Bonus track X

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−Faltan diez minutos para las doce –Lali interrumpe el silencio de la noche usando un tono de voz muy sensual. Cuando Peter deja de doblar las camisas que estaba acomodando en el placard y levanta la cabeza, esboza una sonrisa al verla apoyada en el marco de la puerta del cuarto de baño, vestida con un conjunto de ropa interior de encaje de color negro que le resalta la piel.

−¿Ese es el conjunto que fuiste a comprar ayer cuando me pediste que te espere? –le pregunta después de mirarla de pies a cabeza.

−Sí.

−Te queda muy bien –la analiza con los brazos cruzados, asintiendo varias veces como corroborando que hace seis años duerme con la persona correcta.

−Lo sé... –y ella se acerca despacito, hundiendo los pies descalzos en la alfombra, zarandeando la cadera de manera sexy pero exagerada, hasta que llega a su meta y empieza a acariciarle el cuerpo por encima de la chomba hasta ascender y desdoblarle el cuello– ¿Estás más lindo hoy o es una sensación?

−No, creo que vos estás caliente.

−Seguramente –susurra, pero después se sube a las puntas de los pies para besarlo. Él le envuelve la cintura con ambos brazos y la va moviendo en dirección a la cama. Lali sonríe cuando las piernas le chocan con el colchón y los dos van bajando de a poco mientras ella corre las camisas y él se saca la remera en un segundo– ¿No te vas a poner nada sexy vos?

−Deja de insistir con ese calzoncillo con trompa de elefante porque ya te dije que no lo voy a usar nunca –pero Lali ríe y después se deja caer sobre el colchón.

−Un día lo vas a tener que usar porque no te lo regalaron para que esté guardado en el cajón.

−¿En serio esa trompa de elefante te parece sexy? –le pregunta desde arriba, ya en cuatro patas sobre el cuerpo de ella, intentando desabrocharse los botones del pantalón.

−Obvio. Encima es de color rojo, mi favorito –hace un movimiento de cejas y él se muerde el labio al sonreír– la próxima apuesta va a ser que para mi cumpleaños me recibas con el elefantito y me hagas un baile. Si es arriba de la mesa, mejor...

−Bueno, sí, lo que digas... −pero no la deja continuar hablando porque se abalanza para volver a besarla.

Lali le enmarca la cara con ambas manos y cierra los ojos para concentrarse en el asuntito de intercalar los labios, pero después decide tomar todas las cartas del juego para adueñarse de la situación, con su maestría y elegancia, así que le envuelve la cintura con las piernas al punto de provocar la fuerza necesaria para que ambos cuerpos tomen envión, él quede boca arriba y ella sobre el suyo. Entonces se deshace de los dos últimos botones del pantalón que habían quedado pendientes y se lo empieza a bajar hasta que él termina el trabajo con sus propios pies, aunque se le quedan truncados en los tobillos y por eso tiene que levantar el torso. Así que mientras que con una mano intenta arrancar el pantalón para poder dejarlo caer al suelo, con la otra hunde los dedos en su espalda hasta encontrar la hebilla del corpiño mientras ella le besaba la boca, el cuello, también el pecho e incluso se animó a morderle el lóbulo de la oreja generándole cosquillas y ocasionándole una risa. Pero cuando ya estaban en su punto límite, cuando las energías estaban canalizadas para ser concentradas en un mismo lugar, cuando el pantalón logró caer y los breteles del corpiño empezaron a descender por los brazos, cuando el fuego se acumuló en el centro del pecho para ser expulsado a través de las bocas con besos y cuando encontraron la posición ideal en donde las piernas y los brazos se encajaron perfectamente, la puerta se abrió bruscamente al punto de golpear contra la pared y sobresaltarlos del susto. Bruna entró corriendo y Peter tuvo que pegar un volantazo que hizo que Lali caiga del otro lado de la cama.

TREINTA DÍAS - 2Where stories live. Discover now