C A P Í T U L O 51

27 3 0
                                    

—Te he hecho mucho daño, quiero pedirte perdón por ello –dijo Brissa con tristeza. 

Hacia apenas algunos horas de que habíamos llegado al motel, ahora estábamos en una de las habitaciones, Brissa estaba junto a mi, recostada en la cama.

—No tienes porque pedir perdón. Me enojé mucho y me entristecí, pero ahora que se toda la verdad entiendo porque lo hiciste..., no fue la mejor manera pero lo entiendo –dije con voz calma mientras recordaba todos y cada uno de los episodios donde ella trataba de alejarme hiriéndome.

—Lo sé, fui una estúpida..., no trato de justificarme pero lo hice por ti –contesto sin despegar la vista de la colcha que estaba debajo de ella. —Me di cuenta de que no tenía ningún derecho, me emocioné tanto con la forma en la que me tratabas que no comprendí en donde te estaba metiendo y cuando lo hice, cuando por fin lo comprendí ya no había vuelta atrás..., fue en el mismo momento en el que acepte lo que sentía por ti. Ya no sabría que hacer sin ti.

—Ni yo sin ti..., Brissa yo me enamoré de ti desde el instante en el que me entregaste de nuevo mis anteojos, fue una manera torpe de conocernos, pero fue nuestra manera –me acosté a su lado y estuvimos de frente mirándonos a los ojos.

—Todavía hay muchas cosas que no sabes de mi Darien.

—Creo que nunca terminaré de conocerte por completo, tal vez tampoco lo hagas tú conmigo.

—A veces siento que yo ya te conozco desde hace muchísimo tiempo –dijo con una pequeño sonrisa que se colgó de sus labios.

—Tal vez yo sea más transparente que tú.

—Eres las estrellas que le faltaban a mi noche eterna –sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas.

—Tu eres la compañía que yo siempre necesite.

La atraje hacia mi y la abracé. Y así, abrazados y acostados, el sueño nos invadió durante toda la noche y no hubo falta de más palabras, habíamos dicho te amo disfrazados de otras palabras que para nosotros habían tenido el mismo o más valor.

♪♪♪▶♪♪♪

Para al amanecer del día siguiente ya estábamos en marcha de nuevo al lugar de donde habíamos salido. Brissa no había despegado la vista de su ventanilla, durante todo el camino no dejo de ver el paisaje que pasábamos y dejábamos atrás.

En tan sólo unas horas sería año nuevo, ya habíamos pasado varios lugares en donde los preparativos para esta noche, estaban completamente listos ya sólo querían que los minutos y los segundos pasarán más rápido, por el contrario nosotros no queríamos que eso pasara, de alguna manera queríamos que los minutos dejaran de avanzar, que el tiempo se congelara para siempre. Brissa permanecía pensativa pero podía sentir que ella deseaba lo mismo.

Para muchos el año nuevo traía nueva esperanza, nuevas metas, traía a el futuro hacia el presente, dejaba el pasado atrás y lo olvidaban aunque fuera por una noche. Si tan solo nosotros pudiéramos hacer lo mismo, sin tan solo así fuera noche tras noche.

Solo faltaban algunos kilómetros para llegar al pueblo y después solo faltarían algunas cuadras para llegar al lugar citado. Anoche antes de que Brissa se disculpara, hablamos sobre si deberíamos ir y hablar con Santiago, al principio se vio emocionada por verlo, pero después de unos segundos su semblante se volvió sombrío. Dijo que no era una buena idea que tal vez podrían seguirlo y así tal vez nos encontrarían, pero sabia a ciencia cierta que mantenía la curiosidad de ir a hablar con el, al final eran amigos desde hacia bastante tiempo.

Noches sin Estrellas حيث تعيش القصص. اكتشف الآن