Especial: Matriarcado

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Son alrededor de las ocho y media de la mañana cuando Peter llega a la Editorial y espera a que un muchacho saque el auto de donde lo tiene estacionado para que él pueda ocupar el lugar. Aparentemente, se trata de un principiante porque va para atrás y para adelante con muy poca capacidad de maniobra, lo que a él un poco lo pone nervioso. Mueve los dedos sobre el volante, resopla, aprovecha a acomodarse el cuello de la camisa mirándose en el espejo retrovisor y descubre que atrás se acerca el auto de Victorio que le hace señas porque consiguió otro lugar en el que estacionar.

−Mi parte favorita del día es cuando te gano el estacionamiento –le dice Victorio al bajar del auto.

−Con qué poco te divertís –le responde Peter que da la vuelta y, antes de saludarlo, abre la puerta del asiento trasero para sacar el huevito en el que hay una criatura y también un bolso cargado de accesorios para la ocasión como pañales, biberones, toallitas y sonajeros.

−¿Cuántos capítulos me perdí para que de un día para el otro hayas tenido otro hijo? –y lo hace reír mientras acomoda el huevito en un brazo y con la otra mano cierra la puerta.

−Es Magnolia –y la presenta para que él la salude. Ella, y sus tres meses de vida, está durmiendo con ayuda de un chupete y usando un body blanco con lunares violetas– ¿Cómo andas? –ahora sí se saludan con un choque de puños y un beso protocolar.

−Todo bien, un poco cansado. Me parece que te voy a pedir otra semana de vacaciones por adelantado. ¿Qué haces con Magno?

−Eugenia trabaja hasta el mediodía y para que después vaya a la marcha le dije que me encargaba de ella –le cuenta a medida que encaminan hacia la empresa. Empuja la puerta y deja que Victorio pase primero– pero la pasé a buscar ahora por su casa así no anda a las corridas y se queda tranquila.

−Nunca pensé que te gustaran tanto los chicos.

−A vos también te gustan.

−Sí, pero me odian –y su sinceridad lo hace reír– hola, Susana –saluda por costumbre muy concentrado en su celular que no deja de vibrar; Peter lo mira.

−¿A quién saludas?

−A Susa- –pero cuando levanta la cabeza, se da cuenta que el escritorio de la mesa de entrada está vacío– ¿Y Susana?

−No viene a trabajar hoy, ya lo sabías.

−Sinceramente, ayer no presté mucha atención cuando Lali convocó a reunión. No me quedó claro si eso hay que descontárselo del sueldo.

−Deja de ser tan rata, Victorio –lo acusa y toma la delantera para llegar hasta las oficinas principales que están al fondo de la planta baja– ¿Candela trabaja?

−Podría pero avisó que no iba a ir. Antes de irme la quise saludar diciéndole feliz día y casi me clava la taza de café en la frente –y Peter ríe abiertamente.

−Me sorprende que después de más de veinte años juntos sigas sin darte cuenta de esas cosas –pero él levanta los hombros porque no le da mucha importancia, aunque reconoce que su hobby favorito siempre fue hacer enojar a su mejor amiga barra esposa– ¿Me harías un favor? –le pregunta cuando ya están parados frente a la puerta de la dirección.

−Sí, decime.

−Tengo un bebé colgando de un brazo y un bolso de cinco kilos de pañales en el otro. Ya que vos tenés las llaves de la oficina, ¿podrías abrirme la puerta, por favor? –usa todo el sarcasmo del universo y cuando Victorio se da cuenta, expulsa una risa y saca las llaves del bolsillo de su campera.

La mañana del ocho de marzo Lali y Peter despertaron temprano por culpa de Santino que se escabulló por debajo de las sábanas para despegar a sus padres y colocarse en el medio. Tuvo que sacudir un poco a su mamá porque estaba negada a despertar y se entretuvo un rato hablando con su papá en ese idioma nuevo que mezcla oraciones bien elaboradas con palabras mal conjugadas. Cuando los tres salieron de la habitación, se cruzaron con Bruna que salió del baño refregándose los ojos y con su camisón rosa que le llega hasta los tobillos. Estiró un poco el cuello para que les dejen los besos de buenos días y después continuó caminando descalza hasta su cuarto porque tiene que cambiarse la ropa y abotonarse el delantal blanco.

TREINTA DÍAS - 2Where stories live. Discover now