2. Ángel silencioso

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Alec no podía creer que hubiera caminado tanto. Nunca se había puesto a pensar que el Centro de la ciudad estaba tan lejos de la Universidad.

¡Dos horas! ¡Había caminado dos horas!

Sólo iba a tener tiempo para pedir informes y regresar. Ya no iba a alcanzar a entrar a ninguna clase.

No había forma de no encontrar la Clínica Experimental. Era un gran edificio blanco, vio hombres y mujeres entrando. Mujeres embarazadas. Se preguntó si tendría la suerte de ver a un hombre igual...

Él casi esperaba que los hombres lucieran nerviosos o avergonzados. Tal vez inseguros, como él. Pero ellos parecían tranquilos. No parecía que estuvieran yendo a escondidas como él hacía.

Antes de él entró una pareja. —¿Crees que nos dejen? —preguntó uno al otro-. No alquilar tu vientre, sino intentar un hijo nuestro.

Alec no llegó a escuchar la respuesta del otro chico, pero sonaban tan esperanzados que él deseó que se los permitieran.

Lo primero que vio al entrar fue un pasillo que lo llevó directamente a un jardín central, ahí había varios pasillos más que llevaban a diversas áreas. Las manos de Alec empezaron a sudar, iba a tener que preguntar a alguna de las personas qué camino tomar para ir a la alquilación de vientres masculinos.

Alec empezó a jugar con sus manos, mientras avanzaba a una mesa donde estaba un hombre que parecía ser médico.

"Respira, Alec. Tú puedes, tú puedes. Sólo pregunta" se dijo Alec mientras caminaba hacia él.

Pero justo antes de que llegara, el hombre se levantó y se fue.

¡No!

Alec quería gritarle para que se detuviera, pero no quería llamar la atención. Él no quería a todos mirándolo. Y él no era de los que gritan, era más de esos que hablan tan bajo que nadie los escucha.

Se sentó en él lugar que había dejado el médico, todavía jugando con sus manos, mordisqueando su labio inferior mientras miraba en las otras mesas.

Algunas mujeres embarazadas estaban ahí. Había hombres que Alec no sabría decir si eran pacientes o estarían esperando a alguien.

—¿Hola? —aquella hermosa voz lo hizo saltar en su lugar.

El hombre se rió y Alec sintió su estómago llenarse de eso que dicen parecen mariposas cuando su mirada se encontró con la del hombre. Sus ojos eran hermosos. Verde dorado. Brillaban con diversión. Sus labios estaban curvados en una sonrisa.

—Hola —él repitió, sin dejar de sonreír, extendiendo su mano derecha hacia Alec y sentándose frente a él—. Soy Magnus.

Alec tomó su mano, sintiendo su piel erizarse con el escalofrío que lo recorrió ante el contacto.

Abrió su boca para decir su nombre también, pero no hubo ninguna palabra.

El hombre, Magnus, no pareció darle importancia. Sin toltar su mano, siguió hablando. —Perdona a Ragnor, es un idiota, pero no es maleducado. No debió ver que un hermoso chico como tú se acercaba a él. ¿Eres algún paciente suyo? Puedo ayudarte si lo necesitas...

Alec negó varias veces. Todavía sin poder hablar.

Los ojos verde dorado lo miraban con más interés ahora. —¿No eres paciente o no quieres mi ayuda? Puedo parecer alguien de poca confianza...

Alec lo miró con atención, traía una bata médica que no había notado antes, estaba algo arrugada cerca de la etiqueta del nombre así que no pudo saber su apellido, tenía unos mechones teñidos de púrpura y rojo oscuro, llevaba ¿delineador y sombra? (Estaba casi seguro que Izzy lo llamaba  así). Ciertamente no parecía un gran medico. ¿No eran los médicos todos serios y profesionales?

—...pero soy de lo mejor de aquí —Magnus le guiñó un ojo y Alec sintió su cara arder—. Entonces, ¿puedo, al menos, saber tu nombre?

Alec abrió la boca de nuevo. ¡Sólo tenía que decir su nombre! ¡Una palabra y ya! No tenía que agregar nada más.

"Alec".

El hombre alzó una de sus cejas.

Alec cerró y abrió la boca varias veces. Al final, sintiéndose tan tonto, sólo negó una vez.

—Oh —él hombre no se veía enojado y burlándose de la estupidez de Alec, el hombre parecía triste—. ¿Eres mudo?

¿Qué?

¡POR SUPUESTO QUE NO!

Alec abrió su boca de nuevo. Al menos un "No" tenía que salir. Era fácil.

—¡MAGNUS! —el grito de una chica los interrumpió—. ¡A la sala B! Hay una emergencia —ella ni siquiera lo esperó, dio media vuelta y corrió.

—Lo siento, chico bonito, tengo que ir —él se puso de pie de un saltó e, inesperadamente, besó la mano de Alec antes de soltarla—. Un gusto, ángel silencioso.

Y Alec se quedó ahí, no supo cuánto, sólo mirando el camino por el que Magnus se había ido.

¡Tuvo a un médico en frente y no le preguntó nada!

Finalmente, salió de la Clínica sin haber averiguado lo que quería. Iba a tener que volver.

* * *

—¿No podías tardarte más? —Catarina le dio una mirada asesina cuando llegó—. Hay una pareja que quiere probar el embarazo aunque siga en fase experimental... ¡Y el encargado del área ligando por ahí!

Magnus hizo un movimiento con su mano, restándole importancia. —Ya estoy aquí. Es lo que importa. Oye, tu amiga Tessa trabaja con pacientes sordo mudos, ¿cierto?

Antes de que Catarina respondiera, Magnus se vio en pánico total.

—¡Oh, dios! ¡Ni siquiera sé si sólo es mudo! Puede ser sordo y no escuchó nada de lo que dije. ¡Necesito a Tessa! Tal vez él vuelva...

—¿Para qué necesitas a Tessa? —preguntó Jem, uniéndose a ellos—. Escuché que hay una solicitud nueva... ¿Y quién va a volver?

—El chico especial de Magnus.

—¡Es hermoso! ¿Lo viste? Sus ojos azules, y esos labios. Incluso se ruborizó un par de veces. Es un ángel. ¡Y por eso necesito a Tessa! ¿Qué tan rápido se puede aprender lenguaje de señas? Necesito poder al menos decir "Hola" si es que él vuelve...








* * *

Respondiendo a sus preguntas, Magnus no sabe lenguaje de señas 😂 va a aprender por Alec 😻

El silencio del amor (Malec Mpreg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora