C A P Í T U L O 16

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Después de una clase bastante extensa, me di cuenta de que el profesor era bastante bueno, además hablaba cosas extremadamente interesantes, era muy difícil que te aburrieras con él, ya que aparte hacia algunas bromas y hacia que el ambiente fuera totalmente relajado, listo para poner en práctica todos los consejos del profesor.

Algunos alumnos estaban guardando muchas de sus cosas, al igual que ayudaban a guardar las cosas que habían utilizado, lo que hacía que mi trabajo fuera mucho menos pesado. Brissa y Selene aún no salían de la habitación, cada una estaba por su lado, creí que en algún momento ellas se habían hecho amigas gracias  a Linda, aunque tal vez me había equivocado.

En un segundo Selene me miró y sonrió levemente, le sonreí de la misma manera mientras terminaba de acomodar algunos pinceles que habían utilizado. Volteé a ver a Brissa pero ella estaba totalmente sumida en su mundo, miraba algún punto de la pared que estaba enfrente de ella, mientras que distraídamente jugaba con un lápiz que permanecía entre sus manos. Su aspecto había cambiado un poco, se miraba un poco más relajada, aún llevaba ropa más grande que su talla habitual, pero le quedaba bien, todo en ella le podría quedar bien.

Tomé mi mochila que estaba intacta a un lado del escritorio del profesor. Caminé hasta la salida, pero me detuve. Miré de nuevo a Brissa, ella aún permanecía quieta en su lugar, por un segundo pensé en ir con ella, pero me parecía mala idea después de lo ocurrido entre nosotros, y es que tal vez aún no sentía un sentimiento extremo, pero aún así sus palabras me habían dolido. Realmente me sentía dolido, por no ser lo que ella necesitaba.

Caminé a pasos lentos, había algo en mi quería regresar con ella, pero también había algo automático que me hacía caminar sin pensarlo. Al final alguien dijo mi nombre con un grito, me detuve en seco.

—¿¡Darien!? –gritó de nuevo una voz femenina.

Es que no había visto que estaba quieto, o es que quería que yo volteara, tal vez era la segunda opción. Escuche unos pasos resonar en el piso, aunque cada vez eran más leves.

—Hola –pronunció la voz de Selene, volteé lentamente, dudoso de hacerlo. Era extraño que ella me hablara. Bueno, no tanto desde la primera vez que lo hizo.

—Hola Selene –acomodé los anteojos que resbalaban por el puente de la nariz—. ¿Pasa algo?.

—Si, bueno en realidad no... –acomodó levemente su cabello detrás de la oreja—. Solo quería saber si nuestro encuentro seguía en pie, nunca me respondiste el mensaje que te envié.

Caí en cuenta de que era cierto, cuando vi el mensaje de su parte, simplemente lo ignore. Justo en ese momento no estaba de humor.

—Oh perdón, en ese momento estaba ocupado y después se me olvidó por completo contestarte. Lo siento –me disculpe, al fin de cuentas podía decirse que ella era un amiga.

—No te preocupes, me lo imaginé –hablaba con tono despreocupado, pero podía jurar que cada tanto miraba detrás de mí, y después giraba sólo un poco para ver detrás de ella—. Entonces si quieres hacerme ese dibujo.

—¿No estas en clase de arte? –pregunté confundido.

—Lo estoy, pero no puedo dibujarme a mi misma –habló con tono obvio—. Hablando de eso, ¿porque no te inscribes en la clase con nosotros?.

—Bueno en realidad no sabía mucho de esta clase hasta ahora, igual tal vez lo haga en el siguiente semestre, no lo se –me encogí de hombros restándole importancia.

—Bueno, entonces quedamos para este jueves en tu casa –de repente me entró un poco de miedo, ella estaba como muy interesada en esto. Me parecía extraño.

Noches sin Estrellas Where stories live. Discover now