Capítulo 30

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Regreso a mi casa con el corazón partido. Estoy agotado, todo lo qué pasa a mi al rededor me está acabando. Supongo que es una buena idea, el darnos unas vacaciones de nosotros, Descansar de todo lo que nos provocamos el uno con el otro. Es hora de descansar de mi, de él.
Me dice que en su ausencia, aprenda a amarme a mi mismo, como si fuera Tan sencillo, como si pudiera sacar una Puta varita mágica, darme tres toques en la cabeza y ¡Bom! Tengo un alto autoestima. Lo dice como si pudiera enterrar, superar y destruir mis inseguridades. Es un idiota, el y todos sus Ex's se pueden ir mucho a la mierda.

Entro a mi habitación, cierro de un portazo, me tiro en mi cama, hundiendo mi cabeza en la almohada, reprimo toda la tristeza, mis sentimientos cambian, la tristeza se hunde para darle paso al enojo. Estoy demasiado enojado con Esteban y estoy increíblemente enojado conmigo mismo. Si tan solo pudiera amarme más de lo que hago, si tan solo pudiera dar un paso más, en esa línea fina que es la adolescencia y la madurez, si tan solo Esteban pudiera comprenderme un poco mas.
Después de una hora, me levanto de la cama, necesito respirar de todo lo qué pasó hoy entre Esteban y yo. Salgo al parque a caminar, el sol está resplandeciente sobre la ciudad, las personas van de aquí halla felices.
Me siendo en una banca qué hay en un parque, al rededor, hay palomas, las ardillas subes por los árboles. Por todos lados hay personas enamoradas, tomadas de la mano, sonriendo, dándose besos, demostrándose su amor, Ver todo aquello me hace suspirar, para después provocarme un pequeño hueco en el estómago, un vacío en mi alma. Una pareja llama mi atención, parece un Deja Vu. Me levanto sigilosamente, cuidando que no me vean, «No me lo puedo creer», siento una descripción enorme de lo que veo, Y justamente yo tenia que verlo; Es Sara, caminando tomada de la mano con un chico, La larga cabellera de Sara no me deja ver quien es el muchacho. me alejo lo suficiente para que no se percaten de mi presencia, Sara le planta un beso en los labios al chico. Me quedo con la boca abierta al ver de quien se trata; Carlos, Carlos y Sara, Ellos dos, ¿Se están enrollando?, todo mi al rededor se mueve, me siento mareado, con ganas de gritar. Sara sabía perfectamente lo que pase con Carlos, lo único que no sabía ella, era lo que él le había provocado, a mi y a Esteban, Por parte de su culpa, por besarme, por ser cómplice de Isaac, Esteban tuvo su rabieta y yo terminé en coma.
Tomo asiento en la banca más lejana, me siento traicionado, asqueado. Emma no se merece una traición de este tamaño. Regreso a mi casa de inmediato, está siendo un día muy ajetreado. Cuando llego a mi casa, voy directo a la cocina, Abro el refrigerador y saco una lata de Coca-Cola, Está helada, la abro, me la llevo directamente a la boca, dando sorbos grandes. El sabor y el gas del refresco, me hacen volver a la vida. Voy a la sala, prendo la Televisión, no presto atención a lo qué hay, mi mente sigue viajando, pensando en lo que acabo de ver. ¿Emma y Sara habrán terminado?¿Emma lo sabrá? Es bastante drama Dios mío. Mi teléfono suena, Emma.

—¿Hola?—trato de fingir estar normal.

—Holaa Abraham, ¿Cómo estás?—Habla en tono animado. Al parecer no sabe nada de lo que acabo de ver.

—Muy bien, ¿Tú cómo estás?.

—Excelente, descubrí un nuevo grupo de K-Pop que me tiene fascinada.

—Emma, Eso suena sumamente genial.

—Lo es, también he comprado algunos dulces.

—¿Dulces japoneses o dulces de toda la vida?.

—¡Dulces Japoneses!.

El tono tan adorable de Emma me alegra, su voz es dulce y cálida que te levanta el ánimo.

—!Eso está genial!

—Lo es—Re sopla—¿Pasa algo? Suenas frustrado.

—No, no pasa nada—Contesto de inmediato—Estoy bien, increíble.

—Puedes contar conmigo.

Todo se viene abajo al escuchar aquello.

—Termine con Esteban.

—No me la creo Abraham.

—Se a dado un tiempo de mi, viajando a Nueva York.

—¿Nueva York? ¿Ya no dará clases?.

—Si dará, pero a mediados de Abril.

—Demonios Abraham, Pues espero que refuercen sus sentimientos, son una pareja bastante linda.

—Yo también lo espero. ¿Tú qué tal vas con Sara?—Mi voz suena normal, me muerdo el labio inferior ante mi "logró"

—Todo a mejorado, tuvo una sesión con su Psicoanalista, después de ello, cambió para bien, a estado más atenta, todo marcha Perfecto.

Trago saliva, Maldita Sara, la mato.

—Me alegro bastante Emma.

—Yo no me alegro para nada por lo tuyo, al contrario, espero regresen pronto, y arreglen sus diferencias, así como Sara y yo lo hicimos.

—Claro Emma, Yo también lo espero.

—Bueno, te dejo, me encanto oír tu voz, las vacaciones son sumamente aburridas sin ti.

—Ohh, Te extraño millones Emma, espero verte muy pronto.

—Igual Yo Abraham.

—Bueno, Adiós, te quiero.

—Te quiero más, Adiós.

Cuelga, me quedo tumbado, mirando el techo. Ahora estoy en un dilema, ¿Le cuento a Emma sobre lo que vi o espero a que Sara y ella lo arreglen? Es demasiado. No puedo creer que Sara le esté siendo infiel a Emma. Y tampoco puedo creer que sea con Carlos, ese maldito que fue parte fundamental para arruinar mi relación con Esteban.
Vibra mi teléfono, en señal de mensajes. Cuando sueña me espero lo peor, un mensaje de Isaac, riéndose de mi por mi ruptura con Esteban. Abro los mensajes y mi corazón se calma; Solo es Augusto.

"¿Cómo está el chico más lindo de mi universo?"

Sonrio.

"No lo se, pregúntale a él"

"Jaja, ¿Como estás?"

Me sonrojo.

"He estado mejor"

"¿Porque lo dices?"

"Pues intente hablar con Esteban, todo fallo, está a punto de irse a Nueva York, Vamos a darnos un "Puto tiempo"

Placer Entre Lineas: Bajo Tú piel. #3Where stories live. Discover now