Capítulo 63

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Me siento en las nubes, comencé a transpirar, estoy a punto de sufrir un ataque cardiaco. Siento que no no puedo respirar, todo da vueltas a mi alrededor, siento estar en un sueño, todo es tan irreal. El amor de mi vida está frente a mi. Estos cuatro años fueron sumamente largos, no podía creérmelo. Por un momento creo estar soñando, eso me deprime aún más, lloro sobre su hombro. He crecido en este tiempo, pero aún así no lo alcanzo en altura.
Me entra un sentimiento enorme, las lágrimas no dejan de salir, como si estuvieran programadas, Todos los momentos que pasamos juntos se reproducen en mi cabeza como una película. Inhalo su olor varonil. Cierro los ojos, espere tanto tiempo por este momento y por fin él está aquí.

—¿Porque lloras, pequeño?—Muero. Estoy a punto de morir. Jamás me di cuenta de cuanto extrañaba esa palabra producida por sus labios; Pequeño.

—¿Esto es un sueño?—Las lágrimas se desatan—Si es así no podría soportarlo.

—No, no es un sueño—Me aprieta más entre sus brazos.

—Te extrañe tanto.

—Yo Igual Pequeño. Sólo que por ahora, tengo una clase que impartir. ¿Te gustaría salir a tomar un café después del trabajo?.

—Me encantaría.

—Y ustedes a su clase, no se metan en lo que no los llaman—Grita Esteban a un grupo de chicos que nos miran. Todas las chicas y uno que otro chico están fascinados con la belleza de Esteban, no pueden quitar los ojos de él. Se lo comen con la mirada.

Sonrío tanto que me duelen las mejillas. Esteban limpia las lágrimas de mis ojos. Dios mío, sigue siendo un dios griego.

—Nos vemos, Abraham.

Me sonrojo.

—Nos vemos, Esteban.

Entra al aula. Y yo voy en búsqueda de mi siguiente clase.

Sigo conmocionado, todo a sido una gran sorpresa. Estoy temblando de la emoción, estoy más feliz que nunca. No puedo parar de llorar.

El día pasa eterno. Esperaba toparme a Esteban en el descanso pero no sucede,  eso me hace sentir un poco decepcionado y ansioso.

Entro a la dirección a firmar mi hora de salida. No pude apartar a Esteban de mi mente. En otro grupo estamos leyendo Hamlet de William Shakespeare, como alguna vez lo leí en su clase, recuerdo cuando me regaló un teléfono y algunos chocolates con una nota la cual contenía una de las frases más bellas del libro;

"Duda que sean fuego las estrellas, duda que el sol se mueva, duda que la verdad sea mentira, pero no dudes jamás de que te amo".

Jamás dudaré del amor que Esteban siente hacia mi. El amor verdadero prevalece a pesar del tiempo y la distancia. A pesar del tiempo transcurrido y las personas que llegaron a mi vida, mi corazón y mi alma le pertenecen a Esteban. Cuando un sentimiento es verdadero nada ni nadie puede venir a romperlo. Han pasado cuatro años y lo sigo amando como si fuera la primera vez.

—¿Estás listo?.

—¿Qué?—Volteo distraído.

Ahí está él, tan guapo como siempre, vestido de manera formal. «Los trajes lo hacen ver tan sensual» Me sonrojo.

—¿En que pensabas?—Ahí está su sonrisa que me vuelve loco.

—En ti—Mis mejillas arden. No puedo creer que lo haya dicho en voz alta.

Sus mejillas se ponen coloradas. Analizo su rostro, fue tanta mi emoción que no me percaté que ahora lleva barba. Sigo insistiendo, se ve mucho más guapo.

Placer Entre Lineas: Bajo Tú piel. #3Where stories live. Discover now