Capítulo 29

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Las vacaciones pasan lentas. Esteban no me a llamado, no responde mis mensajes, se a olvidado totalmente de mi. Tal vez es Justo lo que esperaba, Cortamos.
Mi mundo es Un remolino, me acostumbre a el, del buen sentido, no por obligación si no por amor. Reviso mi celular, los mensajes, tiro de la pantalla, Tratando de actualizar, en espera de que me busque.
Pasa la mañana, me digno a que eso no va a pasar. ¿Pero si el no me busca? Esta obvio que tengo que hacerlo yo, No tengo que esperar a que el lo haga, puedo hacerlo por mi cuenta, Yo puedo buscar una explicación.

Me visto rápidamente, tomo un jugo de mango antes de salir de casa.
Cada vez que avanzo más, cuando estoy a menor distancia de su casa, mis nervios aumentan, las manos me tiemblan y mi corazón late con fuerza, comienzo a transpirar.
se que Esteban y yo "Terminamos", esa es la razón por la cual no me busca, porque todo a terminado. El solo hecho de pensarlo me da náuseas, me entran unas ganas de echar a correr de vuelta a mi casa, de encerrarme en mi habitación y dejar que todo pase. Me trago todo eso, sigo caminando.
Cuando entro a la privada de Esteban, el guardia se seguridad me reconoce, abriéndome las rejas para poder acceder. Entro muy nervioso, la mayoría de las veces que recorro solo este lugar, al final terminan pasando cosas horribles. Camino lentamente, tomando todo el aire que puedo, no se a qué vine exactamente, ¿A pedirle explicaciones de porque no me busco? ¿O si podríamos regresar? ¿Revisar que sus sentimientos sean sinceros hacia mi o confirmar que todo acabo? Son tantas cosas, todas invaden mi mente, me atormentan, Necesito a Esteban, lo necesito con Toda mi alma.
Cuando tengo frente a mi su imponente casa, estoy al borde del desmayo, las piernas me tiemblan. Llevo mi mano temblorosa hasta el timbre, lo dejo presionado por dos segundos, no hay respuesta, me quedo esperando por tres minutos, vuelvo a tocar el timbre, dejo presionado mi dedo contra el interruptor por cinco segundos, hasta que el sonido se vuelve Insoportable.
Sale una mujer de mediana edad, con gesto neutro y uniforme en color negro, que consiste en una falda negra y una camisa de color blanca.

—¿Qué desea?—Pregunta cordial.

—¿Se encuentra Esteban?

—Por el momento, El señor Torrez no lo puede atender, se encuentra muy ocupado.

—Por Favor dígale que lo busco.

—Ya le he dicho que el Señor Torrez no está en posición de recibir a nadie.

—Se lo suplico, dígale que lo busca Abraham, por Favor, Te lo pido—Mi voz es suplicante, llena de necesidad.

Ella lo nota. Suspira.

—Bien, pero no le prometo que pueda atenderlo.

—Gracias.

La mujer entra de inmediato. Yo me quedo hecho nervios. Comienzo a morderme las uñas, mirando hacia el suelo, tengo ganas de llorar, Fui un completo estupido al haberle dicho todo eso a Esteban. Malditas inseguridades de mierda.

—Morderse las uñas es de mal gusto, aparte de ser signo de ansiedad, depresión y tristeza—La voz dura de Esteban me saca de mi mundo. Es la misma forma de hablar que utiliza con las personas que son un cero a la izquierda en su vida.

Quito mis manos de mi boca. Me sonrojo, estoy hecho un mar de nervios, quiero traspasar las rejas y abrazarlo, besarlo, Jamás soltarlo.

—Ohh.

—¿A que se debe tú visita Abraham? Estoy terminando cosas de mayor importancia, todo el tiempo es de calidad.

Su comentario y la forma en que lo dice, me duele hasta el fondo de mi alma.

—Quería hablar contigo sobre lo nuestro—Hablo despacio, desviando mis ojos de su mirada, no quiero leer su mirada, encontrar desinterés y desamor.

—¿Ahora quieres Hablar? Sinceramente no tengo tiempo para eso.

Sus palabras me cortan como navajas, me muerdo el labio inferior, reprimiendo el dolor.

—Por Favor Esteban, creo que la cague en todo, mi desconfianza, mis inseguridades, las personas que nos rodean, Todo influyó.

El aspecto duro de Esteban cambia, se apacigua.

—Sabes Abraham, no e dejado de pensar en ti desde aquella noche, no me perdono haberte dejado solo en la gran ciudad. Baje a buscarte, no te encontré, hasta que alguien me dijo que te encontrabas bien, con otro chico. No sabes la rabia que me dio escuchar eso, Tú, solo, con un chico, Joder, es la peor combinación del mundo.

—No Es lo que piensas...

—Claro que no lo es, a pesar de todas mis mierdas, y de lo que mi mente proceso en aquel momento, "Confió en ti". Pero también comprendí otras cosas.

—¿Cuales?—Preguntó tembloroso.

—Que aún eres muy joven, mereces vivir tu juventud, ir a fiestas, salir al cine, Tener miles de novios...

—No digas eso Esteban, Yo te quiero a ti.

—Yo también de quiero a ti.

—¿Pero?.

—Supongo que necesitamos darnos un descanso de los dos, Siempre estamos juntos, y es maravilloso, pero aún así siguen habiendo inseguridades, fantasmas donde no los hay.

—¿Y?—Mi voz está llena de terror.

—Me he llenado de trabajo, en unas horas estoy a punto de tomar mi vuelo hacia Nueva York.

—¿Nueva York?

—Si, como te decía, Necesitamos descansar el uno del otro, aclarar nuestras ideas, nuestros sentimientos. Lo más importante, tienes que aprender a amarte a tú mismo, si tú no te puedes amar, dudo que puedas amar a alguien más.

—¿Te vas por mis inseguridades? Yo te quiero muchísimo...

—No lo dudo, Yo también te quiero, pero tienes que quererte tú mismo, amar todos tus defectos, todo lo que te hace único, lo que provoca que me encantes de esa manera.

Trago saliva, las lágrimas amenazan con salir.

—¿Cuando regresas?

—A principios de Mayo.

Una de mis peores pesadillas sale por la puerta. Mateo se asoma sonriente.

—Esteban, Tenemos que volver al Trabajo—La forma en que pronuncia "Trabajo" tiene un trasfondo que no me gusta para nada.

—Tengo que irme Abraham, espero puedas encontrar la belleza qué hay en ti—Saca su mano de entre las rejas, acaricia rápidamente mis mejillas, da media vuelta y entra a su casa—Espero volver a verte muy pronto.

Placer Entre Lineas: Bajo Tú piel. #3Where stories live. Discover now