6. Embarazado

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La familia de Alec por supuesto había notado la despensa llena. Y no sólo eso, no eran sólo los alimentos básicos, Alec había llevado galletas, café, helado, ¡incluso un juguete para el pequeño Max!

Max estaba feliz, jugando con su nuevo carrito.

Jace e Izzy estaban felices también. Ni siquiera se interesaron en saber de dónde había sacado todo, pero Maryse y Robert sí. Le habían pedido a Alec quedarse después de la cena.

Alec ya sabía lo que iban a preguntar y también había decidido que no diría nada sobre su vientre alquilado y el embarazo.

—Alexander, sabes que no puedes trabajar. Estás próximo a terminar la universidad, no puedes dejarla. Es responsabilidad mía y de tu mamá mantenerlos, sé que últimamente no lo estamos haciendo bien, pero...

Alec detuvo a su papá, sabiendo que había hecho lo correcto al firmar esos papeles. —Ustedes hacen lo mejor que pueden, papá, es sólo que a veces las circunstancias no ayudan. Y sé que ustedes no quieren que deje la universidad...

Y espero no tener que hacerlo debido al embarazo.

—...no tienen que preocuparse, no estoy dejando los estudios.

—¿Entonces? —los ojos de Maryse se entrecerraron—. No somos tontos, Alec. Esto no se compró solo. Y es mucho. No nos mientas.

Tengo que hacerlo, pensó Alec. —No dejé la escuela, de verdad, ni estoy trabajando. Yo no me avergüenzo de ustedes, de unos padres trabajadores, ni de ser una familia de escasos recursos...

Los ojos de Robert brillaban con lágrimas contenidas. —¿Qué estás tratando de decir?

Alec pretendió no notar cómo la voz de su padre tembló. —Pedí un apoyo económico.

Maryse se sintió más tranquila al saber que no estaba trabajando a escondidas. —¿Cómo una beca?

Alec asintió. —Sí, es para personas que lo necesitan, no será para siempre...

Sólo mientras esté embarazado.

—...sólo durante nueve meses, pero será una gran ayuda. Podemos ahorrar y cuando yo salga de la universidad, buscaré trabajo y los ayudaré.

Maryse había abrazado feliz a su hijo y recibió el dinero que le dio, prometiendo no malgastarlo. Robert no lo había abrazado, pero le dijo que estaba orgulloso de él.

—Ah —dijo Alec, ya de camino a su habitación—. Voy a estar fuera el fin de semana. Hay un proyecto que debo hacer, es en parejas, y voy a quedarme en casa de un compañero. ¿Hay problema?

Robert y Maryse negaron. —La escuela es importante. Sólo cuídate y haz bien ese proyecto, Alexander. Ahora que tienes una beca, tienes que ser mucho más responsable.

Alec asintió, sintiendo un poco de culpa por mentir. Casi no pudo dormir.

Salió a primera hora, feliz cuando pudo pagar un taxi y no tener que caminar dos horas hasta la Clínica.

Estaba tan nervioso. Lo recibió la doctora Loss y su compañera Tessa Gray.

—El doctor Bane sigue fuera de la ciudad, así que mi compañera va a ayudarme, ¿está bien?

Alec dijo que sí y murmuró un "Mucho gusto" a la otra doctora, una pequeña sonrisa cuando se dio cuenta que seguía hablando con normalidad. Si seguía así, cuando volviera a ver a Magnus, podrían hablar y aclarar todo.

—Alexander —Tessa preguntó, mientras lo preparaban para la operación—, ¿tienes alguna preferencia?

El ceño de Alec se frunció, ¿le estaban preguntando si era gay?, ¿sólo porque estaba alquilando su vientre?

La doctora Loss se rió. —Tessa no se explicó bien. Esto no es un embarazo común, además de lo obvio claro, y no hay hasta ahora ninguna petición, entonces, ¿quieres un niño o una niña?

Alec no pudo evitar imaginarse a una pequeña ojiazul o un pequeño ojiazul. Sabía que no sería su hijo y no tenían que parecerse a él, él sólo alquilaba su vientre, ni siquiera debería pensar en el bebé, pero fue inevitable.

Ya lo había imaginado completamente cuando lo dijo: —Un niño, por favor.

¿Y por qué estaba imaginando a un pequeño de ojos verde dorado?

—Un niño entonces —Tessa le sonrió—. Disculpa la confusión. ¿Viene alguien contigo? Puede alguien esperar por ti.

—No —Alec negó, sintiéndose solo ahora, tal vez si tuviera amigos alguien pudo haberlo acompañado—. Nadie. ¿Era necesario?

La doctora Loss lo tranquilizó al instante. —No, tranquilo. Como te dije, hoy será la operación y mañana estarás en observación. Después de eso, podrás salir y hacer tu vida normal. Recordando tu nuevo estado, claro. Debes cuidarte, pero nada extremo a menos que haya alguna complicación.

—¿Ha habido complicaciones en estos...embarazos?

—¿En vientres alquilados o embarazos masculinos?

El rubor de Alec lo dijo todo.

—No te preocupes, Alexander, está bien preguntar. Es como todo, ha habido algunas complicaciones, como el caso que fue a verificar el doctor Bane, pero es igual que con los embarazos femeninos. Hasta ahora todo va muy bien. De hecho, si sigue así, para el próximo año ya no estaremos en fase experimental.

Eso tranquilizó un poco a Alec.

La operación duró unas cuantas horas. Alec estuvo saliendo y entrando en la inconsciencia durante el primer día en la Clínica. Pero el domingo despertó, como cualquier otro día, ni siquiera se sentía cansado o adolorido, para nada como alguien recién operado y...

La doctora Loss ya estaba ahí. —Hola Alexander.

Alec empezó a tocar su vientre entonces, no notó nada extraño. El pánico lo inundó. ¿No había funcionado?

Catarina soltó una risita. —Todo está bien, Alexander. Alta tecnología, ¿recuerdas? Estás embarazado, aunque no notes ningún cambio por ahora. Recuerda tener cuidado, no te esfuerces demasiado sólo porque te sientes bien. Hoy estarás en observación, aunque todo parece en orden. Mañana puedes salir. Toma.

Alec miró con duda el celular que le ofrecía.

—Es para tu contacto con el doctor Bane. Habrá una cita mensual con él, a menos que tú tengas algún malestar o él te llame. Estarás siempre en contacto con él.

—Oh —Alec lo tomó, mirando el único contacto guardado, "Doctor Bane", ¿cómo sería él?—. Claro, gracias. Entonces, ¿estoy...?

—Embarazado.

Wow. Ahora era real. Estaba embarazado. Dejando el móvil a un lado, sus manos fueron a su vientre. —¿Un bebé?

La doctora Loss asintió. —Un varón.

Alec empezó a pensar en nombres, después se dio cuenta que no debía. No era su hijo, no tenía derecho a nombrarlo. Aun así, sonrió. —Gracias. Gracias por todo.


El silencio del amor (Malec Mpreg)Where stories live. Discover now