora entiendo porque elegiste Inglaterra en lugar de cualquier otro país en el mundo.

—¿Ah si? ¿Porque?

—Alguna vez me dijiste que te encantaban los Palacios, la realeza, la literatura, arte. Por lo que yo veo en fotos, Inglaterra es un lugar lleno de palacios, realeza, literatura y arte. Es un lugar lindo, Y por otro lado ¡Es la ciudad natal de Harry Potter!

Estabas tan bien, hasta que llegaste a la parte de Harry Potter.

—¿No te gusta Harry Potter?—respondo con indignación.

—Obvio no, son unas películas tan pesadas y aburridas.

—Tú eres pesado y aburrido.

—Joven Vega, Me está diciendo que prefiere al Señor Potter que a mi—Responde con falsa indignación.

—Tal vez, no lo se.

—Yo pensaba llevarlo a Londres este verano, pero no te daré la oportunidad tan fácilmente de escaparte con Harry Potter.

Volteo los dos ojos.

—Eso Es injusto.

—Es Justo, no te dejaré escapar.

—No escaparía , hasta este punto, no lo he hecho, o tal vez si, pero volví, siempre volveré.

—Gracias.

—¿Porque?

—Por volver. No fuiste como Isaac y Andrea, tú volviste.

Me duele que me compare con ellos. Cierro los ojos un poco irritado.

—Es porque yo no soy como ellos. No lo soy.

Toma mis manos con las suyas, acaricia mis nudillos.

—Ya se que no eres Cómo ellos. No fue una comparación. Tú eres mejor que cualquier otro Abraham.

—Bien.

—¿Te gustaría visitar Inglaterra?

—Suena lindo.

—Es más que lindo. Te propongo algo, si al final del parcial sacas más de ocho, Nos vamos a Inglaterra.

—¿Y si no lo logro?

—No había pensado en el "Castigo".

—¿Castigo?—Tragó saliva.

—Si, algún castigo se me ocurrirá. Y mis castigos no suelen ser, Amables.
Así que será mejor que te pongas a estudiar.

—Depende de que castigo me apliques, si es algo que me beneficia, repruebo desde ahora.

—Cree un monstruo sexual.

—Yo no hablaba de sexo, pero si así lo quieres tomar, por mi excelente.

—¿Con que quieres un castigo sexual?

El corazón está a punto de salirse de mi pecho. Respiro acalorado.

—Tengo un fetiche con la ropa interior de encaje, con las medias y con las calcetas hasta las rodillas. Tu castigo puede ser, un poco de BDSM, para la sesión tienes que usar ropa interior de encaje y medias. ¿Aceptas?

Estoy Tan acalorado. Mi mente no puede procesar todo lo que acaba de decirme. Mis mejillas están ardiendo.

—Acepto—Digo con voz temblorosa.

«Llegando a mi casa tendré que Googlear la palabra fetiche»

—Joven Vega, es usted muy atrevido.

—Me gusta jugar.

—Ya lo veo. Me encanta ser yo con quien juegue.

—Me fascina que sea usted, Profesor.

Continuamos con la cena, lasaña y vino tinto. Seguimos platicando, riéndonos. Me agrada su compañía, Esteban es el chico más simpático (con quien quiere) del mundo. Me gusta su compañía, su sentido del humor, la filosofía de vida que tiene. Me encanta todo el, adoro que sea capaz de revolver todo mi interior, porque lo Quiero más que a mi vida.

—Hice un escrito en mi estancia en Londres, cuándo estabas en coma, tenía mucho miedo de perderte. Por un momento creí que jamás despertarías, y por otro, que jamás volverías conmigo. Lo arregle y termine al siguiente día de todo lo que viste, la noche con Isaac.

—¿Un escrito?

—No se si pueda llamarlo "Poema"

Me tiende una hoja de papel. La abro y ahí está, su perfecta caligrafía en cursiva.

No soporto mas mirar
Hacia el espejo y encontrar un rostro gris, vacío, sin rastro de vitalidad
Resignándose a morir

Refugiándose en sonrisas Todo el dolor adquirido, Todo el dolor qué hay en el interior, Y en la época más oscura de mi alma, estuviste ahí
Solo para mi

Hicimos el amor bajo la luna llena
Ahogamos el dolor, exorcizamos a los demonios, con besos y palabras de amor

Me viste llorar
Sangrar sin consuelo
Temblando al hablar
Hablar de recuerdos

Esa noche te quise tanto
Fuiste todo para mi
Ahogaste el llanto

Hicimos el amor bajo la luna llena
Ahogando el dolor, exorcizando a los demonios del alma, con besos y poemas de amor

Y todo Termino, te fuiste para siempre.

Los ojos se me llenan de lágrimas. Es todo lo que hemos vivido resumido en un poema. El miedo de que alguien lo abandone sigue, su lucha interior con toda su rabia sigue. Yo voy a estar con el.
Me levanto de mi asiento, voy hasta donde está Esteban. Lo abrazo con fuerza.

—Estaré contigo siempre, Cariño, siempre, hasta que la vida nos separe, pero hasta ese momento, yo estaré contigo, Tú cuidarás de mi y yo de ti.

Me rodea la cintura.

—Gracias por estar conmigo, Gracias Abraham, Eres un ángel, que la vida me mando para poner mi vida de mierda en su lugar...

Placer Entre Lineas: Bajo Tú piel. #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora