Capítulo 48

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El despertador de Esteban suena a las 5:30 de la mañana. El sonido me irrita.
Cuando abro los ojos, Esteban ya se encuentra despierto frente al espejo, vistiéndose.

—¡Feliz cumpleaños mi amor!—Mi voz suena adormilada pero alegre.

—Gracias precioso—Termina de amarrar su corbata a su cuello. Se acerca a mi. Toma asiento en el borde de la cama, se inclina hacia dónde estoy y me planta un beso en la frente. Mi cuerpo responde con un ligero cosquilleo.

—¿Tienes que trabajar en tu cumpleaños?.

—Efectivamente—Acaricia mis pómulos—Sólo adquirí un año más de vida, no una enfermedad.

—Pero es tu cumpleaños.

—Lo sé. Estaré de regreso antes de las seis de la tarde, no te preocupes.

—Bien—el tono de mi voz demuestra tristeza.

Me acomodo en la cama, paso mis brazos por su cintura, mi cabeza queda recargada en su hombro. Lo aprieto contra mi.

—Esteban...

—¿Si?.

—Le doy gracias a la vida porque te haya regalado un año más de vida, gracias por haberlo pasado conmigo. Te quiero demasiado. Has marcado mi existencia, más de lo que alguien pudiera llegar a hacerlo, me has enseñado miles de cosas, como amarme a mi mismo y lo que me rodea.

—Gracias, Pequeño. Eres la persona más especial en mi vida.

—Lo sé—Sonrío sonrojado.

Me vuelve a dar otro beso en la frente, se levanta de la cama y continúa vistiéndose. Tarda veinte minutos. La tenue luz qué hay en la habitación lo hace lucir bellísimo. Sale de la habitación para dirigirse a su oficina.
Vuelvo a cerrar los ojos. Tengo una sensación de cansancio mezclada con algo de energía; lo sé, es bastante raro.
El choque de algo húmedo contra mis labios me saca de mi pequeño ensueño. Abro mis ojos, los labios de Esteban me llevan al cielo.

—Tengo que irme, en el refri hay algo de comida preparada e ingredientes suficientes cómo para que puedas hacerte algo, Igual te dejo algo de dinero en la barra por cualquier cosa que llegaras a necesitar. También te dejo el número de la señora que me ayuda con la limpieza y comida.

—Sí, gracias Esteban. Que tengas un día lleno de éxito, te quiero.

—Yo igual.

Me besa rápido los labios. Toma su maletín que dejó a un lado del espejo. Sale de la habitación.
«Al menos tendré el tiempo suficiente para prepararle algo lindo».

Cierro los ojos y duermo por dos horas más. Me despierto a las 7:30 exacto. Me levanto de la cama. entro al baño, preparo la tina, me desnudo en silencio. Cuando está lista me sumerjo en el agua, cierro los ojos y desaparezco.

Cuando todas las actividades aburridas están listas como; bañarme, preparar el desayuno, tender la cama, terminar la tarea de comprensión lectora (estar con mi novio no me impide hacer las labores escolares). Me paro frente a la puerta del "armario sexual" con la llave en mi mano derecha. Este cuarto me pone nervioso y excitado. Introduzco la llave en el cerrojo. Abro la puerta, el ligero olor a látex y velas aromáticas inundan mis fosas nasales. Recorro el cuarto, deslizo mis manos por los anaqueles, como la primera vez que "jugué" con Esteban. Hay tantas cosas en este lugar, es increíble la cantidad de artículos que se encuentran aquí. Tomo un par de esposas, una mordaza de cuero negro, arnés de látex, un shoker de piel negro, un suspensorio con encaje. Para Esteban decido un jockstrap con arnés de látex negro. También llevo conmigo una raqueta para nalgadas, látigos y unas cuantas velas aromáticas con olor a rosas. Tan sólo tocar estos artículos, me hace sentir deseoso. Llevo todos los artículos a la habitación. Los dejo sobre la cama. Fase uno, Lista. Ahora sólo falta preparar algo para cenar y ambientar el lugar.

Con mis ahorros voy al supermercado a comprar cosas para la cena, un pastel de chocolate y un ramo de rosas. Se me ocurrió prepararle pechugas rellenas en salsa de chipotle con pasta, haré todo lo que pueda para que esta noche todo sea sumamente lindo, tal vez no será perfecto pero sí lindo y candente, Muy Candente.
A las 3:30 P.M. tengo la cena lista, tan solo oler la cena mi boca comienza a salivar.

Traigo de la habitación las velas, las coloco por el comedor, la cocina, al subir las escaleras, por último en la habitación, en el tocador y en el escritorio, del  ramo de rosas, tomo una y la guardo,  del resto sólo ocupo los pétalos los cuales esparzo en el suelo, por las escaleras, en el comedor, al rededor de la habitación y por encima de la cama. Se ve sumamente lindo, casual, como una cena romántica de las películas o libros. En el comedor pongo dos copas, junto a las velas. Y pongo  más pétalos alrededor.

Me encierro en el baño, estoy desnudo. Me coloco el suspensorio junto al arnés de látex y el shoker. Encima de esto, me pongo un pantalón de vestir, camisa blanca que en los hombros tiene un parche de rosas rojas terminando con unos tirantes que van de mi cintura a mis hombros. Ahora sí todo está listo. Dejo sobre la cama los accesorios que usará Esteban. Los látigos, esposas y demás sobre el escritorio.

Descubrí que la luz de la casa de Esteban tiene tres modos: normal, tenue y apagado. La pongo en luz tenue y prendo las veladoras.
Bajo a esperar a Esteban. Estoy nervioso, esto es lo menos que puedo hacer por él. Él siempre se porta sumamente espléndido, no se si esto pueda superar todo lo que el hace por mi.  En la entrada también dejé un camino de pétalos de rosa. Esteban llega a las 5:00 P.M., se queda sorprendido por los pétalos y mi manera de vestir. Sonríe

—¿Qué significa todo esto?—Habla feliz.

—¿¡Sorpresa!?.

—No era necesario, Pequeño.

—Sí lo era. Tal vez no iguale todo lo que tú me das, pero planeé  esto con todo mi corazón.

—Eso es lo que cuenta.

Se acerca a mi, me toma por la cintura y me besa en los labios.

Editado por DiegoKarel

Placer Entre Lineas: Bajo Tú piel. #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora