C A P Í T U L O 19

65 8 0
                                    

—No estamos en el mejor momento ma' Chuy, mi padre me presiona demasiado para que tenga buenas calificaciones, en ocasiones lo entiendo, pero él no me deja divertirme, es estresante, mi padre trabaja demasiado y casi no lo veo, es como si yo hubiera muerto en algún punto, para mi es más difícil controlar cuando estoy enojado. En ocasiones él trata de que firmemos un tratado de paz y en ocasiones lo logra, pero entonces se atraviesa algo de su trabajo y todo se va a la mierda.

—Esa boquita Darien –su voz de volvió firme y entonces me di cuenta de lo que había dicho.

—Lo siento –susurré.

Entonces mi abue suspiró y miró atentamente la fotografía de mi madre que estaba colgada en la pared contraria de la cocina, ella se miraba casi de mi edad, mi mamá era muy hermosa, su cabello era muy rizado tal vez más que el mio, pero su pelo era color negro, tan negro como el cabello de Brissa, en cambio el mio era más castaño como el de mi padre. Mi madre tenía unos ojos castaños claros, era delgada, su nariz era muy fina, sus ojos eran grandes y sus labios eran delgados. Claro que entendía el porqué mi padre se había enamorado de ella.

—Trataré de hablar con él –sentenció con un gran suspiro.

No contesté, la verdad era que no tenía ganas de seguir hablando de él, tal vez fuera mi padre, pero hacia mucho que ya no lo sentía como tal, creo que el lazo que había entre nosotros estaba tan delgado, que en cualquier momento podría romperse.

Se había creado un silencio cómodo dentro de la cocina. La casa de mi abuela, era muy hogareña y por doquier te gritaba que en este lugar había habido mucha felicidad. Aún lo recordaba levemente. Aún estaban en mi memoria los fines de semana que pasábamos en este lugar.

—¿Te quedarás a cenar mi niño? –preguntó ma' Chuy atrayendo mi atención.

—Si, ma' Chuy... sólo le avisaré a la señora Young para que no se preocupe –sonreí al ver su rostro, parecía aliviada. Después de estar viviendo tanto tiempo sola, yo también lo estaría con un poco de compañía.

♪♪♪▶♪♪♪

Hay demasiado alboroto en los pasillos del instituto como para ser miércoles por la mañana. Parece extraño que todos parecen más eufóricos que nunca, tal vez no recuerden que en pocos días habrá examen semestral.

Volví a frotarme la nariz, parece que hoy por la mañana se me pegó un resfriado, ya que me había levantado temprano para tomar el autobús y llegar a la ciudad, ayer no pude aguantar las ganas de quedarme con ma' Chuy, en ocasiones parecía tan sola, que no pude evitar sentirme mal, así que había decidido quedarme con ella. Le había llamado a la señora Young para avisarle, porque parecía pérdida de tiempo decirle a mi padre, él no estaba, así que no importaba mucho. No parecía que yo le importara mucho.

—Me vas a pegar tu resfriado –dijo Franco con fingido asco. Había destornudado creo por octava vez.

Limpie los mocos con mi mano y de forma intencional limpié mi mano en el suéter de Franco—. Upss.

—Eso es asqueroso Darien –reprochó Franco mientras me empujaba fuertemente.

—Hablando de asqueroso, ¿por qué hay tanto alboroto? –pregunté seriamente.

—¿Por qué eso es asqueroso? –pregunto Mauro confundido.

—No se, sólo se me ocurrió.

—Bueno, se rumora que Linda hará una fiesta este viernes y todos están eufóricos..., sólo quieren emborracharse –respondió Franco mientras se encogía de hombros.

Noches sin Estrellas Where stories live. Discover now