Capítulo 46

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Esteban me toma por la cintura. Me aprieta más contra él, uniendo nuestros labios.

—Esto es demasiado hermoso Esteban.

—Quería tener un detalle de nuestro amor.

—Me encanta.

«Isaac, muere de envidia» es una de las tantas cosas que mi mente procesa.
Esteban me toma de la mano, el mesero se acerca.

—Su mesa está lista, Jefe.

«Esteban debe sentir tan raro al venir aquí y que medio mundo lo llame jefe».
El mesero nos guía hasta una cabina terriblemente lujosa, sólo para Esteban y para mí. Las paredes son de color vino, con detalles en color negro, el marco de la habitación es de color dorado, las sillas tienen cojines de cuero en color rojo, la mesa tiene un mantel en escala de grises.  Nos sentamos frente a frente, el chico coloca dos copas y las llena de vino, cuando termina su tarea, sale de la cabina.

—La razón por la que te traje aquí es para darte una sorpresa.

—¿Otra?.
Tomo una copa y la llevo a mi boca, dejándome embriagar por el dulce sabor del vino.

—Sí. La próxima semana iniciaremos con los trámites de tu visa y pasaporte.

Me ahogo con el vino.

—¿Para qué?—Pregunto emocionado.

—Pues, una cierta mamá de un cierto alguien, me contó que su cierto hijo tenía el sueño de viajar a una cierta ciudad. Así que si todo sale como lo planeado, en diciembre viajaremos a Nueva York para pasar la navidad.

—¡Nueva York!—Repito emocionado.


—Sí, Nueva York.

—Eso es demasiado Esteban, con el restaurante es más que suficiente, un detalle hermoso y sutil. Pero, ¡Nueva York! Es demasiado, no quiero abusar de tu galantería.

—No abusas de ella, son regalos que quiero y puedo darte, Pequeño.

—No es necesario Esteban. Me conformo con tenerte cada día de mi vida.

—No seas conformista.

—No lo soy, o no lo sé. Pero esto es demasiado.

—No lo es. El próximo fin de semana iremos a tramitar todo el papeleo.

—No se puede luchar contra ti, Cariño.

—No, No se puede.


—•—

Es hora de enfrentar a Sara. No puedo seguir ocultando lo que ví, no me voy a permitir que ella lastime a una persona como Emma.
Sara se encuentra sola, sentada en una palapa, escuchando música con sus audífonos. Me acerco a ella.

—Hola, Sara.

—Abraham, hace tanto tiempo que no hablamos—No alcanzo a entender el tono de su voz.

—¡Eres una hija de puta!—Lo suelto sin más.

—¿Qué dijiste?—Habla sorprendida.

—Lo que escuchaste, eres una total hija de puta. Egoísta,

—¿Qué te pasa? ¿Tú maestro ya no te folla? ¿Por eso estás de maldito histérico?.

—Pensé que yo te importaba, también pensé que Emma te importaba. Pero al parecer no es así, preferiste traicionarnos, ¡engañas a Emma con mi puto ex novio!—Comienzo a alzar la voz.

Sara se pone roja.

—Deberías tranquilizarte, no sé de que mierda estás hablando.

—Ahora se te olvido, vaya mente que tienes Sara. Es increíble cómo las personas que consideras "amigos" son las primeras en traicionarte.

Sara cierra los ojos, suspira.

—¿Sabes? Me tienes harta, todos tus putos dramas, tu tonta personalidad, todo en ti me fastidia. Carlos y yo compartimos ese mismo puto sentimiento, tal vez por eso tuvimos una buena conexión, y Emma, ella es tan tonta y delicada, son tan estresantes ustedes dos.

Las palabras son más dolorosas que cualquier golpe o herida. De pronto me siento mareado, mis ojos se llenan de lágrimas.

—Esto es lo que querías lograr ¿no? Pues felicidades, Abraham, lo lograste, terminaste con todos estos años de amistad.

Se levanta de la palapa, comienza a caminar, alejándose de mi. Se gira.

—Para tú información, Emma y yo terminamos desde hace mucho tiempo, mucho antes de que ocurriera lo de Carlos.

Se gira y desaparece de mi vista. Me siento cansado. Tomo asiento en la palapa, recargo mis brazos en la mesa, meto mi cara entre ellos, comienzo a llorar en silencio.

Me siento tan estúpido. Todo un enfrentamiento, para nada. Hay veces en que las personas cambian para bien en cambio otras no. Somos seres muy extraños e incomprensibles.

—Amor, ¿Qué tienes?—Es Augusto.

Se sienta a mi lado. Pasa una mano por mi espalda. Me acaricia suavemente.

—Problemas con Sara.

—¿Qué pasó?.

—Es un asunto muy grande y estúpido. Tal vez no te interese.

—Claro que me interesa, cuéntame.

—No lo sé.

— Es mejor sacar los problemas y dejarlos ir, que guardarlos hasta que pudran tu alma.

—Tienes razón—Suspiro—Pues Sara está saliendo con mi ex. Yo pensaba que engañaba a Emma, pero no era así, al único que traicionaba era a mi.

—Emma me contó que terminó con Sara.

—¿En serio? ¿Porque no me lo contó a mi?

—Tal vez porque vives enfrascado en tu mundo de maravilla con tu novio. Tal vez sólo te la pasas pensando en Esteban y dejas a un lado a tus amigos, tanto que no puedes ver lo que están pasando.

—¿Qué dices? — Trato de saber que es lo qué pasa con mis amigos.

—Pues en los últimos días has estado perdido en tu mundo, recuerda que las parejas un día se van, en cambio, los amigos perduran.

—No pasó lo mismo con Sara.

—Hay excepciones.

—Yo siempre preferí a Sara, y termino con mi ex.

—Emma no es Sara.

—Yo lo sé, todo es tan confuso. Carlos es una mierda, Sara igual y yo también.

—Tal vez.

—¿En serio tan enfrascado estoy con Esteban?

—Algunas veces. Yo sé que eres muy atento con Emma y conmigo.

—¿Y porque no me lo contó?

—Porque estabas muy feliz por volver con él. Tal vez no quería arruinártelo.

Es duro como nos envolvemos al rededor de una persona, y olvidamos a todo lo que tenemos a nuestro al rededor. Es triste que dejemos a un lado a nuestros amigos por nuestra pareja.

Todo esto me hace sentir aún peor, mi mundo en este día es un caos, una explosión, no me entiendo ni entiendo a los demás.

Editado por DiegoKarel.

Placer Entre Lineas: Bajo Tú piel. #3Where stories live. Discover now