Capítulo 5

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El resto del día la pasó nervioso, estoy algo ansioso por lo que pueda pasar después de clases. Al final de clases voy a la oficina de Esteban. Llamo la puerta.

—Pasa—Entró. Al verme sonríe— Pensé que no vendrías.

—No sabía que también eras un Poeta.

—No lo soy, solo es lo que pienso, plasmado en una forma muy barata, nada que ver con un Poema de verdad.

—Para lo fue un poema de verdad.

—¿Tú lo crees?—Se le iluminan los ojos.

—Pues claro que lo creo.

—Gracias por darme otra oportunidad.

Me sonrojo.

—No hay nada que agradecer, solo tenia que escucharte.

—¿Todos merecemos una tercera oportunidad?

—La tercera es la vencida, ¿No lo crees?

—Claro que lo creo. Ahora, tenemos que buscar la manera para salir de aquí sin ser vistos.

Me llevo una mano al mentón.

—Misión imposible.

—Algo así—Sonríe. Su sonrisa me causa un escalofrío por todo mi cuerpo—Salgamos de aquí lo antes posible.

—Vamos.

Se acerca a mi. Me da un abrazo muy fuerte y me regala un beso en la comisura de los labios. Una corriente de energía recorre mi cuerpo. Trago saliva, mi respiración se agita. No a pasado tanto y ya extrañaba su contacto. Necesito más de él.

Vamos caminando a paso rápido por el edificio donde está la dirección y la oficina de algunos directivos, cuando estamos a punto de llegar a la salida, el director nos interrumpe. Mi corazón late con fuerza, me cuesta respirar, siento que en cualquier momento puedo caer desmayado.

—Profesor Torrez, Buenas Noches, es un placer verlo—Se saludan cordialmente, tomándose de las manos—Joven Vega, buenas noches, ¿Qué lo trae por aquí?

—Este...-Esteban me interrumpe.

—Abraham tenía una duda sobre la resolución de ecuaciones con incógnita, así que vino a pedir mi ayuda. Claro que no se la di—Responde sonriente—Porque como ve, Estoy a punto de irme.

—Bueno, te dejo, Y usted Joven Vega, debería apresurarse, apuesto a que no le gustaría nada tener que dormir un catorce de febrero en la escuela.

—Claro que no me gustaría, con su permiso.

Salgo corriendo del edificio. Espero a Esteban en la entrada que da al estacionamiento de la preparatoria. Esteban llega después de cinco minutos.

—Creí que te habías ido.

—¿Y perderme una cita con el profesor mas bueno de toda la prepa? Ni hablar.

Mi comentario lo pone Feliz.

—¿Bueno en que sentido? ¿Bueno porque soy carismático, divertido, y excelente profesor? O ¿Bueno de cuerpo, físico, con Buenos atributos?

Me sonrojo entre la obscuridad.

—No lo se...Bueno de las dos formas—Sonrió perverso.

—Creí que lo perdería para siempre, Joven Vega, es un alivio tenerlo de vuelta.

—Es un alivio estar de vuelta con usted, Profesor.

Me abre la puerta de su BMW, entro. Me siento muy feliz de volver a estar con el. Entra después de mi. Me mira, sonríe.

Pequeño, quiero que sepas cuanto te quiero, no quiero que dudes de mi ni de mis sentimientos, Tú mejor que nadie sabes cuanto hemos pasado, se que nos falta conocernos mas, esta va a ser nuestra aventura, conocernos a fondo, necesito saber más cosas de quién será el amor de mi vida...

Vuelvo a sonrojarme.

—¿El amor de tu vida?

—Si, el amor de mi vida.

Mira hacia el frente.

—Mierda agáchate.

Me recuesto rápidamente hacia sus piernas. Mi cabeza queda recargado encima de su paquete. Mis mejillas arden. Esteban arranca el auto, pasó cinco minutos por encima de su parte íntima. Las chicas que se mojan por Esteban me envidiarían tan solo verme en esta posición con el.

—Listo.

Vuelvo a acomodarme en mi asiento.

—¿Que pasó?

—El guardia de seguridad salió, si te veía dentro de mi auto, no dudaría ni un segundo de decírselo al director.

—La vista fue buena.

—Eres un Total y completo pervertido Abraham.

—La verdad, es que lo aprendí del mejor.

Sonrió.

—¿De quien? Yo no creo ser esa persona, Soy tan recto, Puro y casto.

—Si, Claro.

Toco su rodilla.

—Eres lo que siempre busque Esteban, como mi príncipe azul, Cuando veis películas de Disney—Esteban reprime una risa—Perdón por ser tan cursi y ver Disney, pero es la verdad, cuando veía a aquellas chicas encontrando el amor, siempre me hacía ilusión, después de varias relaciones fallidas, perdí la esperanza de encontrar el "amor" o a mi "Príncipe azul" Y ahora tú llegas tú, Volviéndome a hacer creer en ello, creer en que el amor se da de maneras inesperadas.

—Tú me tienes embrujado Abraham.

Llegamos a su casa. Bajo del Auto. Esteban se pone detrás de mi. Pasa una venda negra que cubre mis ojos.

—Es una sorpresa, necesitaba superarme con las anteriores cenas, así que quiero sorprenderte.

—Me parece bien, pero me abrías enamorado aún más, Llevándome a los tacos.

—Arruinas el momento romántico Abraham. Nada de tacos por hoy, déjame sorprenderte.

—Bien—Sonrió.

Tal vez una cena sea lo más típico un día de San Valentín, pero la verdad es un detalle hermoso, que alguien se de él tiempo para dedicarte algo, una cena, un paseo por algún parque comiendo helado, una noche de películas, comer tacos, por más pequeño que sea, el detalle, el convivir y vivir el momento es lo que cuenta, lo que en verdad vale y determina el valor de la noche. No necesitas de grandes cosas para pasártela increíble, lo único que se necesita es una buena compañía.

Entramos por la casa.

—Vamos a subir.

Comenzamos a subir escalón por escalón. Recorremos el pasillo de la planta alta, llegamos frente a una puerta, la abre.

—Seguiremos subiendo.

¿Subir? Hay más en esta casa, wow. Después de veinte escalones, llegamos a un lugar. Quita la venda negra; frente a mi hay una Zotehuela, hay flores de todo tipo en este lugar, por la pared, cae una hilera de flores blancas, hay una techumbre de cristal, desde aquí se puede ver lo qué hay al rededor de la ciudad, al centro está una mesa para dos, decorada en color blanco y dorado.

—Perdona por otra típica cena cliché.

—No me importa eso...Es nuestra propia cena cliché.

Me acerco a él, lo tomo por las mejillas, me paro de puntitas y le robó un beso apasionado.

Placer Entre Lineas: Bajo Tú piel. #3Where stories live. Discover now