48. Extra: Ducha

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Relean el capítulo 44 (Ya es momento), antes de leer este extra, para entender mejor y lean también las notas al final 😉


* * *


«—¿Quieres que te prepare la ducha o un baño? —Magnus había preguntado en un día particularmente difícil para Alec en la Universidad.

Venía cansado. Sus pies dolían, igual de sus caderas y su espalda.

Había tenido náuseas todo el día. Su estómago estaba revuelto y aun así tenía hambre.

Venía de malas y triste. Malditas hormonas, apenas había visto a Magnus le había rodeado el cuello con los brazos y había llorado sobre él.

Magnus se había congelado un momento, sorprendido. Su sonrisa tambaleándose, lo que Alec ya no vio, pero sí sintió sus manos deslizándose por los costados de su abultado vientre antes de posarse sobre su espalda y dejar caricias reconfortantes.

Alec había sollozado, hipado, sintiéndose el peor inquilino, el peor paciente, el peor novio...

Y entonces Magnus había besado un lado de su cuello, aumentando el llanto cuando sintió los labios suaves contra su piel.

—Shh. Está bien. Está bien, Alexander. Todo va a estar bien —Magnus no había preguntado nada, simplemente lo siguió acariciando y los movió con cuidado, lentamente, hasta que ambos estuvieron sobre el sofá.

Alec había terminado en su regazo, un brazo todavía aferrándose a Magnus, su rostro enterrado en el hueco de su cuello, mientras su otra mano se unía a la de Magnus sobre su vientre.

Estaba apenado, cada vez más conforme se iba calmando, y lo peor era que le gustaba estar así, sentir el cuerpo de Magnus rodearlo, amoldarse al suyo, sostenerlo. Le gustaba el contacto físico y eso era nuevo. Alec nunca había sido así, pero, de nuevo, Alec nunca fue muchas cosas antes de Magnus en su vida.

—Te ayudaría a relajarte —Magnus decía entre susurros, una de sus manos presionando suavemente en su hombro, masajeando y provocando un ronroneo en Alec que trajo como consecuencia un fuerte rubor en sus mejillas.

—Vamos —los dedos de Magnus en su nuca le provocaron escalofríos, su piel se erizó completamente mientras se ponían de pie. Magnus llevándolo a la ducha—. Vas a relajarte mientras yo te preparó algo de comer...

—Pero... —Alec había interrumpido con un puchero.

E, inesperadamente, Magnus lo había callado con un beso.

—Tienes náuseas. Ya sé, corazón, lo siento, no puedo evitarlo, pero voy a buscar algo que te haga sentir mejor.

Y Alec quería decirle que no hacía falta, "Tú eres todo lo que necesito para sentirme mejor", que con él era suficiente, pero había un nudo en su garganta y lágrimas que amenazaban con volver.

Entonces Magnus entró al baño y arregló la temperatura, después miró a Alec, había algo en sus ojos mientras lo miraba de arriba a abajo, sus labios fruncidos.

Alec había estado a punto de intentar cubrirse inútilmente. Supuso que Magnus había tenido montones de novios con un cuerpo sexy y no como él, con su vientre de más de medio embarazo, pies y piernas hinchadas, caderas que se iban ensanchando cada vez más, y este ridículo rubor que podía sentir comenzando...

Pero entonces Magnus sacudió su cabeza y Alec juraría que sus mejillas se habían encendido también –lo que era ridículo, porque éste era Magnus, por Dios– antes de que diera un paso hacia él.

El silencio del amor (Malec Mpreg)Where stories live. Discover now