4. El nombre del ángel

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Alec seguía de la mano de Magnus cuando entraron a la cafetería de la Clínica. No supo si fue su imaginación, pero sintió la mirada de todos sobre ellos. Pacientes y médicos.

Alec tragó, nervioso, y abrió su boca para hablar, girando su rostro hacia Magnus. Fue en ese momento que se dio cuenta que estaban demasiado cerca. Los ojos del médico, ojos verde dorado, con una fina capa de brillo sobre sus párpados, dejaron a Alec sin palabras.

Otra vez.

Genial.

Pero es que Magnus era tan bello. Alec nunca se había permitido admirar libremente la belleza de otro hombre, con Magnus era imposible no hacerlo. Magnus era...perfecto, los dedos de Alec hormigueaban por subir y tocar aquella piel acaramelada que se veía tan suave.

Entonces esos labios se curvaron y lo arrastró hasta el mostrador.

—Lo de siempre y... —el ceño de Magnus se frunció, soltó la mano de Alec y buscó en su hoja de señas, obviamente no encontró nada porque gruñó frustrado. Alec sonrió mientras Magnus escribía otra nota.

"¿Qué tipo de café te gusta, Ángel silencioso?"

Alec se sintió sonreír tontamente. Era tan tierno este hombre. Aprendiendo lenguaje de señas y escribiendo notas para él, porque lo creía mudo, y llamándolo "Ángel silencioso" porque no sabía su nombre.

El corazón de Alec latió feliz. Nunca, nadie, había hecho algo así por él.

Alec tomó la carta que la rubia ojiverde del mostrador le ofrecía con una sonrisa condescendiente.

Sonrió su ceño fruncirse y su sonrisa desaparecer mientras elegía un capuchino de vainilla.

Magnus sonrió y volvió a tomarlo de la mano. -Lo de siempre, más un capuchino de vainilla, Camille. Gracias.

—Claro, Mags.

Los ojos azules de Alec se entrecerraron. ¿Mags? ¿No "doctor"? Ellos debían ser amigos.

Magnus, sin esperar su orden, lo llevó hasta una mesa libre. —Entonces, háblame de ti... ¡No! ¡Espera! No quise decir eso —aquellos ojos verde dorado se abrieron con pánico, sus mejillas rojas. Alec se preguntó si él se veía tan bien cuando se ruborizaba, aunque lo dudaba seriamente—. No me estoy burlando ni nada parecido.

Magnus empezó a buscar su bloc púrpura de nuevo.

Justo cuando Camille dejó ambos vasos en la mesa. Alec sonrió educadamente, listo para un "Gracias", porque parecía que el único que lo dejaba sin habla era Magnus, pero entonces él gritó, incluso haciendo saltar a la rubia:

—¡Aquí! —le ofreció el bloc a Alec con una sonrisa, y despidió a Camille con un "Gracias. Es todo por ahora".

Ella hizo una mueca, dio una mala mirada a Alec, y se fue.

Alec leyó:

"¿Cómo te llamas, Ángel?"

Se sentía como un niño, enviando notitas de contrabando en clase, mientras escribía su respuesta:

"Alexander. Puedes decirme Alec."

—Me gusta Alexander —la voz de Magnus era sexy mientras lo decía.

Alec se ruborizó, supuso que no de un modo lindo, y su mejilla ardió todavía más cuando el índice de Magnus la tocó. —Entonces, ¿si puedes escucharme, Alexander?

Alec asintió. No supo si le gustaba más el modo sexy en que decía su nombre o cuando lo llamaba "Ángel", Ángel silencioso.

Magnus sonrió ampliamente. —¡Bien! ¿Cuántos años tienes?

La mano temblorosa de Alec garabateó un:

"22, ¿y tú?"

—Veintisiete. Y no creas que soy viejo, soy de los médicos más jóvenes aquí... —en ese momento alguien gritó el nombre de Magnus, una chica con mechones azules—. Dame un momento, Alexander. Puede ser de trabajo.

Alec asintió y esperó. Pero mientras Magnus hablaba con la otra doctora, su alarma sonó. Si no se iba ahora, no llegaría ni a la última clase. ¡Y otra vez no había averiguado nada!

Alec hizo un puchero, mirando a Magnus en una acalorada conversación. Miró a ambos lados, buscando a alguien con quien dejarle algún mensaje, pero nadie miraba a Alec. Así que lo escribió:

"Tuve que irme. Espero que la próxima vez podamos hablar más".

Consideró subrayar la palabra "hablar", pero supuso que no hizo falta, Magnus debía notarla, ¿no?

Esperaba para la próxima vez averiguar algo sobre la alquilación de vientres y aclararle a Magnus que no era mudo.

Tras pensarlo un momento, tomó el capuchino, de verdad moría de ganas por uno.

"Gracias por el café. Te debo uno".

Y agregó una carita sonriente ":)" mientras se iba, también con una gran sonrisa él.

Al menos tendría un café mientras caminaba de regreso a la universidad y la próxima vez de verdad pediría informes.

Y hablaría con Magnus.






* * *

Y apareció Camille 🙊

¿Será que la próxima vez sí habla Alec? 😅

El silencio del amor (Malec Mpreg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora